ENTREVISTA
Esquí
Adur Etxezarreta: "Los Juegos son una experiencia brutal"
Tras un viaje de 47 horas, el navarro llegó ayer a su casa de Areso después de brillar en sus primeros Juegos Olímpicos. Allí va a descansar unos días antes de retomar la competición internacional

Actualizado el 12/02/2022 a las 13:07
Sobre unos esquís de escasos centímetros de anchura, Adur Etxezarreta Rezola se desliza por laderas nevadas a tal velocidad que haría saltar cualquiera de los radares que jalonan la Autovía del Norte, esa vía que se ve desde su casa familiar de Areso y que el jueves por la tarde este deportista de 26 años recorrió desde Biarritz para poner fin a un viaje de 47 horas desde Pekín. Cerraba así su primera participación en unos Juegos Olímpicos de Invierno en los que ha conseguido la mejor clasificación de la historia de un esquiador español en Descenso (17º) y se ha hecho hueco y un nombre entre los mejores especialistas del mundo.
Todo ello cuando, a los 19 años y tras un doble paso por el quirófano para solucionar un problema en su rodilla izquierda, llegó a pensar en que no iba a poder esquiar. “El primer día que fui a esquiar tras la rehabilitación le llamé a mi madre llorando porque, por el dolor, pensaba que no iba a poder esquiar más en mi vida. Pero, poco a poco, fui recuperándome, gané mi primer Descenso en Andorra y ya ...”, recuerda este deportista.
Un esquiador de Areso logra el mejor puesto de un español en un Descenso en los Juegos Olímpicos. ¿Se lo va creyendo?
Es muy extraño sí. La verdad (ríe). Mi caso es raro y más porque en España ni se compite en Descenso, pero bueno... Aquí,en Areso, se juega a pelota o a fútbol pero mis padres me enseñaron a esquiar. Me ‘enganché’ muy joven y, poco a poco, he ido persiguiendo mi sueño, subiendo poco a poco el nivel.
Además de una buena ‘colección’ de pins, ¿qué es lo que se trae de estos Juegos?
(Ríe) Es una experiencia brutal. Desde que era niño, desde que empecé a competir, soñaba con ir a unos Juegos y cumplir ese sueño es una de esas cosas que me traigo. Y, más allá del puesto y del buen papel que supone, el verme esquiando tan bien y compitiendo a este nivel con los mejores.
¿Y un momento que no va a olvidar?
El día de la carrera, al empezar a subir con la cabina hacia la salida. Me pusé a pensar de donde venía, de todo lo que había pasado en estos años. Al final han sido muchos sacrificios, malos momentos.... Fue verme ahí y decir: ‘Ya está. Hoy es la carrera y aquí estoy’. Me llenó mucho. Una satisfacción enorme.
¿Ha disfrutado?
Sí. Bueno. Al ser mis primeros Juegos hay algo más de nervios. Y en la competición en sí hay mucha tensión. Los Juegos son otra cosa. Notas que hay mucho más interés de los medios, de los aficionados... Más presión. Pero yo he intentado evadirme y mantener la calma todo el tiempo. Creo que he sabido gestionarla bien y he disfrutado mucho.
¿Cómo logra mantener la calma sabiendo que va a ponerse unos esquís y se va a lanzar por encima de los 120km/h por una pista? En China superó los 137km/h...
Es un deporte en el que hay mucha incertidumbre. De un día a otro puede cambiar de forma radical todo. Hay muchas cosas que no puedes controlar. Lo que intento es tratar de mantener la calma y centrarme en lo que puedo controlar. Y adaptarme y confiar en que lo que ya no depende de mí salga bien. Desde hace dos años, trabajo con un psicólogo, que me ayuda a tener herramientas, y estoy mejorando en ese aspecto. Lo más difícil del esquí creo que es lograr controlar tu cabeza cuando sientes que los nervios se te van más de la cuenta. Tengo mis rutinas, mi forma de calentar y de hacer las cosas precompetición determinado... Muchas veces suelo ponerme música, por ejemplo.
Llegó y dio la sorpresa en los entrenamientos. ¿Notó que los rivales le miraban de otra forma tras ser 2º y 7º en esos ‘ensayos’?
Al final he corrido algunas citas de Copa del Mundo y en Copa de Europa ya había coincidido con muchos de los que estaban ahí. Pero sí que seguro que los ‘top’, que no me conocerían nada, se llevaron una sorpresa. ‘¿De dónde ha salido éste?’ seguro que pensaron. Es otro de los premios que me traigo. El haberme dado a conocer a ese nivel.
Ha recibido muchas felicitaciones. ¿Con cuál se queda?
Buf. Sobre todo con el apoyo y el cariño que he sentido todos estos días. A 10.000 kilómetros de casa y solo, es algo que se agardece muchísimo. Recibía mensajes dándome ánimos, notaba que la gente estaba ilusionada cuando me iban bien los entrenamientos. Y ser el causante de esa ilusión es algo muy bonito. Ver que estás haciendo las cosas bien y que hay que gente que te sigue, te anima, se alegra... Es muy gratificante. .
¿Qué tal las instalaciones? Se han visto imágenes curiosas. Las pistas blancas surcando un montaña completamente verde...
Quizá ha sido un poco artificial todo. Parecía casi como un área temática de un parque . Han cogido una montaña en la que no existía nada y han construido las pistas para los Juegos, con nieve artificial. Eso sí, muy bonito. Todo lo que han hecho lo han hecho muy bien. Además, las condiciones han sido muy estables en la zona, con días muy buenos salvo algún problema con el viento. Las condiciones de la pista fueron espectaculares. Era nueva para todos. No es como en Copa del Mundo donde los esquiadores con más experiencia tienen ventaja porque se conocen las pistas. Allí fuimos todos en igualdad de condiciones y me adapté muy bien.
¿Y a los protocolos anticovid?
Buf. Eso ha sido bastante peor. Quizá no tanto allí, aunque debía hacerme una PCR diaria, sino más todo lo necesario hasta llegar. Los trámites han sido un poco locura. estás siempre con la duda. Un positivo podía haber dado al traste con todo. Por eso, me hecuidado mucho antes de viajar. Y en China, del hotel a las pistas y de las pistas, al hotel. En el comedor, teníamos sitios individualizados y separados con pantallas de plástico.
En el ‘top10’ de los Juegos la mayor parte de esquiadores superaban los 30 años y alguno los 40. Usted tiene 26 recién cumplidos...
En las disciplinas de velocidad la experiencia cuenta mucho. En mi modalidad dicen que los mejores años son alrededor de los 30 y para arriba. Así que tengo buen margen de mejora. Además, como español, tengo menos experiencia que un esquiador noruego o francés de mi edad, por ejemplo. Pero bueno. Hay que ir paso a paso y disfrutar. En este mundo puede cambiar todo en un momento.
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