Voto de las Cinco Llagas
Pamplona renueva el Voto de las Cinco Llagas
El alcalde y cinco concejales asistieron a la renovación del Voto de las Cinco Llagas
Actualizado el 02/04/2021 a las 15:21
En tiempo de pandemia, en un ambiente recogido en la iglesia de San Agustín, en el Casco Antiguo, se renovó este jueves el Voto de las Cinco Llagas, el agradecimiento municipal por haber librado a la ciudad de la peste, en 1599, “cuando los pamploneses descubrieron lo frágiles y vulnerables que eran”. La ceremonia la preside desde entonces la Corporación, ayer únicamente con seis de sus 27 representantes, todos de Navarra Suma, entre ellos el alcalde, Enrique Maya. El aforo del templo, cien personas con el 30% permitido, se llenó. Cantó la Capilla de Música de la catedral, dirigida por Aurelio Sagaseta, con Julián Ayesa al órgano.
Abarrotadas estaban las terrazas en el Jueves Santo de Pamplona cuando las campanas de la catedral llamaban al oficio. Entonces comenzaba la renovación del Voto de las Cinco Llagas en la cercana San Agustín. Otros años los corporativos se desplazaban en Cuerpo de Ciudad, con la Policía Municipal de gala. Este año caminaron desde el ayuntamiento Enrique Maya, María Echávarri, Ana Elizalde, María Caballero, Fernando Sesma y Carmen Alba, en solitario y vestidos de calle. Les acompañó el jefe de la Policía Municipal, Javier Goya. Ocuparon asientos reservados en primera fila en el templo. En la segunda se situaron dos miembros de la Hermandad de la Pasión, el prior Luis Javier Fortún y la subpriora, Esperanza Ochoa de Olza; así como el prior y el vocal del Consejo Mayor de la Hermandad de la Paz y Caridad, Eradio Ezpeleta y Alfonso Albeloa, respectivamente. Juan José Cambra, párroco de San Agustín, presidió la ceremonia. “Nuestra ciudad conserva la memoria de aquel acontecimiento, de una gran peste. Hoy vivimos una situación semejante, una pandemia de consecuencias nefastas en la salud, en la economía y el bienestar”, describió e invitó a los fieles a rezar y pedir a Dios que nos libre de la pandemia”. Pero reparó también en que “la crisis religiosa se extiende con tanta radicalidad que la indiferencia llega a los mismos creyentes”. “Un ateísmo interior, y la Iglesia no es un espacio inmunizado, hay practicantes que no cuentan con Dios. Pensamos que el mundo tiene que cambiar, nos lamentamos pero, ¿Qué hacemos nosotros?”, se preguntó ante las autoridades civiles y los fieles.
Se acordó de las personas que pasan más necesidad. “Aquí vienen unas 200, a la parroquia, mucha gente sufre y nosotros que tenemos dinero y medios y contribuimos en el ayuntamiento debemos ayudarles”, señaló.
Acabado el acto el párroco hizo un receso para que quienes no se quedaban en la eucaristía abandonaran el templo. Salieron el alcalde y los cinco concejales y los representantes de las hermandades. Todos ellos acudieron al oficio de la catedral.