Tropiezo para empezar en Irún

Primera prueba, primera caída. Osasuna no pudo ante un rival de Segunda División B como el Real Unión de Irún. Los rojillos mostraron su autoridad, pero también ausencias en todas las facetas que, aun siendo propias del inicio de pretemporada, desembocaron en la primera decepción.

Fue la juventud rojilla la que reinó sobre el terreno de juego en la primera mitad, además de la presencia de las nuevas caras de Nacho Vidal, en el lateral, e Íñigo Pérez, en el medio. En los primeros compases del partido, Osasuna manifestó mayor categoría. Acosó la mitad del campo de su rival, aunque con poco éxito cara a portería. Una ausencia que terminó costando caro.

Pronto avisó Olavide con un disparo raso que se marchó rozando el poste. Le siguió Miguel Díaz tras una internada en el área en la que estrelló el balón directo en las manos de Txusta.

Al Real Unión le costó encontrarse, pero cogió ritmo y en su primer acercamiento, Letamendia obligó a Juan Pérez a sacar una mano clave para evitar el primer gol de la tarde. Un tanto que terminó llegando pasada la media hora, pero no precisamente de los navarros. Fue el propio Letamendia el que, tras una salida de Juan Pérez, aprovechó la caída para introducir el esférico en la red rojilla.

Osasuna continuó insistiendo, pero el peligro fue a menos. Solo antes del descanso Miguel Díaz pudo poner la igualada con un tiro desde la frontal que salió golpeando el palo.

Onces completamente distintos para la segunda mitad. Jagoba Arrasate optó por la experiencia de Osasuna para saltar al terreno de juego con Rubén Martínez estrenándose en la portería. Y sin gol encajado. Sin embargo, la ganas de remediar la situación dejaron llevar la batuta al Real Unión en los primeros veinte minutos.

Los unionistas acosaron la meta de los navarros, más de lo esperado. Y es que los rojillos achacaron el desgaste de los días pasados, pero no dejaron de intentarlo hasta el final. Actitud aunque sin recompensa. Javi Martínez se topó con el meta Gorriño y Torres, a centro de Lillo, la envió fuera.

Los últimos instantes fueron completamente rojos, pero el espectáculo no dejó grandes ocasiones ni un partido para recordar. Los minutos se agotaron y no hubo tiempo para más.

Osasuna erró en su primera prueba, un entrenamiento más dentro de la pretemporada, pero ante un equipo de menor categoría. Este sábado tendrá la oportunidad de lavarse la cara en un nuevo enfrentamiento ante el Arenas de Getxo (19.30 horas). Una nueva visita, una nueva oportunidad de conformar el bloque y de integrar las ideas del nuevo técnico de Osasuna.