El Forofillo
Campeones, pese a quien le pese
Osasuna goleó a un Real Madrid excesivamente ayudado por los mismos a los que critican por el caso Negreira

Actualizado el 07/05/2023 a las 01:54
La grandeza del Real Madrid se pierde en las formas de Ficticius. No hay más. El señor Flortentino, que tanto alardea de Libros Blancos y demás zarandajas, debería cortar cositas de esas que enmarañan lo que se le presupone a un equipo como el que preside. Sin más. Desde las entrañas, pero con sinceridad. Ficticius es un mal muy peligroso para el Real Madrid, porque ni es un señor, ni es respetuoso, ni es un ejemplo para la chavalería. Es, simple y llanamente, un tonto.
Y lo de los árbitros en este país hay que empezar a mirarlo con lupa y lentillas. Mucho se habla de Negreira, pero el señor Josemaría de turno, que pitó la final, inclinó la balanza siempre hacia el mismo lado, hacia el blanco. ¿Es eso justicia?¿Por qué permite que Ficticius se vaya de rositas con una amarilla y liándola en el túnel de vestuario? Luego vendrá el Gabriel Paulista de turno, le levantará tres metros del suelo de una patada y encima se quejará...
Señorío de una afición rojilla que ganó por goleada a una merengue que ni se dejó ver en Sevilla. Advenedizos y señoritos de turno que ni cantaban, ni animaban y se las veían venir felices contra un "equipito" que les puso en aprietos. Más de lo que se esperaban pero se vuelven con esa falsa superioridad que les va a bajar el City de Guardiola de un plumazo. Esa chulería, esa grandiosidad de la que hace gala el tal Ficticius engañosa, de cartón, de mentiras...
Osasuna nunca se rinde. Pese a que en la Fan Zone el menda lerenda tirara de una patada, a lo Rodrygo, la cerveza de los Aridane's Team, ese Berrogui y compañía a los que les debo unas cervezas merced a la torpeza del que escribe. Una goleada por las calles de Sevilla, una goleada en el estadio este en el que Rubiales se lo ha montado a lo Famiglia, que pilla cacho del pastizal que se deja el respetable, el paganini de turno, el asalariado que tiene que bajar desde 900 kilómetros para ver una final que se podía haber jugado en Madrid. Pero claro, la pasta es la pasta...
Corea la grada roja, "Osasuna, Osasuna". ¿Han oído a la madridista acordarse del perdedor? Ahí reside el poco señorío que el tito Florentino debería cortar, ese saber perder y, sobre todo, saber ganar. Y quitarse a gente como Ficticius y compañía, que se creen estrellitas y son poca cosa que en tres días se olvidan. ¿Apuestas? Pues eso. Que en cuanto lleguen otros por los que han pagado más pasta se les termina el chollo.
Subcampeones. Por segunda vez. Y que nos quiten lo bailado. Que le hemos tuteado a uno de los supuestos grandes clubes del mundo, que son una nadería por las formas, el comportamiento y, sobre todo, la ayuda que reciben. "Así, así, así gana el Madrid". En una liga denostada en la que este equipo que nos ha fastidiado la Copa, que nos empató en su casa gracias a un gol ilegal (recuerdo) ha sido incapaz de vencer al Barcelona más ramplón de los últimos años. Y se va de la Champions. ¿Apuestas?
Voy a dejar de apostar. No tengo dinero. No soy como los Ficticus, el carnicero de Camavigna que se podía haber dio antes de tiempo al banco, o el quiero y no puedo de Tchouameni que le sacan contra equipitos para justificar lo que se han dejado en su fichaje. No puedo. Lo siento. Ni Roncero, al que he tenido la (desgracia) de tener detrás los justifica. Si la Famiglia rojilla tuviera lo que hay que tener, se borraba de Laliga. Ale, que la jueguen ellos.
Enhorabuerna, chavales. Enhorabuena, afición. Osasuna es ganador por goleada de la Copa. En la grada, sobre el verde, en las calles de Sevillla... Vale, eso no da copas, ni títulos, ni gloria, pero España entera hoy es un poco más rojilla. Y eso lo ha conseguido un club como Osasuna. Que celebren los que cobran porrón de millones, con el millonetis de Florentino y don Felipe de Borbón en la grada. Toda para ellos, no es ni medio normal que en esta competición o en la Liga pasen estas cosas. No es normal. Orgulloso de ser de Osasuna. Pese a la desorganización al volver, que nos visitamos un parking sin querer mirarlo... Y ahora, vuelva usted a Pamplona... Y con una sonrisa.
¡Hasta la muerte, Forofillo hasta la muerte!