“
No hemos sabido jugar ese final. Lo único que debíamos hacer era no cometer errores. Pero lo hemos hecho”. Una sensación de enfado y tristeza que
Quique Domínguez,
entrenador del
Helvetia Anaitasuna, ha tenido que expresar demasiadas veces esta temporada pero que, este sábado 25 de marzo, fueron palabras pronunciadas por un
José Antonio Nolasco,
entrenador del Bada Huesca, que no daba crédito a lo ocurrido en el pabellón Anaitasuna. El
equipo navarro acabó empatando un encuentro que
perdía por 2 goles a falta de 40 segundos del final.
El técnico gallego, y el Helvetia Anaitasuna entero con él, pudo disfrutar con el último bocinazo del partido. Un punto, sí. Pero que es una recompensa enorme por cómo evolucionó el encuentro y un punto de inflexión para un equipo que ha sufrido demasiados palos en forma de derrotas en las últimas semanas.
Y eso que, posiblemente, fue el partido en el que el equipo navarro hizo menos méritos para sumar de todos los que ha acabado cediendo por la mínima en lo que va de campaña. Falló mucho, demasiado en momentos clave, pero, esta vez, la fortuna quiso sonreír al trabajo sin descanso y a la pelea que sí mostró el Helvetia.
Un guiño que tomó forma cuando el joven extremo Mikel Redondo cortó un pase dirigido a Diogenes Cruz a 8 segundos del final y se lanzó raudo para superar a Arguillas y colocar un 29-29 que, sobre la bocina, Bar aseguró con una parada final.
APUESTAS TÁCTICAS Y SEGUNDA LÍNEA
Fue el sello a una segunda parte en la que el equipo navarro supo crecerse contra la adversidad, mantuvo la constancia pese a que la remontada parecía alejarse cada vez que la tenía a tiro... Un mal pase, un lanzamiento al poste, un balón perdido. Y el Huesca, que cada vez sufría más para mantener la ventaja que consiguió en una primera mitad ante la ineficacia local -el Helvetia estuvo más de 7 minutos sin marcar (del 5-8,m.9, al 6-10 de un acertado Joao en el 17)-, seguía llevando el timón del partido (22-26, m.48).
Así trataba de dormirlo mediante largos ataques que, una y otra vez, finalizaban en conexiones con el pivote que Iván Montoya o Rodrigo Benites lograban finalizar. De hecho, entre ambos anotaron más de 41% de los goles oscenses (12).
Pero la dinámica para el Helvetia, que supo sufrir cuando la renta volvió a agrandarse tras haberla reducido hasta tener opción de empatar (20-21, m.41), había cambiado. Cierto que en la primera parte tuvo esos problemas ofensivos que dieron alas al equipo rival, pero tras el descanso (13-17) la defensa navarra ganó enteros. Y aún lo hizo más cuando Domínguez realizó una apuesta táctica, indicando una defensa abierta 5-1 sobre el central del Huesca. El marcador reflejaba entonces un 22-26 y el ataque navarro, con un buen Elustondo, estaba sufriendo demasiado ante el sólido, cerrado y contundente centro de la defensa visitante.
Ese cambio defensivo cortocircuitó al Huesca. Y otra apuesta táctica, abrir la defensa rival atacando con doble pivote, acabó por desconfigurar el juego de los de . La segunda línea verdiblanca, con Ganuza y un excelente Redondo, se agigantó, tomando el peso de las finalizaciones locales.
El Helvetia arriesgó. Tenía que hacerlo. No le quedaba otra porque, pese a sus intentos, el Huesca seguía jugando con la corriente a favor (26-29, m.56). Pero esta vez le dio resultado.
Al Huesca le costaba atacar, cayendo en pasivos o errores, y Bazán, a falta de 25 segundos, puso el 28-29. Y lo que parecía imposible -y esta vez de forma positiva para el cuadro navarro- se hizo realidad.
Domínguez: "La verdad es que ya nos tocaba"
“Sí. La verdad es que ya nos tocaba. Después de ir más de 59 minutos por abajo, haber rescatado un punto... sólo podemos darlo por bueno y valorarlo mucho”, decía Quique Domínguez, técnico del Helvetia, quien destacó la actitud del equipo “en un partido muy difícil, por el nivel y el estado de forma del rival” y agradeció el que hubiese jugadores que “arriesgaron” para jugar. “Por Dios, por Dios... que acabe dentro”, reconocía el técnico que pensó en la contra final con el que Redondo empató.
Helvetia Anaitasuna (13+16) 29: Bar (9 paradas, 2p), Gastón (1p), Bazán (1), Edu (3), Ganuza (4), Meoki y Bonanno (3) -inicial-; Cancio (2 paradas), Aitor García (1), Goñi, Chocarro (3), González, Redondo (6, 2p), Pereira, Castro, Elustondo (3) y Joao (4).
Helvetia Anaitasuna (17+12) 29: Arguillas (10 paradas, 1p); Montoya (8), Peréz, Mosquera (2), Cordies (3), Malo (2), Moya (2) y Hackbarth (4,1p) -inicial-; Casterad (p.s.), Suárez (1), Arnau (3), Cruz (1), Benítez (4), Gucek y Floris.
Árbitros: José Manuel Iniesta Castilloy Alberto García Rodríguez. Excluyeron a Bazán (2), Aitor García y Xavi Castro por parte local; por la visitante, a Montoya, Arnau y Gucek.
Parciales: 3-4, 5-8, 5-9, 7-12, 10-14 y 13-17; 15-20, 18-21, 21-22, 22-26, 25-28 y 29-29.
Incidencias: encuentro de la jornada 21ª de la Liga Plenitude Asobal disputado en el pabellón Anaitasuna ante 1.040 espectadores. Antes del duelo, Antonio Bazán, pivote de Zizur, recibió el premio de mejor jugador de la liga del pasado febrero.