Fútbol
Osasuna, un intruso en la Copa del Rey
Los tres clubes más laureados del fútbol español se dan cita en las semifinales. Una competición donde también se ha colado Osasuna, el único que no tiene títulos y sí el presupuesto más bajo

Publicado el 28/01/2023 a las 06:00
La presente edición de la Copa del Rey ha sido tildada como la mejor de la historia. Los clasificados para los octavos de final sumaban en total 99 títulos cada uno: Barcelona (31), Athletic de Bilbao (23) Real Madrid (19), Atlético de Madrid (10), Valencia (8), Sevilla (5) y Real Sociedad (3). Una suma en la que no participaba Osasuna, sin trofeos coperos. El dato ya era meritorio para los de Jagoba Arrasate. La proeza se produjo al eliminar al conjunto andaluz y obtener el billete a las semifinales. Cualquier adjetivo se queda corto.
Y es que lucharán por la gran final los tres clubes más laureados del fútbol nacional: Barça, Real Madrid y Athletic. Los únicos que nunca han descendido de Primera División. A esa fiesta privilegiada y exclusiva se ha colado un intruso: Osasuna. Lejos de números estratosféricos, las cuatro entidades comparten el orgullo de no ser Sociedades Anónimas, sino que son de sus socios. Un mérito en peligro de extinción en una época que intentan protagonizar en Europa grandes magnates ajenos al fútbol, dueños de imperios que se aventuran con mayor o menor éxito en este negocio. Por todo ello, estas semifinales de la Copa del Rey remiten a antaño.
Osasuna, que el próximo lunes conocerá el rival (13h), ha demostrado que David, el débil, puede con Goliat. Basta con ver los presupuestos de esta temporada. El Barcelona presentó a sus socios una cifra récord: 1.255 millones. Nada desdeñable el dato del Real Madrid: 770 millones. El del Athletic ascendió hasta los 135,8. Osasuna se quedó cerca de los 70.
La humildad la personificó Rubén García horas después de eliminar al Sevilla. “Hay gente que no ha dormido nada. Estamos reventados, no estamos actostumbrados a tantos partidos seguidos”, confesó el de Xátiva en Tajonar. Modestia, sí, pero también ilusión: “Queremos la final”.