Este lunes arranca la octava edición Pamplona Negra, el festival de la novela negra, tras algunas actividades previas. El pasado sábado, por ejemplo, se desarrollaron varias rutas teatralizadas, la segunda actividad de la feria de este año, una edición que va a ser más corta de lo acostumbrado y cuya preparación, por efecto de la pandemia, ha sido más apresurada que en años anteriores.
La ruta teatralizada consistió en cuatro representaciones. La primera de ellas tuvo lugar en
Baluarte, y estaba basada en la obra
Amaia y los vascones en el siglo VIII, de Francisco Navarro Villoslada y la
leyenda de Teodosio de Goñi. Después el público avanzó hacia el
Palacio del Condestable, donde se interpretaron otras
dos escenas, esta vez de las obras
Nadie ha muerto en la catedral y
24 relatos navarros, de Estela Chocarro y Carlos Ollo Razquin, respectivamente. La última parada fue el
Teatro Gayarre y los actores interpretaron la novela
El maquillador de muertos, de Aitor Iragi.
Acudieron a una de las rutas, la de las 12.30 horas,
una veintena de personas, y hubo
dos más: otra en castellano y una en euskera. La
asistencia fue muy alta, ya que había organizadas una en cada idioma pero tuvieron que añadir
una tercera ruta por la gran cantidad de inscripciones. El proceso de creación de esta ruta teatralizada comienza, en realidad, por la
directora artística de Pamplona Negra, Susana Rodríguez, de 54 años y natural de Pamplona. Ella es escritora, por lo que siempre empieza buscando a “ un asesor, que en este caso ha sido Miguel Izu, escritor navarro y con una cabeza pensante tremenda”. Le pidió que le recomendara algún crimen literario, a ser posible, de escritores navarros, que se pudiera representar.
Su papel consiste en hacer el
guion basándose en esos textos, pero siempre con ayuda de Óscar Orzaiz, director del grupo de teatro de la
UPNA. Ella, por su formación de periodista,
tiende “a frases muy largas que no se pueden interpretar”, así que las correcciones de Orzaiz, junto a las traducciones al euskera, son muy valiosas.
Una vez el texto está en su versión definitiva, se hace cargo Óscar Orzaiz (56 años) de elegir el personal y seleccionar el vestuario para conseguir un buen resultado. Orzaiz lleva desde 2006 en el cargo actual y dice que la organización de las rutas teatralizadas les “pilla bien por fechas”. Empiezan en octubre, con la nueva remesa de estudiantes, y van trabajando a lo largo de todo noviembre para ir dando los toques finales en las vacaciones de Navidad y los primeros días de enero.
En esas fechas los alumnos están en periodo de exámenes, por lo que tanto Óscar Orzaiz como Susana Rodríguez agradecieron mucho su compromiso. Aun así, Orzaiz sostiene que todo esto “es difícil de compatibilizar a veces, tanto ahora como en diciembre”.
Varios estudiantes, por su lado, afirmaron estar muy ilusionados por haber participado en el proyecto de Pamplona Negra, como es el caso de Julen Urizar y Carlos Ibáñez. Ambos son antiguos alumnos de la UPNA a los que se les ha pedido ayuda. Urizar disfruta la novela negra, mientras que Ibáñez disfruta más representarla, porque hay “mucha emotividad y cambios de registro”.
El resultado, según Susana Rodríguez, ha sido excepcional: “Como el trabajo ha sido muy bueno, ya no tengo sensación de que haya sido tanto esfuerzo”. Pero Pamplona Negra, con Italia como país invitado, no termina con la ruta teatralizada, sino que a lo largo de esta semana contarán con múltiples actividades en torno al género de la novela de crímenes. En este sentido, Eduardo Manclares, director de producción de Pamplona Negra, agradeció el éxito de la feria a “los escritores a nivel nacional, al Instituto Italiano de Cultura de Madrid, al Ayuntamiento de Pamplona, al Gobierno de Navarra y a los patrocinadores”, además de a los actores, alumnos de la UPNA.
Representación de ‘Amaia y los vascones en el siglo VIII’, de Francisco Navarro Villoslada
Teodosio regresa a casa después de pasar varios años en la guerra. Por el camino se topa con un curioso personaje que le incita a matar, y esto desemboca en una tragedia que dio pie a numerosas leyendas.
Representación de ‘Nadie ha muerto en la catedral’.
Un hombre inocente es testigo de un robo por parte de un sacerdote, y esta obra refleja la impotencia de quien se sabe tan pequeño bajo el zapato de un gigante.
Interpretación de ‘Cave Canem’, de ‘24 relatos navarros’
La venganza es uno de los motivos más poderosos para matar. Una trabajadora de una casa mata a su propietario en respuesta a lo que este hizo a su marido años atrás.
Actuación de ‘El maquillador de muertos’
Son Sanfermines, la ciudad celebra enloquecida la fiesta, pero en un piso cualquiera, en una habitación normal, asesino y víctima se miran cara a cara.