Beñat López: “Somos la antítesis de casi todo y vamos a contracorriente”

Sus conciertos se han multiplicado no sólo a lo largo y ancho de Navarra, sino que han saltado tanto al País Vasco como a otros lugares limítrofes. ¿Su secreto? Cantar no solo en castellano sino también en euskera tanto temas clásicos de salsa como composiciones propias que se caracterizan por su chispa, al desenredar cosas muy nuestras. Y en ese devenir se funden el pensamiento tanto de los de aquí como de los colombianos que viven aquí. Por ejemplo ahí está ese “Del puente para allá, Txantrea, del puente para acá está Iruña”, aludiendo al histórico puente de la Magdalena. Buelta-tzen, un homenaje a la mítica banda de rock Berri Txarrak, se convirtió en su tema más escuchado en decenas de emisoras. En Guaguancó al chilindrón, la orquesta alude a las diferencias entre Cuba y Euskal Herria con su peculiar toque humorístico. Con Goxua’n Salsa lo difícil es aburrirse. Son 15 componentes con tres voces masculinas, una voz femenina, piano, bajo, percusiones y una nutrida sección de viento con tres trombones y dos trompetas, con la mirada puesta en la salsa clásica de las décadas de los 70 y 80 de Nueva York, Puerto Rico y Colombia. Goxua’n Salsa es una aventura musical tan curiosa que decidieron que naciera en 2020, en la pandemia… Comenzamos antes de la pandemia, pero el primer concierto de Goxua’n Salsa estaba programado para el 17 de marzo de 2020. Así que nos quedamos con todo el trabajo hecho y la miel en los labios. Hubo que parar y a finales de verano/principios de otoño retomamos la actividad. Entre unas cosas y otras nuestro primer concierto lo dimos año y pico después, en junio de 2021 en la sala Tótem. Estaba llena de gente sentada, que es la antítesis de un concierto de salsa. Nuestro pianista dijo que “la gente se estaba bailando encima” (ríe). ¿En aquellos primeros tiempos tenían miedo de que un proyecto así no encajara en el público? Posiblemente Goxua’ n Salsa sea la antítesis de casi todo. Vamos a contracorriente porque en la música, por cuestiones de producción y presupuestos, se van reduciendo formatos. Rosalía está dando conciertos con el escenario vacío. Se hacen conciertos con un ordenador. Y nosotros somos 15 personas en escena... Es arriesgado. Todos somos músicos y lo que queremos es tocar. Julen, nuestro director, tenía las ideas muy claras y estaba convencido de que el proyecto podía funcionar. En el día a día no te paras a pensar en la acogida que va a tener, pero apostamos con el presentimiento de que una propuesta como la nuestra iba a ser rompedora porque nunca antes se había hecho. Y además la entrada de Claudia en el grupo ha sido fundamental por la calidad de su voz. ¿Ha sido un acierto ir publicando singles antes del lanzamiento del primer álbum? Hoy en día casi no tiene sentido publicar un álbum sin anticipar antes canciones. Nuestra discográfica, Oso Polita, ya sabe lo que hace. A veces hemos podido tener dudas con los tiempos, pero no con la estrategia de publicaciones. Por eso no sacamos otro single más antes del verano, ya que no íbamos a estar en festivales y guardamos esa bala en la recámara. Y lanzamos en septiembre para volver a estar en la escena. Así, la gente ha ido respondiendo. Estuvimos todo el verano presentando el disco, que no salió hasta muchos meses después. Su punto de partida es la salsa que se hacía en los años 70 y 80 en Nueva York, Puerto Rico y Colombia… Para salir de lo típico lo más importante es primero hacerlo. Muchos de los componentes estábamos “aprendiendo” el estilo. Por eso lo más importante era estudiarlo y “dominarlo”. Y con esa base es cuando después hemos querido añadir nuestra propia voz. Ciertamente aún no dominamos pero tenemos clara la dirección. Y si unimos el talento que tiene la gente el resultado es que salen la goxua y la salsa. Retranca navarra y ‘Guaguancó al chilindrón’, ¡vaya combinación! Antes estuvo el título que la canción. Hay una canción de Fetén Fetén que es Tango a la pepitoria y nosotros queríamos la alquimia del chilindrón navarro y el guaguancó, que es un ritmo cubano que procede de la rumba criolla, o sea, un género musical y una receta. Siempre hemos tenido claro que lo nuestro es “desde casa para el mundo”. Por eso hablamos y hacemos humor sobre la cuadrilla “blindada”, lo cerrados que somos… Para los latinos del grupo, nuestra forma de ser a veces es todo un shock. ¿Es muy difícil que 15 personas se pongan de acuerdo en un grupo? Por eso es muy necesaria la figura del director. Y en nuestro caso es un gestor de ensayos, de logística, prácticamente de todo. Ayuda mucho renunciar para que conste un “lo que diga Julen”. Aunque en lo musical no es así porque todos tenemos muchas cosas que opinar y aportamos. ¿Y armonizar voces de salsa cantada en euskera? Como reto ha estado muy bien. Hemos tenido que hacer todos talleres de euskera. Los colombianos han tenido que aprenderse sus frases en la canción propia que canta Claudia, pero en las versiones cada uno canta una. Ha habido que enseñarles que no es lo mismo lo escrito que lo pronunciado. Y hay sonidos (la x, etc.) que les cuestan mucho pero se los han aprendido. Siempre que la música se pueda bailar no va a haber problemas, pero hay un choque cultural en el formato de los conciertos. Ellos están acostumbrados a una apertura de puertas con un concierto que comienza tres horas después. ¿Cómo se ven en 2023? Que no pare la maquinaria. En el aspecto creativo queremos ir haciendo cada vez más canciones propias y que las versiones sean la parte anecdótica. Y en cuanto a conciertos, nos encantaría hacer festivales en verano y también entrar en el ambiente de las txoznas, de la parte más popular en las fiestas. Estamos dispuestos a afrontar todo lo que venga. En casa, la Plaza de Compañía se nos quedó pequeña y necesitamos una plaza más grande para Sanfermines. Creo que la podríamos llenar.

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