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AutomociónRoberto Lanaspa, presidente del Clúster de Automoción de Navarra, apuesta por adaptarse a la próxima transformación del sector con nuevos perfiles profesionales digitales enfocados al vehículo eléctrico, autónomo y conectado. Aboga por la colaboración público-privada para garantizar el futuro, y está convencido de que nos encontramos en un momento clave para el futuro del sector y de Navarra como región
“El vehículo eléctrico no tiene por qué suponer pérdidas de puestos de trabajo”
Roberto Lanaspa, presidente del Clúster de Automoción de Navarra, apuesta por adaptarse a la próxima transformación del sector con nuevos perfiles profesionales digitales enfocados al vehículo eléctrico, autónomo y conectado. Aboga por la colaboración público-privada para garantizar el futuro, y está convencido de que nos encontramos en un momento clave para el futuro del sector y de Navarra como región

Publicado el 19/06/2022 a las 06:00
Roberto Lanaspa Martínez es una voz autorizada en el sector. Presidente de la Asociación Clúster de Automoción de Navarra (ACAN), es la cara visible de las 58 empresas asociadas.
¿Como se encuentra el sector actualmente?
En la foto del sector se entremezclan tres enfoques: la transición del coche de combustión al eléctrico, los impactos todavía del Covid y la nueva guerra de Ucrania. El escenario es incierto, en el sentido de que las planificaciones a medio-largo plazo son muy difíciles de hacer y seguir por estas fluctuaciones que estamos viviendo. Las restricciones y las inseguridades sobre lo qué va a pasar en el futuro repercuten de manera directa en el sector. Asimismo, estamos viendo que el Covid está cerrando ciudades en China y tiene su influencia en el mercado porque falta materia prima. Lo único cierto sobre la situación actual es que es incierta.
¿El horizonte es eléctrico?
Desde ACAN vemos con optimismo el cambio, el futuro tiene que ir por ahí. Está claro. La apuesta de las instituciones y del sector es hacia el vehículo eléctrico. Lo que no termino de tener claro es que el coche eléctrico sea el final. Se está empezando ahora a hablar mucho del hidrógeno verde como un vector de acumulador de energía, a lo que también el sector se enfrenta. El coche eléctrico tendrá su escenario y espacio en entornos urbanos, para desplazamientos cortos-medios.
¿Como está el músculo del sector después de dos años y medio de Covid, la atonía del mercado, chips, energías, guerra...?
Sufrimos una labor de desgaste. ¿Hasta cuándo va a durar la guerra de Ucrania y su impacto en el gas y el petróleo? ¿Esto va a impactar en una recesión a nivel europeo y cómo afectaría al sector? ¿Sí o no? Ese esfuerzo adicional que se pide hacer al sector cada vez es más complicado y complejo, porque ha habido mucho desgaste. Muchas empresas han perdido músculo en estos más de dos años.
¿Qué lecciones positivas se están sacan de ello?
Caminamos hacia escenarios más cambiantes que exigen mayor flexibilidad. Las empresas se están adaptando y están siendo más eficientes. Y el tema de la energía ha provocado una mayor concienciación en favor de esta eficiencia, fundamental en el desarrollo de negocio del sector.
¿Hay temor en el sector por el empleo ante la transformación al coche eléctrico?
Este cambio al vehículo eléctrico no tiene por qué representar una pérdida de puestos de trabajo. No es una ecuación tan directa. Si no hacemos nada, sí puede ser un peligro. Hay que adaptarse a esta situación. Cada empresa tendrá que evaluar cómo impacta el vehículo y la electromovilidad en su modelo de negocio y qué puede hacer. Tendremos nuevos productos y nuevas necesidades de trabajo, y habrá que pensar en estas últimas, sin duda. Aquí está la clave. No en el vehículo eléctrico como tal, sino en la introducción de la industria 4.0. Independientemente de que el coche sea eléctrico, de combustión o de hidrógeno, serán más impactantes las soluciones de movilidad: por ejemplo, el vehículo autónomo y conectado.
¿Se necesitarán nuevos perfiles de trabajadores?
Correcto. Ahora el futuro es el manejo de los datos. La industria 4.0 lo que pretender hacer es saber manejar y sacar conclusiones a la ingente cantidad de datos de nuestros procesos industriales a todos los niveles. Todo ello ayudará a tomar decisiones empresariales: mejorar la eficiencia y la calidad de los procesos. El manejo de los datos va a tomar más fuerza e impacto, al igual que ocurrió con la aparición de los robots. Ahora a va ser un paso más. La inteligencia y la interpretación distingue a los humanos de los robots, y los nuevos perfiles digitales van a ir migrando hacia este aspecto, hacia tareas menos físicas. Ese es el nuevo reto que aporta valor añadido. Que las máquinas hagan trabajo de máquinas, y los humanos, trabajo de humanos.
