El nuevo presidente
La victoria de la candidatura de Casado le ha dado la puntilla al ‘marianismo’
Pablo Casado es, desde hace solamente dos días, el presidente del Partido Popular. Ha derrotado en las urnas a Soraya Sáenz de Santamaría en el congreso del partido, que está más partido que nunca, aunque algunos digan que está tan roto como siempre. El futuro, que antes estaba en las rodillas de los dioses, ahora está en los talones y Pablo Casado ha dicho que es partidario de restringir el derecho al aborto, ya que él no le llama procreación consciente, que es una denominación menos agresiva. Se trata de rechazar la eutanasia y de llamarla de otra manera, sin dejar de ser la misma. También defiende eso que llaman “giro conservador”, pero muchos creen que el giro de Pablo Casado represente el final del marianismo, que se ha desplomado en un par de meses. ¿Cómo se reconstruye la derecha española sin que a todos nos caigan encima los escombros? A sus 37 años, el presidente tiene una larga tarea por delante. De momento, sabemos que es menos cauto que Rajoy o, dicho en otras palabras, que gradúa de otra manera sus prisas.
La victoria de Pablo Casado, con un 57% de los votos, no garantiza el acuerdo, porque el votante español es muy voluble y queda por resolver la llamada ‘cuestión catalana’, que es incuestionablemente la que más urge. La victoria de su candidatura le ha dado la puntilla al marianismo, que se había refugiado en las tablas, pero seguía pegando cornadas hasta última hora. Viene de otras plazas y ha aprendido porque asistió al entierro del marianismo y en los duelos se habla mucho. Incluso se hacen nuevas amistades y unos decepcionados se juntan con otros, sin que se confundan las lágrimas, ya que cada uno es dueño de las suyas, aunque el llanto sea de todos.