La historia de Lola Mateo: brillar después de tres años

Su mirada esconde la juventud de una chica de 18 años con muchos sueños, personales y deportivos, por cumplir. Sus ojos brillan dentro de un campo de fútbol, pero durante muchos meses se apagaron casi por completo. La historia de Lola Mateo (Pamplona, 2004), jugadora del filial osasunista, impacta. Las lágrimas están a punto de brotar por su rostro de adolescente al recordar todo el calvario que ha pasado. Dos lesiones graves de rodilla y un sinfín de recaídas. Más de tres años que le han privado de hacer el deporte que más le gusta: el fútbol. La navarra lo relata mientras realiza el camino al gimnasio que tantas y tantas veces ha completado sola, mientras sus compañeras entrenaban en uno de los campos de Tajonar. ¿Qué le pasó la primera vez? Estaba en el Campeonato de España en Málaga con la selección de Navarra. Ahí me hice una rotura parcial del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. ¿Cómo fue? En un mal giro. Era un centro-tiro que rebotó en el palo. Yo giro el cuerpo para seguir la trayectoria del balón y noto el crack. Ahí te das cuenta de que es algo grave. Es una lesión tan común a tu alrededor que sabes que es malo... ¿Qué recuerda de ese momento? Noté que algo se movía en mi rodilla. La rodilla crujió y dije: “Esto es malo. Esto es grave”. Y después... Primero intentamos fortalecer la zona con gimnasio, para intentar no pasar por el quirófano. Me intenté machacar, pero el primer día que salté al campo la rodilla me volvió a fallar. Entonces el médico le pone nombre a la lesión. ¿Qué se le pasa por la cabeza? Que iba a estar mucho tiempo sin jugar al fútbol y sin entrenar junto a mis compañeras. Piensas que vas a estar recuperándote sola y que va a ser muy duro. ¿Fue como lo imaginó? Nunca he perdido la esperanza de volver a jugar y eso que he tenido muchas recaídas. Muchas. Pero siempre hay algo que te mantiene. En su caso fue... Las ganas que tenía de volver a jugar. No quería que nada me quitara el sueño de hacer lo que más me gustaba. Me agarraba a eso. ¿Qué ha sido lo peor de todo este proceso? Me costaba mucho ir sola desde el vestuario de Tajonar hasta el gimnasio. Miraba a mis compañeras y ahí estaban entrenando. Tantos y tantos días la misma rutina... Era muy duro. Muchas veces he tenido ganas de llorar. La suerte que he tenido ha sido que Fermín, el readaptador, me esperaba cada día con la mejor de sus sonrisas cuando llegaba al gimnasio. Ha sido una salvación. Se recupera y sufre otro varapalo inesperado. Juego dos partidos unos minutos y, al tercero, la rodilla me vuelve a fallar. Me dijeron que era una contusión con distensión en el ligamento. Era mayo de 2021. Me pegué todo el verano fortaleciendo la rodilla derecha. Muchas horas de gimnasio para que no me volviera a fallar. Empecé la pretemporada con el equipo en agosto, pero tuve una nueva recaída. ¿Qué ocurre esta vez? Hago un tratamiento de tres meses con inyecciones en el ligamento, pero no se me recuperaba del todo. Llegó la segunda operación. En total son dos veces al quirófano, pero muchas recaídas de por medio. Abril de 2023. Vuelve a jugar al fútbol. Después de casi dos años volví al césped el 15 de abril. Fue como cerrar un ciclo. Me propuse volver y lo he conseguido. Disfruté mucho del momento porque fue muy especial. Me sentía muy orgullosa de mí. 15 de abril de 2023. Osasuna B recibe en Tajonar al Parquesol. En el minuto 81, Lola se prepara para salir al césped. A la banda también se acerca la capitana, Uxoa Bértiz. “Se acercó a mí y le dije que ella no era el cambio, que era Julia. Pero vino para darme el brazalete. En ese momento me dieron ganas de llorar. Me sentí muy especial siendo la capitana. Mis compañeras son lo mejor”, recuerda. La capitana corrobora lo duro que fue el proceso de Lola Mateo durante tantos meses. “Su historia es realmente un ejemplo de superación y nos ha enseñado a todos los que hemos vivido en primera línea su proceso, que los límites en la vida nos los ponemos nosotros mismos. En cada lesión y recaída se me rompía el alma, me daba muchísima pena y verla sufrir en solitario era realmente duro. No encuentro palabras para describir a Lola tanto personal como futbolísticamente. En el fútbol marcará ella su propio camino, pero es una futbolista que no tiene techo y la veremos en lo más alto, más pronto que tarde. Pero si por algo destaca Lola es por su gran corazón y lo buena persona que es. Lo tiene todo para triunfar en la vida”, se sincera la ‘10’.

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