Los paisajes luminosos y serenos centran la exposición de Joseja Casado

Salir a pasear, sin prisa, con la mirada abierta y dispuesto a dejarse sorprender por la naturaleza es una constante en el día a día de Joseja Casado (Tudela, 1968). Es también el pilar fundamental sobre el que se asienta la obra de este artista que lleva más de veinte años ofreciendo su mirada personal sobre el paisaje navarro. La exposición que actualmente presenta en Pamplona es un reflejo de una pintura en la que los árboles, los campos, los ríos, los caminos y los cielos vuelven a ser protagonistas en unas obras que destacan por su luminosidad. Si el paisaje identifica a Joseja Casado, lo mismo ocurre con las composiciones. Sus pinceladas, su paleta cromática o la incidencia de la luz o las sombras en sus obras, no sería lo mismo sin las enmarcaciones con las que complementa su pintura. Unos soportes que se alejan de lo convencional, que en su día fueron ventanas, puertas, espejos, vitrinas o estanterías y que ahora el artista les otorga una nueva funcionalidad. SU OBRA MÁS RECIENTE Así se muestra en la exposición "Aire fresco", compuesta por 45 paisajes en los que la pintura se complementa con enmarcaciones tan sorprendentes como curiosas. “Me gusta conjugar ambas partes. Por eso llamo piezas a mis obras, porque trasciende un poco más allá de la tabla que he pintado”, explica Joseja Casado. Desde que hiciera de la pintura su forma de vida, el artista no renuncia a sus paseos diarios y no pasa una jornada sin dedicarle un tiempo a los pinceles, una actividad que se ha convertido en una necesidad. “Pintar me relaja muchísimo, además de que me motiva en el día a día”, reconoce el autor que ha elaborado sus creaciones entre finales de 2021 y octubre del presente año. La búsqueda de nuevos parajes o rincones en lugares por los que ha transitado muchas veces es otro de sus retos. Más bien, una motivación que Joseja Casado mantiene intacta desde hace más de veinte años y que le permite tener varias obras de Bardenas, el Carrascal o la Valdorba, por ejemplo, pero ser todas diferentes. “Todo depende de la forma de mirar, el estado de ánimo en el que me encuentre y otros detalles. Pintar la naturaleza sigue siendo fundamental para mí y siempre encuentras nuevos enfoques, rincones y detalles que merecen la pena”. LUZ Y COLOR Joseja Casado defiende que la pintura es un claro reflejo de su estado de ánimo. Las emociones y sentimientos quedan plasmados en cada pincelada con la que perfila esos árboles, campos o bosques con los que el artista busca plasmar la realidad, pero también la belleza y serenidad. Y con esa mirada permanente hacia el sosiego es cuando se detiene en los caminos, en el agua de los ríos y, en su obra más reciente, también en el mar. “Me gusta pintar el mar, pero lo veo más lejano a mi forma de expresarme con la pintura. Todo lo contrario que los ríos, que están más identificados con la naturaleza que hago. Lo mismo me ocurre con los caminos, que pinto muchísimos, porque siempre llevan a algún sitio y me siento en paz cuando los hago”. El artista reconoce que sus creaciones han pasado por distintas etapas en cuanto a la incidencia de la luz, los fondos de sus paisajes, los horizontes, el juego plástico de los cielos o la paleta cromática. Frente a las estampas más oscuras o nubladas de otras épocas, su obra actual tiende a la luminosidad. “Voy aclarando la paleta, son colores más luminosos, lo que da más fuerza. Los cielos son más azules, pues da más vida y alegría al cuadro. Pintar el cielo es un remanso de tranquilidad. Ese degradado sencillo del cielo me hace sentirme muy bien cuando pinto”. La fidelidad que mantiene con ese juego constante de luz y color, se extiende también a la presentación de sus obras, en las que busca un conjunto equilibrado entre las tablas y los soportes. Ventanucos, puertas, espejos antiguos o materiales industriales son referentes en sus enmarcaciones, como ocurre, por ejemplo, con una pintura que evoca el rastrojo del Carrascal con una pieza procedente de Altos Hornos de Vizcaya. “Encontrar una pieza para enmarcar es tan motivador como pintar el paisaje. Es recíproco. Ver como las piezas envuelven la pintura me encanta, pero siempre hay que buscar el equilibrio. Se trata de buscar cosas bonitas y plasmarlas de tal manera que cuando las miras, te da tranquilidad. La belleza te lleva a la serenidad, pero también a la felicidad”.

Los paisajes luminosos y serenos centran la exposición de Joseja Casado

El artista navarro presenta la exposición ‘Aire fresco’ formada por 45 piezas en las que juega con una paleta cromática más clara y con elementos típicos como los ríos, los árboles o los caminos

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