Osasuna 0-2 R. Sociedad
Derrota en el campo, victoria del osasunismo
Un Osasuna de altibajos cae ante una Real de jerarquía en la noche donde se aviva la llama de Sevilla
Actualizado el 29/04/2023 a las 00:52
Llegaba Osasuna al partido en una plenitud competitiva, pero quedó al descubierto que sigue siendo de carne y hueso. No era fácil abstraerse de lo que sucederá a 900 kilómetros en una semana. El marco ambiental era el preludio de lo que pasará en una Cartuja donde seguro se ganará en la grada. Bajo ese contexto, que el obstáculo ayer fuera la Real Sociedad complicó seriamente las opciones en el campo. Imanol volvió a ganar a Jagoba. El fútbol preciso y veloz donostiarra pudo con una presión e intensidad rojillas que estuvieron por debajo de lo esperado. Funcionando a tirones y con lagunas de concentración, la noche se puso cuesta arriba, aunque todo eso no quitó los ánimos para una fiesta total.
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Con la Real, ya se sabe. Amigos para siempre. Y más ayer, en la despedida en casa antes de emprender el viaje hacia la Copa. Parece que con ellos hay un conformismo enfermizo que diría Michael Robinson, cuya figura se ha apelado estos días para ensalzar el alma de Osasuna. Ayer, en el tercer aniversario de su fallecimiento y en un bonito día para recordar a leyendas, el equipo no funcionó. Con el corazón no basta. Pero en ocasiones así, con tanta carga sentimental, se gana osasunismo. Eso pesa. Más allá de haber perdido en un marcador.
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Ir a la noticiaOsasuna saltaba al césped de El Sadar con el vello erizado. Toda esa coctelera de pasiones pudo marcarle el paso inicial con el que encaró el encuentro. Minutos antes habían sido homenajeados los subcampeones de 2005. Ese tinte nostálgico encendió a la grada. Hubo cánticos hacia los Milosevic, Pablo García, Delporte y Puñal que evocaban a una época de imborrable recuerdo. Sevilla está cada vez más cerca y ese aguijonazo emocional que flotaba en el ambiente seguramente condicionó un arranque de clara desigualdad.
La cabeza estaba en La Cartuja. Mientras Osasuna no bajaba de la nube, la Real Sociedad aprovechó los cinco primeros minutos para generar dos aproximaciones y romper el 0-0. Los de Imanol Alguacil se encargaron pronto de afinar sus violines a la vez que El Sadar seguía en un ambiente festivo. Mikel Merino ponía el primer aviso con un disparo alto antes de que llegara el primer gol de la noche, producto de la falta de intensidad. Barrenetxea ya le había cogido el gusto a la banda izquierda y su centro lateral dentro del área acabó con el toque involuntario de Sergio Herrera hacia su portería. El meta rojillo esperaba el remate de Carlos Fernández, que punteó al aire para beneficio donostiarra.
IKER MUÑOZ, EN EL COMBATE
Se levantó Osasuna del golpe. O dicho de otra manera, salió a jugar por fin el partido. Arrasate había renovado el equipo como era esperado y se mantuvo en el eje central Iker Muñoz, que pasó otro examen con esa clarividencia para pensar y tocar de forma ágil, además de no arrugarse. Era una prueba de altísimo nivel.
Moncayola comenzaba a dejarse ver, lo mismo que un Kike Barja que buscaba asociarse con Kike García. El manchego volvió a la titularidad en busca de un gol que se le resiste. Dispuso de dos remates a los que no pudo dar la dirección deseada. Remiro había fallado en una salida por alto y se enredó más. La pelota llegó a Aridane, que cedió para el ariete rojillo. No había portero rival, pero tampoco era fácil el golpeo. Más tarde empalmaba una pelota alta que le había puesto Moi Gómez, un tanto apagado en la construcción del juego al partir desde la pizarra como hombre de banda.
Pasada la media hora, la Real volvió a retomar su patrón con ese fútbol tan limpio que se origina con la precisión en sus pases, siempre buscando ese momento de profundidad que complica a los rivales. Silva tomaba la batuta y Merino estaba en todas partes. El navarro terminaba dos llegadas sin demasiada puntería, pero dejando esa sensación de preocupación en Osasuna, desajustado y con imprecisiones groseras.
