Miguel Ezkurdia: “Osasuna sale reforzado del juicio, es más que las personas que lo dirigen”

Los cinco últimos años de la vida del abogado Miguel Ezcurdia Huerta (Pamplona, 28 de junio de 1974) han girado alrededor del caso que ha puesto en tela de juicio a Osasuna. Su misión ha sido defender la honorabilidad y limpieza del club ante una gestión -la de Archanco como presidente y Vizcay como gerente- plagada de irregularidades. Y lo ha conseguido. Así ha vivido el llamado ‘caso Osasuna’ por dentro. El viernes se hizo pública la sentencia del llamado ‘caso Osasuna’ ¿cómo se quedó al verla? Primero ves el fallo, y luego estudias más detenidamente la sentencia. Nosotros lo que queríamos era la recuperación del dinero, y si se ven las responsabilidades civiles es prácticamente lo que Osasuna había pedido, y eso es muy importante para el club. Hay que tener en cuenta que éramos casi los únicos que pedíamos esa reparación. Y nos hemos quedado muy satisfechos, más allá de las penas de prisión que se solicitaban. ¿Y de las penas de prisión? Parecen altas, y lo son, pero estamos hablando de cuatro delitos diferentes. Es la apropiación indebida, es la falsedad contable, la falsedad en documento mercantil, la corrupción deportiva... a nada que se apliquen penas por cada uno, te vas a penas que son altas porque se van sumando. No porque hayan aplicado los tipos más altos. ¿Es una sentencia dura? Sí, pero porque son un elenco de delitos diferentes. En los medios nacionales se ha incidido en el carácter histórico de esta sentencia, porque han remarcado la cuestión de la corrupción deportiva. Cuando no es lo nuclear. Exacto. He leído titulares de ocho años por corrupción deportiva, cuando no es así. Es lo que ha pasado también con el juicio, la Liga se ha centrado en la cuestión de la corrupción deportiva, que es lo que vendía y lo que venían buscando. Pero no hay más que fijarse en qué se han aplicado las penas para ver qué es lo importante y qué no es lo importante. Y lo importante es la distracción de dinero que ha habido, y la apropiación, que es lo que más ha pesado en la sentencia. ¿Le deja satisfecho el juicio? Partimos de que Osasuna hace una denuncia por medio de Pedro Baile y Luis Sabalza de dos folios en la que apuntaban que faltaban 2,4 millones de euros. Después de cinco años, un juicio con más de 100 testigos, periciales, etc se acaba diciendo que, efectivamente faltan esos 2,4 millones y que hay que devolverlos. Es simplista pero es lo que ha pasado. La sentencia está bien fundamentada. ¿Cree que la sentencia refleja lo que era Osasuna entonces? Claro. Es que no solo había una corrupción deportiva, sino que ha habido muchísimas cantidades -y la sentencia lo dice- que no se ha podido acreditar a dónde han ido. Lo que se ha podido acreditar es que lo sacaron quienes luego no han podido acreditar dónde ha ido ese dinero. ¿Dónde está el dinero? Esa es la gran pregunta. Y es imposible de responder. Lo que se ha podido demostrar es que el dinero que entraba de las taquillas como el que salía de la tienda, como el que se sacaba en efectivo se ha evaporado. Y nadie ha podido acreditar a dónde se ha ido, ni se ha podido demostrar mínimamente una trazabilidad de a dónde ha podido ir por mucho que se sacara en efectivo. Y no solo eso, la sentencia dice que se ha pretendido hacer una ocultación de esa salida de dinero a través de facturas falsas y mintiendo a los socios compromisarios del club de cuál era la realidad de as cuentas de Osasuna. ¿Cree que esta forma de operar irregularmente en Osasuna era organizado o que se iba improvisando sobre la marcha? Lo cierto es que el funcionamiento de Osasuna en esa época era lamentable a todos los niveles. La sentencia trata, y era una de las cosas que nosotros creíamos, es que todos eran responsables de esas salidas de dinero, con mayor o menos medida. La sentencia dice que era una actuación colegiada. Uno firmaba el dinero, otro sacaba el dinero, otro lo cubría en las cuentas, otro hacía la actividad deportiva... Todos ellos eran conocedores, y las penas -salvo matices- son muy parecidas. Hay un asunto en el que no se ha incidido mucho y es el cobro de las dietas, que está prohibido, y que es apropiación indebida. ¿Cómo sale Osasuna después de este juicio? Reforzado. Y lo que se ha demostrado después de este juicio es que Osasuna es más que un grupo de personas que lo dirigen. Con la Ley Foral de la Reestructuración de la deuda se ha demostrado cómo es Osasuna ahora. Se ha demostrado que es más que un club, es un sentimiento. Hubo un momento determinado en el que un grupo de personas no lo gestionaron debidamente. Pero creo que Osasuna sale reforzado de este procedimiento, con la posición que hemos tenido, con el reconocimiento del atenuante de colaboración -hemos estado a disposición de la Justicia para todo lo que nos ha solicitado-, con el