Tradición
El Ángel Aralar sale del santuario con una plegaria por la lluvia
Con 18 primaverales grados y arropada por 90 feligreses, la efigie de San Miguel inició su itinerario por 285 localidades para bendecir las cosechas de sus campos y a sus vecinos. El lunes 17 de abril llegará a Pamplona

Publicado el 09/04/2023 a las 20:30
En una tarde soleada, con 18 primaverales grados y viento sur, el Ángel de Aralar abandonó este domingo su santuario para iniciar el tradicional viaje por 285 localidades a lo largo de tres meses para bendecir sus campos y a sus vecinos. Por séptimo año consecutivo, el inicio oficial del santo peregrinaje (a más de 1.200 metros de altitud) no contó con la presencia de nieve por el sendero que cruza el valle de Ata hasta Baraibar, el único trayecto - unos 11 kilómetros - que realiza por monte la efigie de San Miguel, acompañada por un centenar de montañeros y feligreses.
Mariano Zubiría Galarza, a sus 75 años recién cumplidos, portó la imagen de San Miguel. Son ya 32 años en los que este vecino de Lekunberri y natural de Urdiain, carga con los 13,5 kilos del Ángel, aunque desde 2018 lo hace dentro de una mochila en lugar de sobre el astil por motivos de seguridad. El primer tramo del viaje se inició a las 16.30 horas de la tarde y culminó hacia las 19.00 en Baraibar, donde los vecinos salieron a darle la bienvenida.
“Hace años que el camino a Baraibar ya no es un barrizal. El tiempo cada vez es más seco. Luego, llegaremos a los pueblos y nos pedirán agua para el monte y para los cultivos. ¡Ojalá que cumpla la leyenda y que llueva cuando el lunes 17 de abril lleguemos a Pamplona! ” decía el capellán del santuario, Mikel Garciandia, consciente de la prolongada escasez de precipitaciones que sufre toda Navarra.
Garciandia estuvo acompañado por otros capellanes en las letanías que se rezan al inicio y final del recorrido: Javier Aldabe Arbea, Jesús Mª Sotil, José Antonio Apecetxea, Santiago Garísoain, Antonio López e Ignacio Azkoaga.
Iván Pellejero era uno de los fieles que acompañó al Ángel hasta Baraibar. Lo hizo cargando con su hijo Juan, de 16 meses, en una mochila infantil a la espalda, y con su hija Kattalin. Vecino de Areso, explicaba que acudir a la salida de San Miguel del santuario en su peregrinaje “es una tradición” que él ha vivido desde pequeño y que le gusta que sus hijos conozcan. “Es un día bonito y, como hace buen tiempo, nos hemos animado”, apuntaba.
Iñaki Oyarzun Arangoa, de Baraibar, decidió realizar la ruta con sus hijas June (13 años) y Maddi (10) y con su sobrino Luken (6). “Cuando era pequeño salía de monaguillo a recibir al Ángel con mi padre que llevaba la Cruz. Este año vamos a hacerla en honor al abuelo, José Oyarzun”, decía mirando a los niños.
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