Sergio Herrera se calentaba con una parada a Cho antes del recital que daría en la segunda parte. Al descanso se llegaba con bronca de la grada. Merino pisaba en el área a Iker Muñoz en un duelo de direcciones opuestas tras un córner y sin salir del rectángulo también caía Aridane. El VAR interpretó que ni una ni otra acción era objeto de penalti. Arrasate no se lo podía creer.
CAMBIO DE PIEZAS
Sin mover el banquillo, Jagoba intervino en la alineación para cambiar hasta cuatro jugadores de demarcación. Moi pasaba al centro, Kike Barja de derecha a izquierda, Rubén Peña adelantaba metros en el carril diestro y Moncayola pasaba al lateral.
La salida tras el intermedio fue en tromba. Peña era pura electricidad y Barja rozaba el empate, cuando Osasuna ocupaba con bastantes camisetas el área. Aimar Oroz era el siguiente en acelerar las pulsaciones en la grada con otro tiro arriba.
Herrera se convertía en el salvador después, cuando el punto de ebullición en ataque no era el mismo y el equipo se desajustaba atrás. Ante Oyarzabal en el minuto 66 firmaba una de las mejores intervenciones de la temporada. Sorloth se marchó en velocidad de Juan Cruz y el noruego sirvió para que su capitán culminara a bocajarro. La respuesta de Herrera fue extraordinaria. La pelota acabó golpeando después en el larguero y también salió ganador en el rechace posterior. La Real Sociedad seguía bailando en El Sadar y acto seguido Sorloth y Oyarzabal, los hombres de refresco de la Real, se intercambiaban los papeles. El centro fue medido rompiendo a la defensa de Osasuna y los reflejos de nuevo de Herrera evitaron la sentencia antes.
Arrasate había intentado poner en aprietos a la Real con sus cambios. Budimir y Chimy salieron con más ganas dispuestos a revolucionar el partido. Volvía también Torró, un futbolista capital para jugar en La Cartuja. Estaba siendo un Osasuna con más corazón que argumentos. El croata tuvo algún acercamiento en el área interesante que no terminó con ese gol que sería el empate.
El banquillo de la Real imponía. Cada jugador que salía al campo generaba más respeto. Uno de ellos era Take Kubo, que amenazó primero con un disparo que salió fuera por poco y que después terminó por apuntillar con un tiro seco tras recibir de Merino.
El 0-2 no enfrió la fiesta en la grada, con el corazón puesto en Sevilla y que vivió el post-partido con las dos plantillas finalistas hermanadas en el césped. La siguiente conexión equipo-afición tendrá un título en juego.
0. Osasuna: Sergio Herrera; Rubén Peña (Rubén García), Aridane, Juan Cruz, Manu Sánchez; Iker Muñoz (Lucas Torró), Moncayola, Moi Gómez; Aimar Oroz (Pablo Ibáñez), Kike Barja (Chimy Ávila) y Kike García (Budimir).
2. Real Sociedad: Remiro; Elustondo (Gorosabel), Zubeldia, Le Normand, Aihen Muñoz; Merino, Zubimendi, Silva (Brais Méndez); Barrenetxea (Kubo), Cho (Oyarzabal) y Carlos Fernández (Sorloth).
Árbitro: Pizarro Gómez.
Goles: 0-1 (min.6): Sergio Herrera (p.p). 0-2 (min.90). Kubo.
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Alineaciones Osasuna - Real Sociedad: Iker Muñoz deja a Torró en el banquillo
Ir a la noticiaPuestos: Osasuna (8º), Real Sociedad (4º)
La clave: Atención a la movilidad de los hombres realistas.
El dato: Osasuna no vence a la Real Sociedad desde la temporada 2011/12.
La frase:
Jagoba Arrasate: “Tendremos que ajustar bien la presión, jueguen en rombo o con extremos”
Imanol Alguacil, sobre los partidos a las 22.00: "Nos estamos cargando el fútbol y para el espectáculo ni ayuda ni aporta nada".
