Oberena: aferrados a un escudo

En Oberena se viven días de ilusión. Los manguiverdes lograron meterse a una fase de ascenso catorce años después, y no han defraudado. El pasado sábado, en el encuentro de ida, vencieron al Antequera y este fin de semana viajan a tierras andaluzas con el objetivo de conseguir su billete a la segunda ronda. David Sádaba marcó en encuentro de ida un auténtico golazo para abrir la lata y acercar a su equipo un poco más al sueño. Fermín Remacha, ex capitán y jugador del primer equipo durante once años, fue protagonista en la última clasificación a un playoff de Oberena en 2003. Anunció su retirada hace cuatro temporadas. Sin embargo, no se ha despegado del equipo de su vida y, a día de hoy, sigue participando en los entrenamientos. Ambos analizan el momento dulce que vive su club. ¿En qué ha cambiado Oberena respecto a la temporada pasada? David Sádaba. Yo destaco la actitud de los jugadores. Fue un año jodido, pero se quedaron todos. Dijeron que sí a pesar de que parecía que íbamos a descender. Eso nos unió mucho más. Este año era nuestra oportunidad. Lo hemos dado todo para intentar estar aquí y al final lo hemos conseguido. Fermín Remacha. Aquí somos un equipo, pero somos todos amigos. A mí me aceptan siendo el mayor y también aceptan al más pequeño. No hay clases. Todos somos iguales. Nos llevamos muy bien y nos compenetramos. A veces no tienes suerte o un buen líder, pero cuando todos se ponen de acuerdo no hace falta que tengas un gran equipo para que las cosas salgan bien. ¿Se esperaban a principio de temporada quedar tan arriba en la clasificación? D.S. No. Después de lo de la temporada pasada, empezamos dos o tres partidos perdiendo seguidos y volvieron los fantasmas del pasado. F.R. Nosotros sabíamos que teníamos buen equipo. No ha cambiado mucho respecto al año pasado. D.S. Nos lo creímos. Poco a poco empezamos a ganar y pensar ‘¿a ver qué pasa?’ Al final, con opciones hasta la última jornada y ahora estamos disfrutando del playoff. Y llega el partido contra el subcampeón de Andalucía, y ganan. D.S. Daba igual quién viniese aquí. Íbamos a jugar de la misma forma. De la que hemos venido jugando todo el año. Viniese el que viniese. El primero o el decimoquinto, igual. Íñigo (Ardanaz) nos dice cómo tenemos que jugar, le hacemos caso y han salido las cosas. Antequera es un equipo muy complicado, técnico y habilidoso. Allí vamos a sufrir lo que no está escrito. Es un campo enorme, pero también tenemos nuestras bazas. F.R. Yo he visto muchos partidos este año y en este se dejaron el alma. Corrieron el que más de todo el año. Fue el que más ganas le pusieron. Se veía que algunos estaban nerviosos, pero salieron las cosas. Y cuando salen, ganas. ¿Cuáles son las claves en una fase de ascenso para que salga todo bien? F.R. No confiarse y darlo todo. No hay que volverse locos. No hay que pensar ni en que estás eliminado, ni que estás en la siguiente. Porque si te confías, en estos niveles, un partido puede cambiar en nada. El otro día el Antequera se llevó una lección porque Oberena lo dio todo, le salió un partidazo y ganó. Que no se piensen ahora que porque juegan en casa, Oberena se va a achantar. D.S. Pensar en disfrutar este partido. En toda la ilusión que hemos puesto. En toda la que tenemos. En ganas, no nos llegan ni a la suela del zapato. Tenemos unas ganas increíbles de jugar ya. Si se pasa, disfrutaremos de la siguiente ronda. Y si no, muy alegres por la temporada que hemos hecho que ha sido excelente. Fermín, ¿cómo recuerda aquel último ‘playoff’ de Oberena, hace catorce años? F.R. Era mi primer año en Tercera, y yo era un crío. Para mí todo era nuevo. Nuevos compañeros y nuevo campo, porque justo lo habían cambiado a hierba artificial. Fue muy especial porque era mi primer año y llegamos a la fase de ascenso. Fue increíble. Luego ya me di cuenta de lo que nos ha costado. Han pasado catorces años y yo no lo he podido ni volver a vivir como jugador. Con los compañeros sí porque entreno con ellos, pero no es lo mismo. ¿Qué les atrae tanto de Oberena para llevar aquí tantos años? F.R. Llevo aquí desde los seis. Es más que un sentimiento. Lo he hecho todo aquí siempre y nunca me han decepcionado. Nosotros somos una familia. Habrá habido años mejores y peores. Pero incluso el año pasado, en el que estábamos donde nadie te quiere, ahí estábamos todos unidos. Eso es lo bonito del fútbol. No venimos solo a jugar. D.S. Llegué el segundo año de juvenil. Me llamaron. No dudé en venir. Es un gran club. Tiene una cantera muy buena. Desde el primer año que vine, ya se veía el buen ambiente que había dentro. Ya cuando subí al Tercera, algunos jugadores como Remacha, Ilintxeta o Miranda me ayudaron mucho. Es una familia. ¿Qué supondría el ascenso para Oberena? F.R. No lo he pensado nunca. Queda mucho camino de por medio. Ya habrá tiempo de soñar. D.S. Ni se habla. No lo hemos pensado. Solo hay que pensar en este partido

Oberena: aferrados a un escudo

Fermín Remacha, ex jugador de Oberena durante once temporadas, y David Sádaba, goleador en el encuentro de ida, comparten la ilusión que vive el vestuario antes del decisivo partido en Antequera

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