Ola de incendios
Detenido por causar un incendio en Tiermas, en la muga navarra
Efectivos de Navarra y Aragón trataban de frenar su avance, que obligó a cortar la Autovía a Jaca desde primera hora de la tarde
- Natxo Gutiérrez
- Gabriel González
- Micaela Barriga Arbulú
El incendio de este lunes 20 de junio en la muga con Aragón, que se aproximó hacia Yesa y hacia el Monasterio de Leyre, pudo ser intencionado. La Guardia Civil procedió a arrestar a un transeúnte como supuesto autor de las llamas, que obligaron a cortar la Autovía del Camino en ambos sentidos debido a la gran humareda generada y que afectaron a un total de 60 hectáreas de pinar en una zona con “mucho potencial forestal.
Así lo valoró por la tarde el director general de Medio Natural y Gestión Forestal del Gobierno de Aragón, Diego Bayona, que resaltó que las llamas “evolucionaban favorablemente”. El fuego se originó en el término municipal de Sigüés pasadas las 14.10 horas.
El incendio declarado a mediodía en la localidad aragonesa de Tiermas, en el límite con Navarra, obligó a cortar la A-21 (Autovía a Jaca) a la altura de Yesa fue causado por un hombre que fue detenido posteriormente.
La densa columna de humo formada en un área forestal junto al embalse exigió a sí mismo el cierre de la carretera que atraviesa el pueblo durante una hora.
En este espacio de tiempo la única alternativa de paso al tráfico rodado entre Yesa y Jaca fue la ruta de Sanguesa y Sos del Rey Católico. El doble corte de autovía y carretera sorprendió a automovilistas y transportistas. Entre los afectados se encontraban dos motoristas, Raúl Blanco y Raquel Collado, de Vitoria, que previamente habían sido desviados por el incendio de San Martín de Unx que había inutilizado las comunicaciones en el entorno.
A las cinco de la tarde, la carretera del pueblo volvió a funcionar. Efectivos de Aragón y Navarra, ayudados por dispositivos aéreos, trataban de frenar el avance de las llamas en el límite entre ambas comunidades. Vecinos y algunos visitantes tomaron la oportunidad de acercarse más hacia el embalse y avistar los hidroaviones que recogían agua para frenar el incendio.
El incendio avanzaba de forma paulatina y amenazaba con afectar de nuevo al monasterio de los monjes benedictinos. A las siete de la tarde, mientras se encontraba rezando vísperas, la comunidad religiosa estaba a la expectativa de la evolución de la densa columna de humo por si tuviese que ser evacuada.
Los residentes estaban a la espera de lo que pudiese suceder para poder tomar las precauciones necesarias.
