Exposición
Los dinosaurios animatrónicos traen de vuelta el Jurásico a Baluarte
La exposición ‘Criaturas Jurásicas’ ofrece este fin de semana un plan familiar para disfrutar y conocer más acerca de estos reptiles que habitaron el planeta hace millones de años

- Asier Aldea Esnaola
En Criaturas Jurásicas se lee sobre dinosaurios, pero también se escuchan y se ven en acción. Caminar por el Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra junto al rugido del tiranosaurio o el coletazo de un amargasaurus lleva al espectador a aquella época en la que los dinosaurios campaban a sus anchas. Desarrollada por la empresa Wild Proyect, la muestra cuenta con alrededor de una veintena de dinosaurios animatrónicos, acompañados de distintas actividades para los más pequeños. También dispone una sala de cine donde se proyecta un documental de media hora sobre esta temática y un puesto de comida y merchandising. Todo ello acompañado de música ambiente que aumenta la experiencia.

Durante este recorrido libre, se puede disfrutar de las figuras a tamaño real del tiranosaurio rex, triceratops, maiasaura o velociraptor, entre otros. Las pantallas explicativas animadas que acompañan a los muñecos mecánicos muestran distintas imágenes de los dinosaurios junto con información. “Hemos visto que los dinosaurios son un tema de interés grande en los niños y adultos y queríamos probar algo diferente”, explica Melanie Muñoz, una de las organizadoras de la exposición. La actividad para niños, destaca Muñoz, anima a los más pequeños a seguir aprendiendo acerca de la paleontología de dinosaurios. “Es algo que a los niños les gusta y saben mucho. Aparte de que se diviertan, queremos que salgan con la exposición con más conocimiento", asegura Muñoz. También se encuentra en medio de la sala una serie de cráneos recreados de animales como el stegosaurus dan una idea del gran tamaño de los reptiles.
OFERTA FAMILIAR
Si por algo destaca esta exposición más allá de los dinosaurios, es por su atractivo para las familias. Criaturas Jurásicas ofrece zonas didácticas para los niños donde pueden colorear dibujos de dinosaurios o buscar fósiles en una simulación de excavación arqueológica.
La mañana de estreno estuvo a rebosar de familias que se sacaban fotos junto a las recreaciones. Este era el caso de Alejandra Olavide, de 42 años, quien fotografiaba a Agustín Zavaleta, su hijo de seis años, para capturar el momento. “En la ikastola justo han hecho una maqueta de los dinosaurios”, relataba Olavide. La imagen de padres e hijos paseando por la sala se repetía durante la jornada mañanera. Al igual que su padre cuando era pequeño, a Carla Martínez le gustan los dinosaurios, sobre todo el tiranosaurio, el favorito de la niña de cinco años. “Es muy entretenido traer a los peques para que aprendan un poco de este tema”, aseguró Aritz Santos, padre de Martínez. Las actividades para público infantil causaron sensación y la atracción en la que se podía montar a lomos de un dinosaurio en movimiento fue el mayor atractivo.
Una de las imágenes más llamativas sucedía fuera del edificio. La cola para acceder a la exposición se extendía hasta el Corte Inglés antes de la apertura a las once, pero se fue alargando para confeccionar una figura zigzagueante que ocupaba más de la mitad de la plaza.
LA OTRA COLA
El buen ambiente dentro de la exposición contrastaba con la taquilla. A ella llegaban personas con su entrada ya comprada, la mayoría por Internet, molestos por el tiempo de espera y el riesgo de no poder entrar antes de las dos —hora en la que estaba previsto cerrar hasta las cuatro de la tarde—. Los empleados procuraban explicar que no existía tal posibilidad, aunque con escaso éxito. Algunos tuvieron que esperar casi una hora y media para entrar, algo que provocó la queja de algunos padres, mientras que otros que todavía no podían entrar pedían la hoja de reclamaciones. Las entradas no se reembolsaban, pero se ofrecía a quienes lo deseasen cambiar la entrada de la mañana por la de la tarde —de 16.00 a 20.00— o ya al día siguiente, con las mismas horas. Los trabajadores también aseguraron a varios visitantes que no cerrarían a las dos y que continuarían abiertos hasta las ocho.