reconocimiento por parte del juez de instrucción y de la propia Audiencia Provincial que no podía ser juzgado... por todas esas cosas creo que Osasuna sale reforzado. Eso no quita toda la pena que da ver lo que hemos visto y comprobar lo que era Osasuna en aquellos tiempos. Y el mérito de no haber sido imputados. Eso era realmente lo importante, más incluso que lo que ha sucedido después. Era necesario que se celebrara el juicio y que se depuraran responsabilidades y que se viera que todo esto es responsabilidad de personas individuales que cometieron actos individuales en momentos concretos. ¿Qué hubiera pasado si Osasuna hubiera sido imputado? Creo que el efecto hubiera sido demoledor. Pero lo importante es que Osasuna ha quedado libre de toda responsabilidad de estos asuntos, se ha enjuiciado es la acción de personas concretas. ¿Por qué la gente tiene una memoria tan débil o tan selectiva como se ha visto en el juicio del ‘caso Osasuna’? Yo creo que es lo habitual. Pero sí que es verdad que ha sido un juicio con una cantidad de testigos muy importante. Es posible que quien estuviera al pie de la calle de lo que sucedía en Osasuna en esos años al oír las declaraciones pensara: pero cómo éste puede decir esto. Pero hay que tener que las magistradas basan su actuación en lo que oyen en esas declaraciones. Y sí, vimos memorias olvidadizas... ¿Le sorprendió alguna? Sí, alguna sí. Sobre todo si eres osasunista y has vivido lo que has vivido, oír determinadas cosas te deja sorprendido. No puedo decir quién, lógicamente. ¿Cree que el modo de operar de los condenados era chapucero? No han hecho trabajos de ingeniería financiera, no. Ha sido un modo de funcionar muy burdo. Una desaparición, se saca dinero en efectivo, uso la caja y creo unas facturas falsas... sorprende. La gestión fue nefasta, pero es justo decir que vino heredada de los años anteriores, no solo de esa época concreta. Osasuna estaba herido de muerte cuando Archanco coge el club, no hay más que ver los números. Y éstos le dieron la puntilla. Y con dinero de otros. Claro. Se ven despilfarros no solo en las apropiaciones, ves despilfarros cuando la situación era caótica y no había dinero ni para pagar la luz. Se hacían cosas impensables en cualquier economía doméstica. Yo entiendo que cuando uno está en la gestión de un club como Osasuna se tiene que ser más exquisito que con su propia casa. Visto lo visto, ¿fueron estos los años más negros de la historia de Osasuna? Sí, sin ninguna duda. Estamos hablando de una deuda cercana a los 100 millones de euros. Eso para un club como Osasuna es una barbaridad, yo no entiendo que se formara esta bola sin que nadie lo advirtiera o lo parara hasta 2012. Me sorprende que los políticos convivieran con esta situación. ¿Le ha satisfecho la resolución del asunto de la corrupción deportiva? Nosotros en el asunto de la corrupción deportiva hemos mantenido una actitud de total colaboración creyendo que lo único claro era la salida de unas cantidades. No quedaba demostrado si efectivamente se produjo la corrupción. Y creo que no queda acreditado si los partidos se jugaron a perder o a ganar, no es una cuestión fácil. Si el tribunal dice que hay corrupción deportiva, hay que respetarlo totalmente. Está el matiz de si las primas por ganar o perder hay que considerarlas como tal. ¿Qué opinión tiene? Creo que hay opiniones válidas por las dos partes. Si se paga a un equipo para que gane, efectivamente estás corrompiendo en parte la competición. Estás pagando por algo que deben hacer. Si castigas, parece que estás obligando a ese equipo que no tiene nada que hacer a tirar la toalla. Si no lo castigas parece que si no pagas al equipo contrario no va a hacer todo lo que tiene que hacer. No es fácil la decisión que tiene delante el Supremo. ¿Entiende la posición de Emilio Cortés sobre la corrupción deportiva? Sí la entiendo, y la contraria. Pero creo que llevar las penas por el ámbito penal es un salto cualitativo muy importante. Esto todavía no ha terminado, a Osasuna le queda todavía un largo recorrido judicial. Primero los recursos individuales. Y en septiembre empieza el caso de los delitos fiscales desde el año 10 hasta el 14. La única cuestión a dilucidar ahí es la multa que tendrá que pagar el club, pero el asunto de la deuda tributaria ya está satisfecha. Ahí creo que se han hecho bien las cosas. Y queda la pieza separada de Izco, y el alzamiento de bienes de Archanco. Quedan dos años por lo menos. “Han sido cinco años muy duros en los que he vivido para esto” ¿Qué ha sido para usted el juicio del ‘caso Osasuna? Cinco años de un desgaste terrible, en lo físico y psíquico. Y con la presión añadida de que estamos hablando del club de mi vida, del que soy socio desde hace 40 años y por todo lo que supone. Este no es un cliente más, es mucho más. Yo he intentado hacerlo de la mejor manera posible, sobre