Las otras grandes obras que cambiaron el Ensanche de Estella
El eje peatonal que se inició en 2005 entre la plaza de la Coronación y la calle San Andrés se cierra 15 años después
- M. Puy Amo
Quince años atrás, la construcción de la travesía entre puentes a la que precedió el parking subterráneo de titularidad municipal, transformaron el centro de la ciudad e hicieron posible crear un nuevo eje peatonal entre la plaza de la Coronación y la primera parte de la calle San Andrés. Con la próxima actuación en su segundo tramo, se dará un paso más hacia un corredor libre de tráfico en el Ensanche de Estella considerado estratégico para su futuro comercial, según el plan del sector elaborado durante la pasada legislatura.
Quedarán pendientes otras decisiones. La principal, qué ocurre al final con el paseo de la Inmaculada. Mientras se determina, las obras que se ejecutarán esta primavera una vez el Ayuntamiento concluya el proceso de contratación ahora iniciado dejan definitivamente atrás la imagen de los coches circulando por San Andrés. A partir del verano, cuando hayan concluido, pasarán a formar parte de la historia reciente de cambios en el urbanismo local.
El material gráfico que los refleja lleva a finales de los años treinta del siglo pasado, con los taxis en hilera en la calle Baja Navarra, con San Andrés al fondo. Desde allí se desplazaron en las décadas siguientes hasta aproximarse a la estación, a cuyos viajeros recibieron desde entonces. Las imágenes recuerdan también el tiempo en el que autobuses y otros vehículos aparcaban junto a este edificio -el kilómetro cero del Vasco Navarro- para incorporarse desde allí a una circulación que iba a más cada año que pasaba.
O la apuesta por embellecerlo con el Monumento al Agua que sería derribado después. Y más tarde, en la primera década del siglo XX, la plaza de la Coronación levantada por completo junto a la aledaña calle San Andrés -denominada anteriormente Blanca Cañas- en un proyecto para su modernización al que ahora va a darse continuidad.
EL PARKING, PUNTO DE PARTIDA
En septiembre de 2005, con el derribo del edificio de las antiguas cocheras del ferrocarril Vasco Navarro, el Ayuntamiento ponía en marcha la construcción del parking subterráneo en el subsuelo de la plaza de la Coronación y la calle San Francisco Javier con una inversión de 5 millones financiada mediante un crédito. La obra no implicó solo la creación de más de 400 plazas de estacionamiento una vez puesto en servicio en mayo de 2007. Cuando afrontaba su recta final, en el mes de abril, las máquinas comenzaban también a horadar el suelo de la calle San Andrés.
Era el segundo de los objetivos perseguidos con el proyecto. Dotar al entorno de autobuses de un espacio peatonal que abriría la puerta a nuevos usos y negocios. Las terrazas lo poblaron inmediatamente después y han constituido su sello característico desde entonces, un polo de atracción de vecinos y visitantes como lo es la plaza de los Fueros. Quedaba, ya para los años siguientes, la tercera de las metas perseguidas. El vial que uniría los puentes de Los Llanos y de San Francisco Javier.
Estella había dotado por primera vez de consignación económica a la travesía de Estella entre ambos pasos sobre el río Ega en el año 2000. Pero hubo que esperar a disponer de recursos propios para afrontarlo. No fue hasta 2006 cuando se adjudicaron las obras por 1,5 millones y hasta el 28 de enero de 2008 cuando entró finalmente en servicio.
Para lograr su objetivo, descongestionar de tráfico el paseo de la Inmaculada con un trazado diseñado también con amplias aceras, se aprovechó la antigua carretera que discurría desde la calle Sancho El Sabio. Para salvar la plaza de la Coronación y garantizar esa apuesta por dejarla como un nuevo espacio peatonal para el ocio, el vial se desvió por detrás del edificio de la estación. Transformación conseguida hasta hoy, con San Andrés otra vez en el foco y el Andén en el debate que seguirá a lo largo de la legislatura.