Vulnerabilidad
Denuncian que jóvenes migrantes quedan desprotegidos al cumplir 18
Colectivos detectan un “goteo constante” de migrantes solos que deben abandonar los recursos de protección. Algunas salidas se dan “con apenas 24 horas de preaviso” y los jóvenes recurren a los albergues de alta exclusión

Actualizado el 23/01/2021 a las 06:00
Un grupo de entidades y colectivos denunció ayer la situación de “vulnerabilidad extrema” en la que se quedan algunos menores migrantes no acompañados cuando cumplen los 18 años o si se demuestra que eran mayores de edad. En ese momento pasan de estar cubiertos por el sistema de protección de menores, que les garantizaba toda una serie de recursos comenzando por el residencial, a verse obligados a iniciar una vida como adultos sin haber concluido, en muchos casos, su itinerario de inclusión social. En algunos casos, esa transición se hace “con apenas 24 horas de preaviso”, de modo que estos jóvenes se ven obligados a abandonar la plaza que ocupaban en un centro de acogida y recurrir a alojarse, al menos provisionalmente, en lugares como los albergues destinados a personas sin hogar, algo que los colectivos denunciantes consideran “gravísimo e inadecuado”.
Lydia Almirantearena y Beatriz Villahizán, en representación de La Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, Iruña Ciudad de Acogida, Papeles y Derechos Denontzat y Yoar, quisieron responder ayer a la consejera de Derechos Sociales, que aseguró la semana pasada en sede parlamentaria que Navarra “no había dejado de atender” a ninguno de estos jóvenes. Maeztu cifró en 211 los menores y jóvenes migrantes sin acompañamiento que hay ahora en Navarra, 75 de ellos mayores de edad.
Las entidades, sin embargo, ofrecen una visión distante de la de la consejera. Sostienen que el año 2020 ha supuesto “un giro” que ha empeorado la situación de aquellos que rebasan los 18 años. Para empezar, se está produciendo este “goteo constante” de salidas de los recursos especializados al cumplir la mayoría de edad, “pese al compromiso público del Gobierno de Navarra de mantener la atención hasta los 21 años”, aunque no esté obligado por ley. Según las entidades, hasta el mes de junio se habían producido de estas 25 salidas y, desde entonces, han ido contabilizando ellas mismas los nuevos casos, al menos otros 20, ante “la falta de transparencia de la Administración”. A su juicio, “la urgencia de estos procesos hace que el proceso de inclusión” de estos jóvenes “se rompa de golpe”. Preguntadas por la motivación de este cambio de criterio del Ejecutivo, las entidades apuntan a “motivos económicos” como una posibilidad.
Otros dos puntos que critican son, por una parte, “el desmantelamiento” de servicios específicos para estos migrantes ya mayores de edad, como los programas de alfabetización y de ocio. Por otra, recuerdan que las competencias para atender a estos jóvenes corresponden ahora a Políticas Migratorias. “Se ha producido un traspaso, pero no se ha realizado con la planificación y el diseño del programa adecuados. Tampoco se ha provisto a este departamento de la previsión de fondos suficiente”, valoran. En ese sentido, consideraron “insuficientes” los 401.500 euros con los que cuenta el Programa jóvenes migrantes sin apoyo familiar.
Todos estos factores han provocado que algunos de estos migrantes queden “en situaciones de desprotección y desamparo graves”, aseguran. Para hacerles frente, las entidades han podido comprobar, una vez más, “no solo el compromiso de las organizaciones sociales, sino también la solidaridad de la sociedad navarra con las personas más vulnerables”. Pero, como “esta no debería ser la solución habitual”, reclaman al Gobierno de Navarra “una inversión real” en los jóvenes migrantes. Esto es, “el mantenimiento del compromiso de atención hasta los 21 años”, así como “una salida del sistema adecuada y paulatina”.
Los colectivos auguran que la llegada de estos menores y jóvenes “no se va a detener” y recuerdan que este flujo migratorio llegó a colocar al sistema de protección a la infancia “al borde del colapso”. Solo el diseño de programas específicos permitió “recuperar los estándares de calidad” del sistema navarro, “que ha sido siempre un referente”.
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