Fichajes Osasuna
El grumete birlado a los Bucaneros
El fichaje de Catena por Osasuna no es un fichaje. Es un "fichajazo".
Actualizado el 07/02/2023 a las 11:51
Vallecas es mi segunda casa, de largo es el estadio, quitando El Sadar, cuyas gradas más veces he visitado. El amor por la madrileña y la identificación con la franjirroja han hecho del Rayito mi segundo equipo. Similar camiseta que el club con el que me bauticé en este deporte, cuando se llamaba futbito y jugábamos en pistas de cemento con guantes Mikasa amarillos (o verdes) con puntitos negros. Y como en Vallecas rezan los Bucaneros, "la vida pirata es la vida mejor".
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Para pirata Braulio Vázquez. El director rojillo empieza a tener galones y la buena marcha de Osasuna le permite tener un aval importante en la negociación con los fichajes. Como si del cofre de 'La Isla de las Cabezas cortadas' se tratara, el gallego ha pescado al tiburón de oro de los vallecanos, ha capturado al Barbarroja de la defensas de LaLiga, ha echado el lazo al doblón de oro más cotizado. Y es que el fichaje de Alejandro Catena para la próxima campaña (y otras temporadas más) no es una simple contratación. Alcanza el rango de "fichajazo".
El espigado central, que se queda a seis centímetros de los dos metros, es una de las joyas del conjunto dirigido por Iraola e Íñigo Pérez. La grada le quiere, le aplaude y es de los pocos a los que se les perdona todo. Las últimas ocasiones en las que he acudido al estadio franjirrojo así lo ha dejado ver una afición que tan pronto jalea a Bebé como avisa a una señora de las casas próximas al campo para que cierre la ventana, que va a salir el brasileño. Con Catena no pasa eso. Es el yerno perfecto, el hombre que todo padre quiere para su hija. Defiende como nadie, gana todos los duelos aéreos, conduce con elegancia y su efectividad en el pase en largo deja boquiabiertos a propios y extraños. Y encima marca goles.
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Ideal para el estilo Osasuna
Ir a la noticiaPoca gracia habrá hecho la noticia en las oficinas mal dirigidas por el señor Presa, y menos a una grada que se deja el alma por su equipo. Se les marcha un buque insignia, se va un futbolista que ha hecho crecer al Rayo de una manera exponencial, abandona a unos Bucaneros que, pese a ello, le dirán adiós como ellos saben hacer, sacándole alguna que otra lagrimilla el último encuentro de casa. Se va Alejandro, Catena. Se marcha a probar suerte y a sumar en otro proyecto. Lo malo es que se marcha. Lo bueno es que nos viene.
