Pamplona
El Corpus Christi se celebró sin procesiones en las calles
La catedral de Pamplona acogió este domingo a 300 personas que asistieron a la eucaristía
- Laura Villanueva
El sonido atronador de las campanas, que retumbó por toda la ciudad, contrastaba con el silencio a la entrada de la catedral de Pamplona.
El repique era el único signo de celebración del Corpus Christi ya que, los devotos que asistieron ayer a las 12 del mediodía a la catedral de Pamplona, no pudieron recorrer las calles del Casco Viejo como marca la tradición.
Faltaron los pétalos de flores que alababan la salida de la Sagrada Forma de la catedral y los pendones blancos, amarillos y rojos que solían adornar las farolas de la ciudad. Aunque, la catedral de Pamplona volvió a acoger este año a dos niños vestidos de Primera Comunión. Acudieron a la eucaristía acompañados de sus padres y llenos de ilusión recorrieron en procesión el interior del templo, a pesar de no poder hacer lo por las calles de la capital navarra.
MEDIDAS DE SEGURIDAD
El interior de la catedral de Pamplona reflejaba la situación vivida en este último año y medio; bancos marcados con pegatinas verdes para que los devotos mantuviesen la distancia de seguridad, gel hidroalcohólico a la entrada y en las columnas, uso obligatorio de las mascarillas... Además, los fieles tampoco pudieron darse el gesto de la ‘Paz’, símbolo que implora la unión.
Las medidas también afectaron a la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona, a cargo del maestro, Aurelio Sagaseta, que presidió un coro reducido a 16 de sus 40 miembros. Su mano derecha, Julián Ayesa, le acompañaba al órgano.
Una situación muy distinta a la vivida en años anteriores donde predominaba el cariño, las risas y el acercamiento y donde la catedral de Pamplona llegaba a acoger a 800 personas. Ayer, las autoridades religiosas calculaban unos 300 asistentes, máximo permitido, tanto en los bancos como en las naves laterales.
POR DENTRO
El cardenal de Santiago de Chile, Celestino Aós Braco, presidió la ceremonia religiosa acompañado por el arzobispo Francisco Pérez y tres canónigos (José Antonio Goñi, Carlos Ayerra e Ildefonso Adeba), además de varios acólitos. En la primera fila, el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, junto a tres concejalas; Cristina Martínez Dawe, María Echávarri Miñano y Carmen Alba Orduna.
El coronavirus tampoco dio tregua en este 2021 e hizo suspender las procesiones de todas las iglesias de la Comunidad foral. Pero, el arzobispo, Francisco Pérez, encabezó una pequeña procesión por el claustro y el interior del templo para culminar la celebración del Corpus Christi. La Capilla de Música de la Catedral de Pamplona despidió, junto con el repique de campanas, la eucaristía.
EL CARDENAL CELESTINO AÓS BRACO PRESIDIÓ LA EUCARISTÍA
El cardenal navarro, Celestino Aós Braco, presidió ayer por primera vez la eucaristía del Corpus Christi en la catedral de Pamplona.
El arzobispo de Santiago de Chile fue nombrado cardenal, a sus 75 años de edad, en el Consistorio presidido por el Papa Francisco, motivo por el que el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, decidió ceder ayer la presidencia de la eucaristía.
El cardenal hizo un llamamiento a un modo de actuar inspirado en el don de amor y vida y recordó a los ancianos, enfermos y fieles que, a causa de la situación, no pudieron acudir a la catedral en un día tan especial para la comunidad religiosa. “No podemos perder la esperanza y debemos guiarnos por el camino de Dios”.
El cardenal acompañó al arzobispo en la procesión por el interior del templo y recordó que al Señor hay que llevarlo dentro.
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