Javieradas 2023
La segunda Javierada no pierde tirón con casi 17.000 peregrinos
Grandes grupos llegados desde Madrid, Barcelona, Zaragoza y otras ciudades participan en la segunda Javierada
Actualizado el 11/03/2023 a las 17:23
Una Javierada mucho más numerosa y animada que la del sábado 4 de marzo, con más familias, más niños y más grupos. Así lo atestiguan Miguel Zuza, de 57 años, y Javier Elizagaray, de 49, miembros de una cuadrilla que habitualmente hace las dos Javieradas, “por devoción a San Francisco Javier y porque es un día especial en el calendario”.
Con temperaturas casi primaverales, los claros y nubes y los chaparrones ocasionales han marcado esta segunda Javierada. Hacia las 11.30 horas, los peregrinos han tenido que sacar ponchos, chubasqueros y paraguas por un aguacero de gotas gordas que duró media hora y dejó destemplado a más de un caminante. A las doce ha vuelto a lucir el sol y el termómetro ha recuperado los 14-15 grados.
Las colas que se han formado en la bajada de Loiti, en el avituallamiento de la Asociación de Voluntarios de Navarra (Asvona) también dejaban constancia de la enorme afluencia de peregrinos. Agentes de la Guardia Civil se encargaban de que hilera de personas no invadiera la calzada. El elevado número de personas voluntarias ha permitido que la cola avanzara con agilidad. “Hemos cogido bolsas de gusanitos, chupachups, zumos, chocolate, bocadillos de queso, plátanos...”, enumeraban varios chavales de 8 y 9 años del grupo de scouts de Doniantzu de Zizur Mayor, bien vigilados por sus monitores.
A este gran ambiente han contribuido varios grupos de cientos de personas, organizados por colegios y movimientos religiosos de dentro y fuera de Navarra. Un millar de personas han pasado la noche en el Seminario de Pamplona, en sacos de dormir y esterillas. La Delegación de Juventud de Madrid ha traído en autobuses a 500 personas. Como en años anteriores, 300 jóvenes de edades muy variadas vienen con el colegio Salvatoris Mater de Madrid. También han partido desde el Seminario cien escolares del colegio Encinar de la capital.
Desde Barcelona también ha venido un grupo de 70 jóvenes del movimiento Schola Cordi Iesu. Los sacerdotes Juan Ganuza y Lucas Prieto se han encargado de darles alojamiento en Sarriguren. "Hemos salido a las cuatro de la madrugada. Ha costado levantarse pero ha merecido la pena. Vengo por muchos motivos, por ver al Santo para pedirles cosas, porque es un buen plan y porque en Pamplona tengo muchas primas", explicaba María Pineda Manresa, de 18 años. Precisamente, su madre ya venía con Schola Cordi Iesu a hacer las Javieradas hace 25 y 30 años.
La Javierada es la ocasión para que colegios de Navarra hagan de anfitriones a otros centros educativos. Maristas y Teresianas son un buen ejemplo. Las Misioneras de María Puerta del Cielo tienen colegios en Bilbao y en Collado Villalba (Madrid). Desde hace más de 10 años vienen para peregrinar juntos. “Los chavales vienen pensando en pasárselo bien el fin de semana, pero luego se encuentran con que la realidad es otra. Todos los años muchos de ellos tienen un cambio personal que luego les hace tomarse la vida de otro modo. Es una experiencia muy positiva, por eso siempre les animamos a venir”, comentaba Mercedes Berrocal, de 49 años, religiosa y directora del colegio de Collado Villalba.
Desde Valladolid, los franciscanos trajeron a una veintena de jóvenes del colegio San Francisco de Asís. “Casi todos vienen por primera vez. Hemos ido por la Foz de Lumbier y les ha encantado. De momento todos están aguantando muy bien y están muy contentos”, comentaba Alejandro María, monje franciscano, durante la parada que hicieron en Liédena.
La Javierada también es motivo de reencuentros familiares. Como las hermanas María Carmen y Marga Ibarra. “Yo vivo en Irún y este año me he tomado la Javierada como reto”, comentaba María Carmen. Con una treintena de Javieradas a sus espaldas, Marga asegura que es una cita ineludible. “Comprobar que cada año llegamos a Javier a pesar de que somos más mayores supone un motivo de agradecimiento”, expresaba.
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