Juan Franco Pueyo: "Desde este cargo he descubierto que hay más gente buena que mala"

Interrumpe sus vacaciones veraniegas para firmar ante notario la aceptación de una herencia. Se trata de casi un millón de euros que irá destinado a la investigación sobre el cáncer y a atender las necesidades de los afectados por la enfermedad. La rúbrica corresponde a Juan Franco Pueyo, presidente de la junta de Navarra de Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Ocupa este cargo desde el pasado mes de febrero y desde entonces no deja de sorprenderse. Ha descubierto grandezas del ser humano que desconocía y la generosidad de personas que ofrecen dinero y tiempo en una asociación en la que trabajan en Navarra 12 personas, además de 326 voluntarios, y que cuenta con 9.500 socios, que pagan como media 10 euros al mes. Este economista, que cumplirá en breve los 60, que ha rozado el poder político, como director general en varios gobiernos de UPN, y el poder financiero, como presidente de la Fundación CAN y consejero de Caixabank, dijo sí a un trabajo no remunerado al que, confiesa, dedica más tiempo del que pensó al aceptarlo. Profesor titular del Departamento de Gestión de Empresa en la UPNA, a donde llegó de la mano del catedrático Emilio Huerta, combina la docencia con las tareas de gestión como subdirector del departamento correspondiente. Funciones a las que ha añadido todo lo que lleva aparejado ser la cabeza visible de la AECC en Navarra, como, por ejemplo, aceptar en nombre de la asociación herencias anónimas que, dice, son más habituales de lo que se piensa. Sin ir más lejos, recientemente, aceptó otra de 850.000 euros. En un día de julio en el que el calor ya presume desde primera hora la mañana, Juan Franco estampará su firma debajo de esas seis cifras que contribuirán a facilitar en alguna medida la vida de los pacientes de cáncer, y lo hará entre satisfecho y todavía apabullado por una bondad humana recién descubierta. Después, reanudará sus vacaciones cerca de Ordesa, en la casa familiar donde le aguarda su madre, Conchita Pueyo Sancho, los recuerdos de tantos veranos vividos con sus cuatro hermanos (Pedro, José Alejandro, Conchita e Íñigo) y las botas, prestas para salir cada mañana al monte. Entonces, lo de recibir herencias, ¿es algo normal? Es muy habitual, hasta el punto de que a nivel nacional la asociación cuenta con un departamento dedicado a herencias. Todos los años hay alguna en Navarra. La mayoría procede de personas afectadas por el cáncer que han conocido la labor de la AECC. Lo importante es la generosidad de mucha gente que en sus últimos momentos se acuerda de la asociación. No solo se trata de dinero, también de pisos, acciones... ¿Puede provocar problemas con los herederos o suele haber conformidad? No he conocido esos problemas, pero no tengo duda de que a veces la lectura del testamento produce sorpresas. Pero tambiénsé que hay familias que apoyan esta decisiones. Además del apoyo económico, supone confianza y reconocimiento a la asociación. Cuando una persona ha estado afectada por el cáncer y ha pasado por todas las fases de la enfermedad es consciente de la necesidad de ayudar a la asociación en sus objetivos. En muchos casos, supondrá ayuda a la investigación y en otros, será apoyo a personas más desfavorecidas. Hay personas que saben que lo peor no es cuando llega el cáncer, sino cuando aparece la enfermedad y no puedes dejar de trabajar o no tienes recursos económicos... Personalmente, ¿qué ha descubierto desde este cargo que no conociera? Todo para mí ha sido una gran sorpresa. La mayor ha sido conocer a todas las personas implicadas. La generosidad es llamativa. Lo digo como alguien que hace seis meses desconocía esta asociación y que he comprobado la tremenda implicación de la sociedad en la lucha contra el cáncer. He descubierto que hay mucha más gente buena que mala. Cuando uno ve en el mundo la rivalidad, odio, desconfianza... y luego acude a una reunión en la que te dan las gracias por permitir ayudar, y que lo dicen de corazón, sin pedir nada a cambio, con el único motivo de sentirse recompensados por la sonrisa de un enfermo al que se ha dado la mano... Cuando uno ve eso, piensa que las cosas son de otra manera a como imaginaba. Contactar con los miembros de la asociación y ver a tanta gente buena que hace muchas cosas por los demás te hace creer mucho más en el futuro de la sociedad. El futuro de la sociedad también tiene que ver con la función docente. Antes, mi trabajo académico estaba basado en la investigación, en publicar...; luego, me centré en la gestión. Ahora mi mayor satisfacción me la aporta el alumno, cuando entiende un problema, cuando se interesa... ¿Aceptó el cargo por tener la enfermedad cerca? Tengo casos cercanos, pero ese no ha sido el motivo de aceptar el cargo. El conocimiento de lo que estaba haciendo la asociación fue lo que me animó a dar el paso. Y ver la necesidad de tanta gente que atraviesa una situación así. Con anterioridad, me habían ofrecido encabezar proyectos con puestos de responsabilidades académicas y culturales, y había dicho que no desde que en 2015 dejé de ser director general de