Realidad virtual
La tormenta perfecta del metaverso
El CEO de la consultora Virtual Voyagers comparó el metaverso con el cine, que fue en sus primeros tiempos una atracción de feria y después un solido negocio. Ese "Internet vitaminado" aun se está construyendo pero le faltan unos años por llegar

Publicado el 17/03/2023 a las 06:00
Con estas cosas del metaversos estamos ahora en una tormenta perfecta, en una situación en que las empresas pequeñas pueden comerse a las grandes. Necesitan, eso sí, ser flexibles como “pez en el agua” porque en unos meses todo en lo que se apoyan puede cambiar. Lo contó en Pamplona Edgar Martín Blas, el CEO de Virtual Voyagers, una consultora pionera en el mundo virtual que trabaja con más de 80 empresas de todo el mundo. Martín Blas abrió con una ponencia sobre el metaverso el congreso NITH sobre transformación digital en el norte de España, que organizaron tres empresas navarras (Matukio, XrDimensions y Ready form Metaverso) y que reunió ayer en Baluarte a más de 30 ponentes en una jornadas sobre inteligencia artificial, realidad virtual, blockchain o industria 4.0.
Por si había algún descreído entre los asistentes, Martín Blas dejó claro desde el inicio que el metaverso es algo que va a impactar en nuestras vidas. Lo comparó con el cine, que comenzó como una curiosidad en las ferias y terminó como una boyante industria, y predijo que dentro de un tiempo, con unas gafas de realidad virtual nada aparatosas, podremos manejarnos en un mundo mixto, que combine el físico y lo digital, en el que veamos a los robots de Starwars andar por nuestro salón. “Hasta que llegue ese Internet vitaminado faltan 5, 10 años. El metaverso no está construido, estamos en ello”.
El experto enumeró algunos síntomas que anuncian la llegada del metaverso. Una, seguramente la principal, la generación Z, los que hoy son adolescentes o poco más que ya “no abren la web ni ven la tele”, pero son capaces de crear entornos virtuales en los que se relacionan. “Vienen muy rápido” y ya hay mundos creados por y para estos jóvenes con millones de usuarios. Por el contrario, los mundos de la web, los móviles o las redes sociales han detenido su expansión. Además, el 5G le dará la conexión necesaria. “Para Netflix basta el 4G, para el metaverso no”, señaló Martín Blas, que antes había reparado en que la Inteligencia Artificial se convertirá en creadora de los personajes de ese metaverso, “sólo hablando con ella”.
Pero todavía estamos en tiempos de protometaversos, en una versión 0.8 de un “Internet tridimensional” que dará acceso a mundos totalmente virtuales, a través de gafas, a mundos que combinen la realidad física y la virtual y a protometaversos que seguirán en la pantalla. Unos y otros darán a sus usuarios varias satisfacciones: identidad, capacidad de exploración, experimentación “ya que permitirá hacer lo imposible en el mundo real, como ir a Marte”, socialización, sentimiento de pertenencia y también propiedades económicas dentro del metaverso. Pero mientras tanto, habrá que pasar los tiempos en que el metaverso todavía parece el “salvaje oeste”.
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