La Coral de Cámara de Pamplona vuelve a sus orígenes en su nuevo disco

El primer año con el Premio Príncipe de Viana de la Cultura le ha servido a la Coral de Cámara de Pamplona para rejuvenecerse, pero volviendo a sus orígenes. Fruto de su trabajo de 2019, el conjunto vocal presentó ayer en el Archivo de Navarra su nuevo álbum, un proyecto elaborado con los 20.000 euros de la dotación económica del galardón, que debe emplearse en difundir de la trayectoria del ganador. El repertorio incluye algunas de las obras contemporáneas que llevó a la Coral a recorrer los escenarios de Europa y América. El director y los 31 cantantes han recopilado composiciones ya conocidas y otras inéditas para grabar el disco doble que lleva por título 'Añapse Erdam' -“madre España” al revés-, en referencia a una de las obras que alberga y que resume los inicios del conjunto vocal. Un nombre enigmático, un juego de palabras, para esta selección de obras de entre 1948 y 1958 que, en realidad, esconde una queja amarga de Julián Bautista. El lamento refleja el sentir del otros autores de la Generación de la República, compositores exiliados y olvidados, en su mayoría, que clamaban por volver a España. Como este grupo, en la portada del álbum las culturas navarra y española, encarnadas por una cabeza dorada, pujan por sobresalir “de una tierra yerma”. “La figura está ciega, sorda; pero no está muda”, explicaba el director de la Coral, el valenciano David Gálvez Pintado durante la presentación. El título toma el inicio de 'Romance del rey Juan'. Se trata de la única obra de coro a capella de Bautista que, además, fue encargada por la propia Coral de Cámara de Pamplona en 1956. Pero el paralelismo entre la entrada de los musulmanes a la Península y la llegada de las tropas franquistas, con el contingente integrado por indígenas del norte de África, era tan evidente que quedó relegada al olvido. Hasta marzo de este año no se había estrenado en la Comunidad Foral y con el nuevo disco se ha grabado por primera vez. VIEJOS CONOCIDOS EN NAVARRA La relación entre grandes compositores y la Coral queda patente en el álbum. Si algo caracteriza la selección de obras es que todas fueron dedicadas, estrenadas o, incluso, encargadas por el conjunto durante su primera década creativa. “Todo está muy pensado, desde el título, tan profundo, a la portada”, explicaba David Gálvez Pintado. Además de Julián Bautista, en el repertorio aparecen otros dos autores del Grupo de los Ocho: el tudelano Fernando Remacha con 'Canciones castellanas', 'Siete canciones vascas', 'Juegos' -sobre varios poemas de Federico García Lorca- y 'Copla de Jota', y Salvador Bacarisse con 'Ojos claros', 'Serenos' y 'La Infanta de Francia'. Los dos compositores, junto con Bautista y Arturo Dúo Vital y sus 'Perro de aguas' y 'Mozuca', integran el primero de los discos del álbum. La segunda parte la protagoniza Agustín González Acilu con 'Arrano Beltza', una de las dos obras de 'Añapse Erdam' que rondan los 25 minutos de duración. La Coral reserva para el cierre de, y como sello inconfundible de las despedidas de la casa, 'Agur Jaunak', compuesta por su fundador y primer director, Luis Morondo. UN SONIDO SIMILAR AL DIRECTO Aunque el disco supone una mirada al pasado, los coralistas no ha querido perder de vista el presente. A lo largo de casi tres cuartos de siglo, numerosos cantantes y directores han integrado el conjunto vocal. “Queremos que, al escucharse, se reconozca a la Coral de Cámara de Pamplona”, afirmaba David Gálvez. “Hemos grabado con un sonido casi de directo para dejar testimonio de cómo sonamos en esta década”, añadió. Con la idea de sumergir al público en la experiencia de los conciertos, se encerraron durante dos fines de semana de mayo en la Ciudad de la Música de Pamplona para unas jornadas de grabación intensas. Para evitar el exceso de cortes y efectos que alterasen la naturalidad del sonido, se emplearon tomas largas y los cantantes se agruparon frente a una única entrada de sonido. La sonoridad peculiar de la Coral de Cámara de Pamplona atrajo la atención desde sus inicios. Ni los intérpretes ni el público son los mismos, pero la particularidad sigue vigente en el conjunto. El director de la Coral reivindicó su “patrimonio vocal” : “Recogemos la libertad vocal de los coralistas y tratamos de unificarla. Esta filosofía es la razón sonora del disco”.

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El repertorio incluye por primera vez el registro de ‘Romance del rey Juan’, de Julián Bautista

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