¿Cómo se encuentra Navarra en este sentido?
Está bien posicionada por los niveles de formación que tenemos en el sector y en general. Nuestra población está bien formada y preparada, pero no nos podemos quedar quietos. Hay que anticiparse a lo que viene y empezar a pensar ya hoy en qué perfiles de trabajo serán necesarios dentro de 5-6 años, que es el tiempo para formar a profesionales de FP o con títulos universitarios.
¿Cuál es el reto de la industria de la automoción navarra en un mundo globalizado?
Poder mantener, y si es posible incrementar, la cadena de valor actual. Con el vehículo eléctrico, el mayor cliente es Volkswagen Navarra, que se encuentra dentro del PERTE, una gran noticia. Ahora tenemos que ver que el sector industrial implementado en Navarra sea capaz de desenvolverse de la manera adecuada para poder garantizar que no pierde comba ni cadena de valor, o fuga de negocio hacia otros sitios.
¿Cómo ve a la industria auxiliar navarra ante el PERTE?
Tienen los mimbres para hacer un buen trabajo, pero no nos debemos confiar. Éxitos pasados no garantizan éxitos futuros. Creo que de la misma manera que Europa y el Gobierno Central han incidido mucho en el tema de los PERTES y han llegado hasta un nivel de la cadena de valor, ahora el Gobierno foral y las empresas, mediante una colaboración estrecha entre todos, tenemos que trabajar para que la mayor parte de la cadena de valor se quede en Navarra. Que todas las empresas que necesiten algún tipo de ayuda, puedan acceder a ellas, y que no sea un motivo para que perdamos oportunidades de negocio en Navarra ante el nuevo vehículo eléctrico. Nos movemos en tiempos claves para el futuro del sector en Navarra, y dado su peso en la economía foral, para el propio futuro de Navarra como región. Se habla mucho de la colaboración público-privada, de tener una buena sintonía entre ambas y de la responsabilidad mutua con la sociedad. Es muy importante que hagamos las cosas bien en los próximos meses y años para que el futuro próximo no sea peor que el que tenemos hoy.
¿Qué se le pide concretamente al Gobierno de Navarra?
Que donde no llegue el PERTE, que llegue la Administración Local. Los PERTES son importantes y estamos muy contentos de que Volkswagen haya apostado por ello. Pero los PERTES llegan hasta donde llegan. Y hay una parte que no se ha podido introducir por las propias condiciones del PERTE. Ahora vamos a ver todo aquello que no ha sido cubierto y cómo se pueden incentivar las ayudas.
¿Se necesita para ello una transición ordenada?
Tenemos que tener la cabeza fría para intentar que haya una transición ordenada en este contexto de volatilidad. Veo que va a ser complejo. Tenemos que tener claro, por un lado, las redes de sostenimiento de aquellas empresas que pueden verse afectadas, y por otro, qué perfiles y líneas de trabajo tenemos que empezar a potenciar ya, si no, iremos tarde.
¿Cuál es el día a día de ACAN y como trabaja para frenar el fantasma de la deslocalización?
Uno de nuestros pilares es hacer una transmisión correcta a las Instituciones de las dudas y dificultades de nuestros 58 asociados, para alertar de estos potenciales peligros. Pero no simplemente quedarnos en un papel de altavoz. También trabajamos dentro de los asociados en posibles soluciones de problemas, en qué podemos ayudarnos entre nosotros mismos. Los planes estratégicos del Clúster ya contemplan este escenario de transición. Trabajamos. a través de itinerarios de excelencia, en cómo poder situar a las empresas navarras en una situación de privilegio, ser las ‘número 1’ de sus grupos para poder ser el primer punto de inversión. Otro paso es detectar oportunidades de negocio dentro de Navarra que a veces se pierden fruto del desconocimiento entre la oferta y la demanda. Hemos fomentado el mercado interno y puesto en contacto a nuestros asociados. No hay que olvidar asimismo el trabajo de formación hacia estos nuevos perfiles. Aglutinamos todas las inquietudes que se puedan dar en el sector.
¿Como ha evolucionado ACAN desde su creación?
Ha sido una labor de martillo pilón. Hemos celebrado el décimo aniversario, pero empezamos con 5 empresas y ahora somos 58. El 90% de los trabajadores del sector está dentro de ACAN. Mediante la colaboración, todos vamos a salir beneficiados. El Clúster juega un papel importante en el sector, y más todavía en esta transformación que nos toca acometer en los próximos años. Competir y cooperar no son contradictorios, y ese es el espíritu de ACAN.
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