Desde la asociación
Hegoak, ante las drogas y de cara a
Sanfermines, plantean que la decisión queda en manos de cada persona: “Tú mejor que nadie sabes lo que te va bien y lo que no. ¿Has pensado qué quieres decidir en estas fiestas?”, sugieren.
Según comentan, el
alcohol está socialmente aceptado en nuestra cultura, pero su consumo no queda exento de riesgos. El efecto que produce en el organismo, recuerdan, es depresor del sistema nervioso central: con dosis bajas desinhibe y con altas, la depresión del organismo empieza a ser más latente
(dificultad en el habla, movimientos, pensamiento, visión, reflejos, autocontrol...). Así mismo, a largo plazo puede afectar al hígado, sistema nervioso, digestivo y circulatorio. También, al bolsillo, a las relaciones personales y a la vida en general.
Por otra parte, desde Hegoak valoran que “no todas las personas tienen que beber. ¿Es obligatorio o necesario para disfrutar?”, plantean. Y dan unas
pautas para reducir riesgos, en el caso de consumir:
-Comer antes de consumir alcohol
-Alternar bebidas alcohólicas y no alcohólicas
-Salir a divertirse y no sólo a beber
-Conocerse a uno mismo para respetar mejor los límites personales
-Más alcohol no tiene porqué ser igual a más diversión
-Al día siguiente del consumo, comer bien y beber abundante agua
-La diversión y el buen rollo nacen del interior de cada persona, no lo crea el consumo
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