Borja Alcate, diseñador gráfico y músico: "Ha vuelto el chándal y el rollo de barrio chungo"

Estamos en su taller y estudio, rodeados de tipos móviles, imprentas, serigrafías, órganos Farfisa y Hammond, guitarras... ¿Cómo se define? Mi trabajo es el diseño gráfico en su más amplio espectro. No solo diseño cosas que yo imprimo, sino que también hago diseño editorial, web... Sí que me he diferenciado por diseñar e imprimir con métodos que ahora pueden ser artesanales, aunque no me guste decirlo así. En realidad, antes eran industriales. Ahora es artesanal porque es más lento, porque necesita una preparación mayor... Sí. Que la impresión industrial de ahora no es precisamente con tipos móviles. Claro. El material con el que yo trabajo es el menos rentable del mundo. Lo que pasa es que para alguien como yo, que trabajo solo, por mi cuenta, puedo tener las máquinas paradas y utilizarlas para trabajos puntuales. ¿Y todo este material lo adquirió usted? Sí. Lo he ido adquiriendo yo. Pero cuestan poco dinero, básicamente su peso en chatarra. De hecho la mayoría de estas imprentas terminaron en chatarrerías. Y los tipos de madera solían terminar... ¿En las chimeneas? Eso es. En las chimeneas de las imprentas. Cuando se produjo el salto al offset, quemaban los tipos de madera para calentarse. Me lo han contado en varias imprentas. “¿Eso? Lo echábamos al fuego”. Ahora se venden como antigüedades. Explique en qué consiste la impresión con tipos móviles, no muy lejano del sistema de Gutenberg del siglo XV. Es que este sistema es Gutenberg. Es el sistema de tipos móviles que él perfeccionó. Básicamente es componer tipografías a mano, una a una, leídas inversas. Y cada letra y carácter con su molde correspondiente en relieve. Sí. La diferencia de diseñar con tipografías frente al ordenador es que tienes que pensar en un plano físico y real. No es una pantalla. Las letras no se pueden escalar. A veces te ocurre que la tipografía no entra en el papel. Con los tipos móviles piensas más en lo físico que en lo digital. Es un sistema con muchas limitaciones. Por eso evolucionó hacia el offset. Usted hacía los carteles de los conciertos del bar Nébula, que fue el templo de la música underground de Pamplona. Entiendo que para un músico y diseñador tenía que ser especialmente sugerente. Sí, sí. Hice un montón. Y lo hacía gratis. Para mí era una excusa para utilizar las tipografías. Es muy guay hacer carteles como se hacían antes, a mano. Tipografía pura y dura. Y luego, que eran conciertos a los que luego iba. Así que me sentía de algún modo partícipe. Como diseñador, ¿le interesa la iluminación navideña? Este año se ha generado cierto debate en la calle porque mucha gente la considera pobre. A mí nunca me ha gustado. Supongo que el debate está siempre ahí. Siempre me ha parecido excesiva y bastante fea. Yo creo que ha envejecido muy mal. Creo que seguimos con diseños de hace 60 años. Quizás entonces tenían cierto sentido por las formas, pero yo ahora lo veo muy pasado. Pues nos cuesta 215.000 euros a los pamploneses. Pues la factura también será guapa... (risas). ¿Pamplona es una ciudad con buenos diseños? Pues a mí me parece más interesantes los ilustradores de Pamplona que los diseñadores gráficos. ¿Por ejemplo? Pues me gusta mucho lo que hace Liébana Goñi, Cristina Jiménez, Idoia Iribertegui, Andrea Ganuza... Coincidí con muchas de ellas en el Festival Pumpk de autoedición. Veo más desarrollo y más movimiento en el mundo de la ilustración. El mundo del diseño suele ser bastante aburrido. Como con la ilustración, también creo que ha mejorado mucho la escena musical. Hace poco tocó con Las Kasettes en el festival Purple Weekend de León, uno de las citas importantes de la cultura mod. ¿Cómo fue la experiencia? Muy guay. Tiene una media de edad de unos 45 años. Hay mucho mod puro, pero va gente de todo tipo. El ambiente es muy chulo, la gente muy maja y nos trataron muy bien. ¿No echa un poco de menos las tribus urbanas de antes: mods, punks, rockabillies, heavies, siniestros...? Yo creo que se han suplantado por otras. Aunque no las tengo muy definidas. No las diferencio muy bien. Ha vuelto el chándal y el rollo de barrio. Como dicen Chill Mafia: “I was born Errotxapean...”. Pues mira, ahora que citas esa canción, creo que hay una romantización del barrio chungo. Y no me mola. Yo he estado toda mi vida defendiendo la Rocha frente a los que decían que era un barrio problemático. Y ahora está lleno de vecinos que han venido de Iturrama. ¿Quizás los heavies son los que se han mantenido más fieles a la estética ochentera? ¿Los heavies de J Hayber y chupa vaquera? Esos son los mejores. Supongo que ahora domina el mundo de la música trap. Los chavales consumen por internet y al final todo se diluye. Es como una sopa de cosas.

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