Historia
Aragón declara Bien de Interés Cultural un gran yacimiento romano en la muga con Navarra
En el Forau de la Tuta, situado junto al embalse de Yesa, se conservan un conjunto de restos arquitectónicos monumentales de gran envergadura y dos mosaicos de notable importancia

Publicado el 22/03/2023 a las 18:05
El Ejecutivo aragonés ha aprobado en su reunión de Consejo de Gobierno de este miércoles el decreto por el cual declara Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de conjunto de interés cultural, zona arqueológica, el yacimiento arqueológico Forau de la Tuta de Artieda (Zaragoza).
El yacimiento del Forau de la Tuta se localiza a unos 1,5 kilómetros al norte-noroeste del casco urbano de Artieda, al borde del escarpe sobre la vega de la orilla izquierda del río Aragón, junto al embalse de Yesa y el Camino de Santiago.
Gracias a los datos conocidos, así como a los obtenidos mediante teledetección y excavación, se confirma que se trataría de un oppidum o centro urbano de una civitas imperial romana de nombre desconocido. En él se conservan los restos de un impresionante conjunto de obras públicas fabricadas en opus caementicium.
En este mismo extremo oeste del yacimiento se conserva un conjunto de restos arquitectónicos monumentales de gran envergadura, fabricados con opus caementicium y opus quadratum, que por su situación y materiales constructivos podrían pertenecer a un sistema de abastecimiento y almacenamiento de agua.
Se conocen también restos epigráficos que confirman la presencia de una necrópolis y se han localizado al menos dos mosaicos de notable importancia que podrían corresponder a un complejo termal.
Además, sobre el solar de este asentamiento romano se superpuso, entre los siglos IX y XIII, otro hábitat campesino de tipo villa o aldea, compuesto por un caserío disperso y una iglesia, que se puede identificar sin problemas con el Artede, Arteda, Artieda o Arteda Ciuitate mencionado en los diplomas latinos del fondo del monasterio de Leire.
De este enclave medieval subsisten los restos de la cabecera de la iglesia integrados en la fábrica de la ermita de San Pedro, numerosos silos de boca circular excavados en el subsuelo diseminados y solo perceptibles a partir del georradar y una extensa necrópolis de inhumación en cista de rito cristiano situada al sur de la ermita e investigada parcialmente en 2020.
Entre los restos visibles se encuentran varios elementos de escultura monumental en piedra, las cloacas y dos mosaicos.