El buen ojo del bisabuelo que mantiene su bisnieto

Cuando Félix Mena, un joven de Burgos, llegó a Pamplona para instalarse como fotógrafo tuvo que buscar entre buhardillas y pisos. Era el siglo XIX y la ciudad no tenía luz eléctrica por lo que los estudios sólo podían recurrir a la iluminación natural que no entraba en los bajos . Y la encontró en una vivienda encima del Café Iruña. Ahora, su bisnieto Pablo Mena Sola puede ejercer el oficio en un local a ras de suelo en la calle Mayor, en el número 36. Una calle a la que volvió hace siete años tras reorganizar el negocio familiar y cerrar la del paseo Sarasate. Y fue volver porque si bien Pablo nunca había tenido allí tienda sí su abuelo Javier, cuando llegó la luz y los fotógrafos pudieron buscar locales en los bajos. Pero sigamos con Félix, que establecido en Pamplona se casa, tiene a Javier, se queda viudo y decide casarse otra vez, pero en Elizondo, donde fija su residencia. Allí nació otro hijo, al que le pone su mismo nombre. “Mi abuelo decidió regresar a Pamplona mientras que Félix se quedó a cargo del negocio de Elizondo, que por cierto, continúa hoy en día”, dice Pablo. En la capital navarra, Javier empezó pues en la calle Mayor para de ahí pasar a General Chinchilla, San Ignacio y finalmente al Paseo Sarasate. Un periplo en que se incorporó su hijo Victorio y más adelante Pablo, lo que permitió que el establecimiento estuviera en funcionamiento durante 70 años. “Y hace siete me vine para la calle Mayor, tras decidir cerrar tres tiendas. Casualidades de la vida, no fue buscado aunque aquí había empezado mi abuelo. Mi hermana vivía encima, me acerqué a verlo y me enamoré del local, con esa mezcla de piedra y madera tan típica de las construcciones navarras. Y, además, en su parte posterior tenía una trastienda que se podía transformar en estudio”. AUTODIDCTAS DE MOSTRADOR ¿Y quien fue su maestro? ¿Su padre o su abuelo? “Ninguno” (se ríe). La tienda tenía mucho trajín porque además de los encargos también trabajaban para Diario de Navarra. Así que no había tiempo para enseñar. Pero cualquier que sea de familia de comerciantes sabe que si metes el morro enseguida aprendes. Y, encima a mí, me entusiasmó. De hecho, empecé una carrera que decidí dejar porque quería vivir de la fotografía. Sólo cuando me he hecho mayor, me he preguntado si ha merecido la pena, tantas horas, tantas fiestas de trabajo, como San Fermín o fines de semana... y creo que sí, que a mí me ha merecido”. Y más si le regalan momentos como estas Navidades, cuando una familia acudió a hacerse un reportaje con la advertencia de que el pequeño de los hijos era muy tímido. “Acabó dándome un abrazo de lo bien que estuvo”. O ver cómo aquel chaval de Primera Comunión ahora viene para que le haga las fotos de su boda. “Eso te indica que la gente confía en ti para que inmortalices los momentos más importantes de su vida. Como en todo, la gente va a donde no le engañan y se le trata bien. No hay más secreto para mantenerte”. Eso, y sortear el mundo digital donde hoy los móviles se han convertido en cámaras. “Pero eso afectó sobre todo a establecimientos de revelado. Y nos quedamos los fotógrafos de reportajes o trabajos profesionales, porque la gente sigue queriendo un recuerdo de calidad de una boda, un bautizo...”. Reconoce que pensó que con el coronavirus les golpearía fuerte con la crisis. “Y más con las anulaciones de bodas. Pero te encuentras con que en Navidad han venido a fotografiarse porque quieren mandarle un recuerdo a sus padres mayores a los que no puede visitar. O que, como no van a poder celebrar la comida de la Primera Comunión, prefieren gastar más en las imágenes”. Pero no es ajeno a las dificultades que atraviesa el pequeño comercio. “Somos la comunidad proporcionalmente con más superficies comerciales. Y eso se nota. Sin embargo ahí seguimos, con pulso y ganas”. DNI 7 Años Es el tiempo que Foto Mena lleva en la calle Mayor Dirección. Calle Mayor, 36 Propietarios. Pablo Mena Sola Oferta. Especializado en lo que él mismo llama reportajes sociales, como son bautizos, comuniones o bodas, además de imágenes de recuerdo, como en Navidad. Historia. Esta saga comenzó con Félix Mena, un joven de Burgos, que en siglo XIX abrió un estudio encima del Café Iruña

El buen ojo del bisabuelo que mantiene su bisnieto

Un árbol genealógico de fotógrafos que en su cuarta generación desemboca en un comerciante que se confiesa enamorado de su oficio, aunque le robe horas y hasta fines de semana. Y desde hace 7 años, además, en la misma calle en la que empezó su abuelo, en la Mayor

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