Sociedad
Los adictos al juego en Navarra duplicaron su número en el último año
El 7,9 por ciento de los usuarios de Proyecto Hombre acuden a la asociación aquejados de este tipo de problemas

- EFE. Pamplona
Proyecto Hombre Navarra duplicó el pasado año el porcentaje de personas atendidas que referían la adicción al juego como principal problema, una situación que afecta al 7,9% de los usuarios, si bien la cocaína y el alcohol continuaron siendo las principales adicciones por las que se solicita tratamiento.
Así se desprende de los datos de la memoria del año 2020 de Fundación Proyecto Hombre Navarra, que ha sido presentada este jueves 16 de septiembre en rueda de prensa por el presidente del patronato, José Antonio Arrieta, su director, Alfonso Arana, su directora técnica, Cristina Illescas, y la directora del Programa de Comunidad Terapéutica, Elena Ugarte.
Según revela la memoria, a lo largo del 2020 el 7,9% de personas atendidas por la fundación referían el juego como problema principal, una tasa que resulta ser el doble que la registrada un año antes y que afecta en mayor medida a los hombres (8,5%) que a las mujeres (4%).
Debido a esto, ha comentado Arrieta, además del alcohol y las drogas en los últimos años han incorporado la atención a la adicción al juego puesto que “empieza a ser un problema importante”, si bien Arana ha aclarado que por las características de su atención no se trata de personas jóvenes, sino con una media de edad de unos 40 años.
“Estamos hablando de un transcurso de 8 o 10 años de haber estado jugando”, ha señalado, aunque “los procesos adictivos se van desarrollando a lo largo del tiempo y la solicitud de ayuda llega en un momento avanzado de la conducta”.
La cocaína y el alcohol, ha indicado Ugarte, se mantuvieron como las principales sustancias a las que aludieron los usuarios como problema principal con una tasa del 32% y del 30,3% respectivamente. Le siguieron anfetaminas (11,2%), cannabis (8,4%), juego (7,9%), heroína (4,5%), ketamina (1,1%) y psicofármacos (1,1%).
Hay que tener en cuenta, ha matizado Ugarte, que tres de cada cuatro personas en tratamiento presentaban problemas con más de una sustancia, siendo el alcohol y el cannabis las sustancias que más comúnmente acompañaban a la que originó la demanda.
Los hombres un año más contaron con una mayor presencia (84%) y la edad media se situó en los 39 años, si bien Ugarte ha matizado que ellas “acceden al tratamiento con una edad media 5,5 años más que los hombres, lo que constata que las mujeres llegan más tarde al tratamiento” y “normalmente su situación es de mayor deterioro”.
Además, ha señalado Arana, se observa también una fuerte influencia del rol de la mujer como cuidadora, pues “muchas veces los varones vienen acompañados por mujeres a tratamiento pero muchas mujeres vienen solas, con las redes sociales muy quemadas”.
Arrieta ha reconocido que el 2020 ha sido “el año más difícil de gestionar” de los 31 años de la fundación, un trabajo que han conseguido “con el doble compromiso de todos los profesionales de la fundación, un ejército de voluntarios” y un apoyo del patronato que quieren seguir incrementando, así como con el apoyo de las familias y los propios usuarios, que “han tenido un comportamiento ejemplar”.
El recurso de comunidad terapéutica, destinado a aquellas personas que necesitan abandonar por un tiempo su entorno habitual y que cuenta con 35 de sus 48 plazas concertadas con el Departamento de Salud del Gobierno de Navarra, atendió el pasado año a 134 usuarios y registró 65 nuevas entradas y 67 salidas.
Por su parte, en el centro de atención ambulatoria, dirigido a personas que pueden compaginar el tratamiento con sus actividades cotidianas y que cuenta con 24 de sus 150 plazas concertadas con Salud, la fundación prestó servicio a 274 personas con 144 nuevas entradas y 130 salidas.
Esto supone un descenso significativo en el número de admisiones a tratamiento con respecto al año anterior, pero esto, ha explicado Illescas, se debe a que “por efecto de la pandemia los dos meses de confinamiento no se pudieron realizar nuevos ingresos”.
La fundación ofrece también un servicio de atención individual en la prisión de Pamplona mediante entrevistas con las personas reclusas con el fin de “facilitar el acceso” a sus tratamientos “como medida alternativa al cumplimiento de su condena en prisión”, ha explicado Illescas.
Según ha comentado Arana, el efecto de la pandemia fue mayor aún en este servicio, pues estuvo prácticamente bloqueado desde marzo a agosto y presentó limitaciones más adelante.
Aunque ha reconocido que el número de reuniones fue mucho menor, se logró atender a 49 personas, las mismas que en 2019.
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