Centenario
Una obra teatral descubre los "claroscuros" de la vida de Hemingway
Escrita por la dramaturga peruana Maritza Núñez y dirigida por el pamplonés Patxi Larrea, se estrena este jueves en el Teatro Gayarre
Actualizado el 07/02/2023 a las 21:30
Todo empezó con una fotografía que el actor Julio Alonso subió un día a Instagram. “Un amigo que es actor me dijo: ‘Tú podrías hacer de Hemingway”. A Alonso nunca se le había ocurrido interpretar al escritor, pero se entusiasmó con la idea y empezó a buscar textos. “Solo encontré una obra, la de Maritza Núñez”. Trató de contactarla por diversos medios, hasta que por fin logró dar con ella. “Entonces iniciamos una relación de contagio mutuo y de entusiasmo por el proyecto”, contaba ayer el veterano actor, sentado junto a Maritza Núñez en el escenario del Teatro Gayarre, que este jueves acogerá el estreno de 'Hemingway' bajo la dirección del pamplonés Patxi Larrea.

Alonso, que fue candidato a un premio Goya por su papel en 'Un dios prohibido', se ‘reencarna’ en Hemingway en esta producción de Global Servicios Culturales que cuenta con los actores navarros Pablo Salaberri, Virginia Cervera y Manolo Almagro, junto al vitoriano Íñigo Salinero. En palabras de Maritza Núñez, 'Hemingway' muestra “al ser humano que hay cuando se deshace el mito”, adentrándose en sus debilidades y su vulnerabilidad.
Concretamente, la puesta en escena se centra en los últimos meses de vida del escritor. Ingresado en una clínica psiquiátrica y sometido a terapias de electroshok para frenar sus impulsos suicidas, Hemingway entablará un diálogo con su enfermero (interpretado por Íñigo Salinero) en el que los recuerdos reales se mezclan con las distorsiones oníricas provocadas por su estado mental.
“En aquel momento, Hemingway sabía que estaba perdiendo la memoria. De hecho, llamó a su primera mujer, con la que no hablaba desde hacía veinte años, para preguntarle unos datos”, contó Alonso, que aseguró haber sido “muy estricto” con la preparación y la documentación sobre el personaje. “He leído prácticamente todas las obras de Hemingway. Él culminó su última obra reconocida, 'París era una fiesta', en los espacios que hubo entre sus dos ingresos en el hospital psiquiátrico”, recordó. Natural de Salamanca, Julio Alonso dio sus primeros pasos como actor en los años 90 en la Escuela Navarra de Teatro.
“La paleta que exige el personaje es amplísima”, destacó Maritz Núñez. “Recorre desde la fragilidad más conmovedora hasta momentos de euforia o de locura”, detalló la autora.
Tal como adelantaron, a lo largo de la representación se abordan temáticas relacionadas con la salud mental, como las relaciones familiares conflictivas, los traumas tras las pérdidas de seres queridos, las huellas de la guerra y el suicidio.
El director navarro Patxi Larrea admitió que no conocía mucho sobre la figura de Hemingway, “pero Julio Alonso nos pasó un enlace a un documental de seis horas sobre la vida de Hemingway y aquello me iluminó”. Antes de abordar este proyecto, “en mi cabeza estaba el hombre que popularizó los Sanfermines, este hombre que era un poco mujeriego y borrachuzo, que escribía muy bien pero que tenía esa pinta de macho”, describió.
Tras haberse puesto al frente de esta obra, Larrea reconoce que su actual visión de Hemingway “no tiene nada que ver con la que yo tenía, y espero que el espectador también pueda empaparse de un Hemingway frágil, roto, que tenía una relación complicadísima con sus padres”. Larrea recordó el trágico suicidio del padre del escritor (Clarence Edmonds Hemingway), “un suicidio que Hemingway repite, como en un círculo vicioso del que es incapaz de salir”.

Larrea explicó así el motivo que le empujó a Hemingway al suicidio: “Es un ser humano enfrentado a la incapacidad de vivir. En el momento en el que pierde sus recuerdos y su memoria desaparece, cuando ya se da cuenta de que no va a poder escribir nada interesante para él y para la gente, ya no puede con la vida y necesita suicidarse”.
Maritza Núñez (Lima, 1958) compartió ayer su “emoción” de poder estrenar este montaje en Pamplona, una ciudad tan significativa en la vida de Hemingway. Autora de varias obras teatrales —entre ellas 'Niña de cera', inspirada en la poetisa Gabriela Mistral, y Sueños de una tarde dominical, sobre la pintora mexicana Frida Kahlo—, la dramaturga peruana reside en Helsinki y también pasa largas temporadas en Málaga. En 1999 recibió el premio María Teresa León por 'Sueños de una tarde dominical'.
Maritza Núñez, autora: "Él construyó su vida como un gran encierro de San Fermín"
La autora de 'Hemingway' recordó el lado oscuro del escritor, “un hombre que en algunos momentos se mostraba violento y agresivo”. Cuando empezó a considerar la posibilidad de escribir sobre el autor de 'Fiesta', reconoce que no le resultó fácil: “Rechacé varias veces la idea. De repente, un día que estaba caminando por Madrid, en una librería vi una postal de Hemingway, una de las últimas fotografías que le hicieron. Su mirada me despertó muchísima ternura”.
Para Núñez, Hemingway fue como un verdadero personaje cinematográfico: “Su gran conflicto fue consigo mismo”, destacó.
Pamplona también estará presente en la obra teatral, concretamente en un momento en que el escritor evoca los Sanfermines. “Para Hemingway, Pamplona significaba la juventud, la plenitud, la lucidez y el deseo de vivir”. La dramaturga peruana destacó que Hemingway siempre coqueteó con la muerte: “Creo que le atraía el encierro por esa búsqueda del peligro. Él construyó su vida como un gran encierro de San Fermín: estuvo en la Primera Guerra Mundial, en la Segunda, en la Guerra Civil española... Necesitaba pescar, cazar, estar ahí siempre bailando con la muerte, acercándose a ella”. Al mismo tiempo, Núñez detectó una “gran contradicción” en Hemingway: “Él despreció a su padre por cobarde, porque se había suicidado, pero al final termina suicidándose con el arma que le había regalado su padre”.
En el proceso de documentación previo a la escritura de la obra, la autora recorrió algunos escenarios de la vida de Hemingway, como su casa natal en Oak Park (Illinois), los lugares que frecuentaba en París o Finca Vigía, su residencia en La Habana, donde se quitó la vida a los 62 años con un tiro de escopeta.