Obituario
Eulalio Tamames Sánchez, un comunista de convicciones
Fue sindicalista y trabajador de Potasas, convencido comunista que se esforzó por la implantación del PCE en Navarra y del sindicato CCOO

- C.A.M.
Me enseñó, cuando yo estaba en el Ayuntamiento de Noáin (Valle de Elorz), que las cosas, cuando son buenas para el pueblo, había que apoyarlas vinieran de donde vinieran. Detestaba la profesionalización de la política”. Ángel Tamames describe así a su padre, Eulalio Tamames Sánchez (Salamanca, 1936- Noáin, 2022), fallecido hace unos días tras varios años enfermo, en parte con secuelas de su trabajo en la mina. Tenía una hija y un hijo y tres nietos. El 1 de julio hubiera cumplido 86 años.
Tamames Sánchez fue trabajador y sindicalista en Potasas, una de las personas que trabajó en la organización del sindicato Comisiones Obreras en Navarra y del Partido Comunista en la Comunidad foral. Esa encomienda le trajo a Navarra a finales de la década de1960 del siglo pasado, por encargo del partido “en el exterior”, para el que colaboraba a medio camino entre Francia e Irún (Guipúzcoa).
Nacido en Salamanca a unos días del estallido de la Guerra Civil, a los 14 años tuvo que empezar a trabajar en el campo para ganarse la vida y mantener a su abuela. Su madre había fallecido cuando él era un niño. Antes había visto como su abuelo, que llegó a ser alcalde de su pueblo y dejó el partido socialista en discrepancia con la actuación de Julián Besteiro, y su tío maternos eran encarcelados por su apoyo a la República.
Su militancia política comenzó en las Juventudes Socialistas Unificadas, repasa su hijo. Encontró trabajo en Francia, en la construcción, y vivía a medio camino entre Irún y la frontera francesa. Allí se enroló en filas del Partido Comunista y funcionaba como “enlace en la clandestinidad”. “Pasaba propaganda por la frontera. Vivía en Irún y trabajaba en Francia”, rememora Ángel Tamames. De Irún fue a Marsella, donde fue “maqui” y trabajó con Simón Sánchez Montero, miembro del comité central y posterior diputado en las Cortes Generales.
Su llegada a Navarra, hacia 1968, fue una encomienda del PCE para que reorganizara el partido en la Comunidad. Entró a trabajar en Potasas y también tuvo un papel como sindicalista. Primero en el sindicato vertical y luego colaboró en la fundación del sindicato Comisiones Obreras, que acabaría abandonando a raíz de la expulsión de Marcelino Camacho. También dejó el PCE en medio de una escisión y la salida de Santiago Carrillo. “Fue secretario general del PCE, le tocó vivir la escisión con Euskadiko Ezkerra y otros vaivenes. Salimos del partido en 2000, pero no abandonó su sentimiento comunista. Mantuvo la ideología, pero no le gustaba estar en política por la gente que ocupaba puestos sin caer nada. Por los que se movían como políticos profesionales”, apostilla.
Su hijo Ángel Tamames, concejal en Noáin (Valle de Elorz) entre los años 1995 y 2003, recuerda su carácter dialogante y el consejo sobre cómo actuar en política y los apoyos a los temas que ayudaran al pueblo. Tamames Sánchez había sido concejante en Noáin, en representación de una candidatura de izquierdas impulsada ante las elecciones de 1979, cuando era un concejo del Valle de Elorz. “El PCE del exterior le aconsejó ir a Navarra para organizar y crear el partido pues no existía apenas organización. Lo abandonó en 2003. Había quedado muy tocado cuando Carrillo asumió los pactos de la Moncloa. No era carrillista pero para él el partido estaba por encima de las personas. Cuando llegó a Navarra se encontró que casi no había organización y las dificultades de los inicios. No le echaron atrás porque su lucha era para mejorar la vida de la clase trabajadora ”, resume su hijo.
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