Los veterinarios abogan por censar con ADN a los perros de toda Navarra

Quitar el microchip a un perro es factible pero quitarle su ADN es totalmente imposible. Con esta premisa, la identificación por ADN de los perros está ganando adeptos en muchas localidades. El Colegio Oficial de Veterinarios de Navarra recibe cada vez más consultas de ayuntamientos navarros preocupados por los excrementos de perros, así como por canes abandonados y robados. A la vista del interés creciente por el banco de ADN canino, los veterinarios navarros opinan que lo más razonable es la identificación por ADN de todos los perros de Navarra y que esa información genética se añada al actual Censo Canino de Navarra, que gestiona el Instituto de Salud Pública. “Tendríamos los datos del microchip más el ADN”. Además, a juicio del Colegio, entraña inconvenientes y “dudas legales” que cada municipio cree su propio banco con el ADN con los perros de la localidad y que gestione esa base de datos. “Ya existe el censo canino, donde se identifican y se entrega el microchip. Si un municipio hace un censo de ADN duplicamos información, lo que genera dudas sobre la protección de datos, pero sobre todo corremos el riesgo de crear un reino de taifas en este tema”, apuntan. “Otra consecuencia de crear un banco local es que haya fuga de perros censados a otros municipios”. Los veterinarios navarros salen al paso del polémico y pionero proyecto de ordenanza en el que trabaja el Ayuntamiento de Olite con el fin de regular la tenencia de animales. Uno de los puntos más controvertidos es, precisamente, la creación de un censo municipal de perros que, entre otros datos, incluiría su patrón de ADN. Olite es el primer municipio navarro que plantea esta medida, que ya se está realizando en otras localidades españolas, como Zaragoza, Málaga y Sevilla. Para la obtención de este código genético el dueño debería acudir a un veterinario para extraer una muestra de sangre que se enviaría a un laboratorio acreditado. Posteriormente, según el proyecto de ordenanza, el ayuntamiento expendería una chapa al propietario. La utilidad de este banco de ADN ayudaría a multar a los dueños de los perros que no recojan de la vía pública los excrementos de los animales o que dejan perros abandonados. El Colegio Oficial de Veterinarios remitirá al consistorio olitense un documento con alegaciones, donde se subraya que implantar la identificación por ADN “debería hacerse por vía legal y general para toda la Comunidad foral”, entre otras razones para no limitar el alcance de la medida. “Es evidente que si los registros son municipales y no se implantan en toda Navarra, la posibilidad de control que se pretende quedará muy diluida. Si un ciudadano de Tafalla no recoge las heces de su perro, en una visita a Olite, el ayuntamiento de esta localidad nunca podrá sancionar o apercibir esa conducta”. Protocolo y garantías Por otro lado, los veterinarios observan que el proceso de recogida de muestras (excrementos) para realizar las pruebas de ADN precisan de un “control exquisito de la trazabilidad“ para garantizar la imputación de una sanción”. Según opinan, debe haber un protocolo que garantice la cadena de custodia de las muestras durante todo el proceso. “Debe haber garantías en la obtención de muestras, en la preservación de cadenas de custodia, tanto en cuanto a las personas que las manipulan como a condiciones en las que se hace (cadena de frío) y la conservación de las mismas en casos en los que el titular solicite una revisión de análisis inicial”. Otro punto sobre el que los veterinarios llaman la atención es que la información que se obtiene con el código genético “tiene a largo plazo un evidente interés científico e incluso comercial”. Para los veterinarios, es lógico que el Ayuntamiento de Olite sea “ajeno” a estas finalidades “pero es importante que se garantice que los datos de los ciudadanos y sus mascotas no sean utilizados para fines comerciales o de otra índole sin su consentimiento”. De ahí que solo si el Ayuntamiento es el único titular y depositario de los datos y las muestras sin que el laboratorio privado conserve copia de las mismas se puede preservar la confidencialidad de los ciudadanos. El problema, aseguran, quedaría solucionado si esa información “está en manos públicas, en Salud Pública, en la ficha del Censo Canino de Navarra. Luis Javier Yus, gerente del colegio de veterinarios de Zaragoza: “Un modelo público para todo Aragón no pareció transparente” Aragón lleva adelanto a Navarra en el tema del banco canino de ADN. Hace un año, la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias firmó un convenio con la Universidad de Zaragoza (laboratorio genético) y los tres colegios oficiales de veterinarios (Huesca, Teruel y Zaragoza) para abordar esta problemática. El convenio consiste en que la federación redactó un prototipo de ordenanza para regular el banco de ADN y lo ponía a disposición de los municipios que lo quisieran usar. La universidad, por su parte, se encarga de analizar las muestras (heces, pelos, sangre etc) que le remitan ayuntamientos y veterinarios. La labor de los veterinarios es tomar muestras de sangre a los perros, que envían al laboratorio universitario y una vez que disponen los datos, los incorporan al censo canino de Aragón (Riaca), que en la comunidad vecina gestionan los veterinarios a través de un acuerdo con el Gobierno (en Navarra es el Instituto de Salud Pública). Zaragoza, a la cabeza “Un modelo público para todo Aragón nos pareció lo más transparente. En este tema del banco de ADN canino hay que ser prudentes porque hay muchos intereses”, cuenta el gerente del Colegio de Veterinarios, Luis Javier Yus. Zaragoza es el ayuntamiento aragonés de mayor tamaño que se ha adherido al convenio firmado por las distintas entidades -aunque hay otros que están en ello- . La ciudad del Ebro, que de momento solo utilizará el banco de ADN en el caso de perros abandonados y de maltrato animal, ha dado a los dueños de plazo hasta fin de 2018 para censar con ADN a todos los perros de la ciudad. Los propietarios corren con el gasto de hacer la prueba de sangre para obtener el código genético, que supone en torno a 40-50 euros. “No sé si el banco de ADN es la solución. Habrá que esperar un tiempo para analizar su implantación y valorar el alcance de la medida”. Luis Javier Yus considera que solo si “se vigila” el cumplimiento de una norma se pueden garantizar resultados.

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Dicen que la información genética debe estar en manos públicas, por lo que “debería añadirse” al Censo Canino de Navarra

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