Falces: creciendo en nuevos servicios

La imagen de las vacas corriendo monte abajo por el Pilón, una de las más características del verano navarro, tampoco podrá verse este año. La pandemia impide por segundo año reeditar el acto más tradicional de Falces, seña de identidad del municipio, pero no la única y es precisamente en éste aspecto en el que quiere hacer hincapié el ayuntamiento, en potenciar todo lo que puede ofrecer al visitante más allá de un encierro que, no obstante, saben que es su mejor seña de identidad. Con las fiestas suspendidas por segundo año consecutivo, desde el ayuntamiento lanzan un mensaje de prudencia de cara a estos días en los que se hubieran celebrado las jornadas festivas para intentar contener los casos y que la ciudadanía pueda seguir disfrutando del programa de actividades preparado para estos meses de verano desde el ayuntamiento. Mientras, el ayuntamiento sigue trabajando en varios proyectos encaminados a conseguir una conciliación real y en el apoyo al emprendimiento, dos cuestiones que entienden como primordiales de cara a seguir ofreciendo un pueblo atractivo en lo que a servicios se refiere para intentar combatir la despoblación atrayendo y reteniendo gente joven. Todo ello apostando también fuerte por la vertiente cultural. “Somos un pueblos con muchas asociaciones, se palpa la inquietud cultural”, dice la alcaldesa. A la vorágine que supuso la llegada de la pandemia a Sara Fernández se le unió otra, la de la maternidad, con la llegada de su primera hija el pasado mes de septiembre. Una faceta que le ha hecho apreciar todavía más la importancia de aspectos como la conciliación por el que el consistorio falcesino ha hecho una apuesta fuerte. Hace unos días se anunció que el ayuntamiento subvencionaría con el 70% los servicios de guardería y madrugadores, una medida importante. Creemos que la conciliación es algo imprescindible. Nos llegó la preocupación por parte de varias familias de la posible desaparición de la guardería y nos dimos cuenta que eso no podía ser, que teníamos que hacer algo. Así que a la espera de alguna otra medida que pueda impulsar el Gobierno de Navarra, todos los grupos municipales hemos dado un paso adelante y de manera conjunta hemos apostado por subvencionar dichos servicios con hasta un 70%. La cuota por niño en la guardería pasará de costar 165 euros mensuales a 49,50. Además de la conciliación apostamos fuerte por el emprendimiento. ¿Qué han hecho en este sentido? Seguimos enfocados en el proyecto Comunal. Por parte del ayuntamiento nos comprometimos a facilitar un local en el que las personas participantes en el proyecto puedan trabajar de manera conjunta. ¿Cuáles son los principales proyectos en los que trabaja ahora el ayuntamiento? Ya hemos licitado el tejado de la casa museo para ponerla a punto así como la consolidación de la zona del Vago con la que damos respuesta a una demanda vecinal. Se trabajará en la ladera que se consolidará y quedará la zona mucho más amable. Vamos a iluminar también el carril bici y se está poniendo fibra municipal por todo el pueblo. Era ésta una obra necesaria que permite que todos los edificios estén conectados y que haya más puntos de acceso wifi de los existentes hasta la fecha. Además, con motivo de la llegada del agua de boca del Canal de Navarra, se ha hecho una inversión de 33.000 euros para impermeabilizar las tuberías, una obra que exigía Mairaga. ¿Cómo está el pueblo tras año y medio de pandemia? Fuimos uno de los primeros pueblos confinados perimetralmente con todo el revuelo que eso supuso aunque luego se vio que era algo más o menos habitual. Desde entonces, el número de casos se ha ido manteniendo hasta hace unas semanas que hubo un pequeño brote pero se controló. Por eso, lanzamos un mensaje de responsabilidad tanto de cara a las no fiestas como durante los fines de semana. La residencia San Francisco Javier cuenta con un precioso patio interior, un espacio que, durante la pandemia, se convirtió en un auténtico ‘pulmón’, una zona que permitía respirar aire fresco a los residentes cuando, pasadas las peores semanas del confinameinto y la pandemia, pudieron salir. Era también el lugar donde, a través de la verja, sus familiares y vecinos de Falces, aunque de lejos, podían verles. Y también es el lugar donde hace unos días tres falcesinas, dos trabajadoras del centro y la enfermera de la residencia, recordaba todo lo vivido tras sus paredes los primeros meses de la pandemia. “La sensación principal era de tristeza aunque realmente no te daba tiempo a pensar”, rememora Ana Sanz. Su compañera, Arantxa Urzainqui, corrobora sus palabras y añade incertidumbre, miedo y frustración como las principales sensaciones que aquellos días de marzo y abril sobre todo la inundaban. “Los aislábamos y veíamos que no servía, a lo que se sumaba la tristeza que veíamos en sus caras”, recuerdan. Iranzu Martínez, enfermera del centro, añadía que uno de los mayores golpes se vivió cuando fallecieron tres de las cuatro religiosas que aún vivían allí. “Fue un golpe muy duro”, insiste. A la incertidumbre y tristeza en el momento del trabajo se unía, coinciden, el miedo a poder llevar el virus a sus respectivas casas. Unos momentos “muy duros” que, reconocen, se sobrellevaron mejor gracias al cariño y calor que recibieron por parte de los falcesinos y falcesinas. “Estamos orgullosas de nuestro pueblo. Al principio, cuando apenas mascarillas, se volcaron cosiéndolas en casa. También nos confeccionaron gorros y más adelante nos daban dulces , apuntan. Después de todo lo vivido y siempre con el respeto al virus y la incertidumbre ante una situación que, saben, puede cambiar en cualquier momento, estas tres falcesinas quieren lanzar un mensaje de agradecimiento a la ciudadanía por el cariño que pudieron sentir. Además, de forma personal, Martínez quiso reconocer la labor de las trabajadoras de la residencia. “Se habla siempre de los sanitarios pero estas personas no dejaron de atender a los mayores ni un solo día, cubrieron todas sus necesidades”, reconoció la enfermera quien también se mostró muy agradecida con el médico de Falces.

Falces: creciendo en nuevos servicios

La pandemia vuelve a impedir que las vacas corran Pilón abajo. Conscientes de que el encierro es su principal carta de presentación, Falces trabaja para potenciar y dar a conocer otras bondades

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