Presupuestos. Había estado muy implicado en cargos con responsabilidades que afectaban a mucha gente, como puede ser el presupuesto de Navarra. Había sido presidente de la gestora de la Fundación Caja Navarra y consejero de Caixabank... Además, eran momentos muy intensos. Los recortes presupuestarios estaban todos los días en las portadas del periódico y el interés por la Fundación Caja Navarra era máximo. Me vi inmerso con responsabilidades en temas que eran el centro informativo en esos momentos. Y al volver a la universidad ya no quise aceptar otros cargos. Pero lo que sí estaba buscando era una actividad como voluntario, pensaba en las clases de adultos, por ejemplo. Cuando me ofrecieron este puesto en AECC, decidí no responder hasta conocer a fondo de qué se trataba. Me hicieron entrevistas muy profesionales desde la asociación. Conforme fui conociendo el objetivo y lo que se estaba haciendo pensé que tenía que aceptar. ¿Cómo accedieron a usted? Se pusieron en contacto conmigo porque un amigo dio a la asociación mi nombre. En febrero se había terminado el plazo de la junta anterior, dirigida por Francisco Arasanz, después de ocho años, ya que el mandato de cuatro puede ser renovado una vez más. Buscaban un perfil profesional en activo, más implicado en la gestión. ¿El actual consejo provincial la propuso usted? Elegí con absoluta libertad al consejo y lo ratificó el consejo nacional. Está formado por profesionales en activo. El anterior presidente era profesional jubilado y su dedicación era absoluta. ¿Eso puede suponer menos tiempo de dedicación? Sin ninguna duda. Pero por la experiencia que he tenido en las épocas más activas de mi vida, he visto que cuando tienes menos tiempo eres capaz de sacar mayor rendimiento. Esto nos obliga a organizarnos muy bien el tiempo. ¿Alguien dijo que no cuando se lo propuso? Nadie. Esa fue otra sorpresa porque son personas muy ocupadas. Y no se hicieron de rogar. ¿Cómo se organizan? Las sesiones del consejo son muy directas. Se celebran dos veces al año por estatutos, pero desde su constitución nos hemos reunido una vez al mes. ¿Hay cada vez más enfermos de cáncer? Es una realidad que cada vez afecta a más gente. Pero también es verdad que los pronósticos cada vez son más favorables. El objetivo de AECC es que en 2030 el 70% de los diagnósticos sea favorable. Una fase complicada para el enfermo es la que vive al recibir el alta al enfrentarse con más soledad a la situación. En la asociación hay una parte importante de apoyo psicológico que se ofrece en el momento del diagnósico, durante el tratamiento y después, porque la gente sale muy tocada. El alta en el cáncer supone seguir con revisiones, con el miedo a la metástasis, seguimientos... Mantenemos un convenio con el departamento de Salud para ofrecer la atención psicólogica desde la asociación. Esto nos lleva a estar muy próximos a Salud. Esta forma de trabajar es un ejemplo para otras comunidades. En su nuevo puesto, ¿le toca llamar a muchas puertas para pedir dinero? Hasta ahora no ha sido una tarea en la que me haya volcado, seguramente porque me he encontrado una situación muy saneada. Es posible que tenga que decidarle más tiempo. No es fácil, pero no es un problema descolgar el teléfono y pedir ayuda. Sorprende la generosidad de la gente y de las empresas. SALTO A LA GESTIÓN PÚBLICA Echando la vista atrás y yendo a 2007, cuando es llamado para ser director general de Desarrollo Internacional y luego de Presupuesto del Gobierno de Navarra. ¿Cómo fue el salto a la política? No di el salto a la política. Di el salto a la gestión púbica. Hay cierta confusión entre los cargos de designación política y los cargos políticos. No siempre es lo mismo. Es verdad que se designan a políticos para la gestión pública, pero no siempre es así. Un político es una persona con vocación de representar a los ciudadanos y yo no he participado nunca en unas elecciones. Acepté ser gestor público, pero no como político. Saltar a la política habría sido afiliarme y presentarme a las elecciones. ¿Ha tenido o tiene carné de UPN? No, ni de ningún partido político. ¿Cómo y por qué entró? Me llamó Álvaro Miranda, entonces consejero de Economía. En la universidad me había dedicado a la investigación en la primera etapa. Luego, desde vicerrectorado, a la gestión, que era mi vocación. Me llamaron desde el Gobierno de Navarra cuando era decano y me ofrecieron la oportunidad de gestionar el desarrollo internacional de Navarra. Ha sido testigo muy cercano, desde su puesto en la Fundación Caja Navarra y como consejero de Caixabank, de la transformación bancaria. ¿Hubiera sido positivo que hoy continuara Caja Navarra? La pregunta debería ser si era posible. Porque la crisis fue terrible y el resultado es que quedaron muy pocas cajas. No era fácil sobrevivir. Fue muy traumático para Navarra, pero también para otras regiones donde la caja local era una entidad muy importante. Entiendo que su interacción en Caixabank fuera traumática porque CANera una organización que había desarrollado una política hacia los empleados basada en la preocupación por su satisfacción y un apego a la tierra que no se mantienen al integrarse