todo pensando en el socio de Osasuna. ¿Por qué le ha supuesto un desgaste personal tan grande? Porque te exige mucho, porque la gente que hay detrás tiene nombres y apellidos y porque para hacer el trabajo como creo que lo tengo que hacer me lleva una exigencia máxima en lo profesional y en lo personal. Pero para eso estamos. Y teniendo en cuenta que tendría más casos abiertos. Sí, claro. Pero cuando tienes un juicio de dos meses de este nivel, más lo que viene detrás prácticamente vives para esto. Hay sesiones por la mañana, que no sabes cuándo van a acabar y luego hay que preparar los testigos del día siguiente, 4000 folios de procedimiento... no sé cuántas horas le he metido. Esto es algo que me gusta, que lo vives desde dentro, y le metes todas las horas y más. Me he visto los partidos aquellos otra vez, he investigado a los jugadores, he tenido que buscar muchas cosas. ¿Cómo era su relación con las defensas? Aquí estamos los que estamos y cada uno hace su trabajo de la mejor manera que puede. No he tenido ni tendré ninguna cuestión personal con ninguno de mis compañeros. ¿Cuál ha sido el momento más crítico? Para mí lo más difícil es solicitar las penas de prisión. Yo tenía muy claro que el objetivo era el tema económico, tratar de recuperar ese dinero, pero estamos hablando de un proceso penal, que tiene unos delitos y unas penas. Yo estoy más acostumbrado a la defensa que a solicitar penas, y me sigue costando. Porque hay personas detrás de los casos, independientemente de lo que hayan hecho. Pedir penas de cárcel nunca es agradable. Humanamente, ¿qué huella le dejan los condenados? Los conocía de Pamplona, de Osasuna... y no me alegra que alguien vaya a la cárcel. Ellos han tenido una actitud correcta en el juicio, teniendo en cuenta que ha sido duro para ellos. ¿Qué opinión le merece lo que ha hecho Ángel Vizcay? Hay muchas cosas que no puedo entender por muchas vueltas que le doy. Con la estrategia que siguieron podía pasar lo que ha pasado, que con cuatro delitos la pena fuera importante. Y al final ha sido así. El jugar al yo no he sido, yo no sé nada les ha llevado a una responsabilidad colectiva, que se ha castigado. ¿Ser osasunista como lo es usted es un plus o una carga en casos como éste? Es un plus. Porque conoce todo de lo que venimos tirando, conoces cómo han pasado las cosas, de dónde vienen, quiénes eran los jugadores, quién tenía mando en plaza y quién no... Ser osasunista es un plus. Cuando pasaron las declaraciones yo ya sabía lo que había pasado. Luego ya sabes dónde tienes que mirar y que buscar. Su padre estuvo en Osasuna. Sí, mi padre estuvo en la junta directiva con Fermín Ezcurra. No me acuerdo en qué año entró, pero estuvo allí hasta el momento de la dimisión. Usted a mamado Osasuna desde pequeño. Desde muy pequeño. El primer partido que vi fue en Segunda División fue un Osasuna-Sabadell, tenía cuatro años. Y a partir de ahí, hasta hoy. Sigo siendo socio. Supongo que una situación caótica como la que se ha jugado y un a forma tan chapucera de hacer las cosas no volverá a repetirse. Espero que no. Yo creo en la honradez de esta junta y del presidente actual, pero es que además ahora hay medios de control que invitan a pensar que esto se vuelva a producir. Hay una comisión económica en la que hay un inspector de Hacienda, cada seis meses hay que mandar las cuentas a la Liga, no se deja gastar cuando no hay dinero... puede volver a suceder, pero no a esos niveles de descontrol total que se han juzgado estos días. Y no hablo solo de las apropiaciones, sino del despilfarro del dinero que se hizo por aquellas fechas. Para mí eso es lo más triste. Se podía haber dado esta situación, pero con una economía más saneada. En aquella época, desde Pachi Izco, se gastaba muchísimo más dinero del que entraba en el club. Y no solo eso, sino que para poder sobrevivir, era necesario no pagar impuestos. Y al final del túnel nos encontramos con 100 millones de euros de deuda. ¿Llegó a temer por la desaparición de Osasuna? Sí, sobre todo en el partido de Sabadell. Yo ahí veía la desaparición del club, además estuve allí. Lo viví en directo. Con la Ley Foral se salvó a Osasuna, pero creo que después Osasuna ha devuelto con creces todo lo que económicamente se le había concedido. Y creo que al final ha sido bueno para Osasuna, pero también para la ciudad. Este es su caso más potente. Mediáticamente sí. También me tocó el caso de la estafa piramidal más potente que ha habido en Navarra. Ahora la vida sigue.

Miguel Ezkurdia: “Osasuna sale reforzado del juicio, es más que las personas que lo dirigen”

El pasado viernes se conoció la sentencia del ‘caso Osasuna’. Una resolución calificada como histórica porque condena con cárcel las primas a terceros. Miguel Ezcurdia ha defendido al club en los cinco años del proceso

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