en una entidad nacional. Entiendo que la gente viviera con cierta pena la desaparición de su caja porque estaba implantada en toda Navarra y porque la consideraban suya. Pero fueron momentos muy convulsos. Al economista Juan Franco le gusta escribir. Lo hace regularmente desde un blog de la UPNA, dirigido por el catedrático Emilio Huerta, titulado “De qué vais los economistas”, desde donde disecciona, con otros profesores, temas económicos actuales. Los títulos de algunos de sus post y artículos, como “La insoportable levedad del dinero”, en referencia al título de Kundera, reflejan su interés por la literatura que le ha llevado a publicar ya un libro, “El libro del fuego”. Lo hizo durante la pandemia. Ahora prepara el segundo para el que dice que necesita una concentración que ahora mismo no tiene. Mientras, sigue analizando la actualidad económica y política. ¿Cómo ve la situación económica actual y futura? Con mucha preocupación. A mi me marcó un libro de 1969: “Estructura Económica: teoría básica y economía mundial”, de José Luis Sampedro y Rafael Martínez Cortiña. Decían que, de la misma manera que un peregrino se fija en una montaña o en un campanario de una iglesia como referente para guiar sus pasos hacia su destino, el indicador que debe guiar a los economistas en todas sus actuaciones es la lucha contra el hambrae. A partir de este texto un grupo de economistas ha hahabldo de la supresión de la ‘montaña del hambre’. Gracias a India y China el objetivo de acabar con el hambre ha dado pasos de gigante. Pero en esa transición es lógico que Occidente fuera a sufrir porque sus condiciones laborales están más desarrolladas. Era algo previsible. Pero creo que las cosas se pondrán en su sitio. Europa necesita adaptarse y eso solo se conseguirá con la innovación y con la dedicación a sectores menos intensos en mano de obra. ¿Y se ha conseguido el objetivo de bajar el hambre? Sin duda, hemos avanzado. En los últimos 30 años el porcentaje de población que pasa hambre ha pasado del 18% al 9%. Es una vergüenza que exista ese 9%, pero es una reducción. Para otros problemas, como la inflación, ¿qué soluciones hay? Me sorprende que nadie hable de un tema que creo que es importante. Nadie dice nada de que el Banco Central Europeo ha aumentado enormemente la base monetaria. En concreto, se ha multiplicado por más de 7 desde 2007. Eso quiere decir... Que ha puesto a funcionar la máquina de hacer billetes. No lo critico, porque ha sido una forma de financiar a empresas y sociedad en un momento como el actual. Pero si multiplicas la base monetaria es obligatorio que eso influya en los precios. Si crece la base monetaria más que el PIB, la consecuencia es la inflación. Pero se habla poco de esto, para mi sorpresa. Vayamos a Ucrania. ¿Cómo cuadran las sanciones económicas a Rusia mientras Europa depende energéticametne de ella? ¿Es una contradicción o apariencia? Difícilmente puedes plantear unas sanciones que provocan más daño a ti que al contrario. Europa reaccionó ante la valentía del pueblo ucraniano, pero es difícil sancionar si eso va a influir negativamente en ti mismo. La apuesta que se hizo por el gas ruso, que ha generado vínculos comerciales, podría responder al deseo de que Rusia se acercara a Occidente. Pero la respuesta ha sido la contraria. Cuando Juan Franco contaba 16 años, su padre le recomendó un libro. Pedro Franco Maldonado, ya fallecido, era gerente de Pikolín, había sido concejal del Ayuntamiento de Zaragoza, se había dedicado a diferentes negocios empresariales y, sobre todo, era “muy intelectual”, destaca su hijo. “Leía sin parar, se conocía toda la historia de Aragón”, añade. Se trataba del libro “Rasgos de valor”, que llegó a ser premio Pulitzer y que escribió el que fuera presidente de EEUU John F.Kennedy cuando era senador. A pesar de sus 16 años, o precisamente por eso, Juan Franco lo leyó. Sigue utilizándolo con frecuencia. “Es un libro que defiende votar en conciencia, aunque eso suponga ir en contra del propio partido. Quienes actúan así son considerados allí héroes y aquí villanos”, afirma. Imposible no preguntar por el caso de los diputados Carlos Sayas y Carlos Adanero (UPN), que votaron en contra del partido. Yo estoy fuera de la política. Pero si era lo que su conciencia les dictaba, hicieron bien. ¿Y si hay otros intereses, además de la conciencia? Yo hablo de conciencia en el sentido más estricto de la palabra, lo que uno cree que es mejor para la sociedad a la que representas. No me quiero meter y no defiendo que se vote en contra de un partido. Pero hay casos de personas que votan en conciencia y son considerados injustamente traidores. Y no siempre es así. En España defendemos la separación de poderes entre el Ejecutivo y el Judicial. Pero donde se producen sombras es en la división entre Ejecutivo y Legislativo, hasta el punto de que a un parlamentario por votar en conciencia se le puede llamar traidor. Si tiene que prevalecer la disciplina de partido, estaría bien que hubiera un solo parlamentario que votara y que el trabajo legislativo se desarrollara en la sede de los partidos.

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