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Entrevista

Álvaro Cía Mina, organista, matemático y físico: “La música de órgano tiene un potencial que se debería explotar mucho más”

Vecino de Enériz, a sus 24 años compagina su labor de investigador en Big Data con su faceta de organista. Esta tarde abre el ciclo ‘Encrucijadas’ con una sesión divulgativa en el convento de Santo Domingo, donde explicará la relación entre las matemáticas, la física y la música de órgano

Ampliar Álvaro Cía, posando junto al órgano barroco de la iglesia del convento pamplonés de Santo Domingo, donde hoy impartirá la sesión Las matemáticas cantantes
Álvaro Cía, posando junto al órgano barroco de la iglesia del convento pamplonés de Santo Domingo, donde hoy impartirá la sesión Las matemáticas cantantesJesús M Garzaron
Publicado el 01/09/2021 a las 06:00
La Asociación Navarra de Amigos del Órgano (ANAO) organiza por primera vez el ciclo Encrucijadas, unas jornadas musicales que descubrirán la estrecha unión entre las ciencias empíricas y el arte del sonido. Esta tarde, a las 19 horas, el convento de Santo Domingo de Pamplona acogerá la primera actividad. Álvaro Cía, de 24 años, ofrecerá la charla divulgativa Las matemáticas cantantes. La sesión se apoyará en espectogramas, representaciones gráficas de los armónicos que componen un sonido e indican la intensidad de cada uno de ellos. Las explicaciones se acompañarán de interpretaciones musicales en directo.
¿Cómo entró en contacto con el mundo del órgano?
Empecé con piano y saxofón en la escuela de música de Puente la Reina. Hace 12 años organizamos un festival de villancicos entre varios pueblos del valle. Los chavales de Enériz formamos un grupo y yo les acompañaba al piano. Casualmente, una mujer del coro parroquial de Enériz me vio tocando durante los ensayos. En ese momento no tenían organista en Enériz y me propuso si quería acompañarles en el coro como organista para la Misa de Navidad.
¿Qué edad tenía usted?
Doce años. La verdad, no tenía ni idea de tocar en un órgano. Además, en Enériz teníamos un armónium bastante viejo y estropeado. Un amigo de mi abuelo es organista y le pedí que me explicara cómo funcionaba. A raíz de aquel concierto navideño me siguieron llamando del coro para que fuera su organista particular. Justo al año siguiente, la Asociación de Amigos del Órgano organizó un curso de iniciación. Dábamos las clases en el órgano del convento de Santo Domingo. En aquel curso descubrí que el órgano de tubos es un instrumento con muchísimo potencial. Me planteé estudiar órgano más en serio, y empecé en Pamplona con el profesor Gonzalo Caballero.
Y a medida que empezó a explorar el mundo del órgano, ¿qué fue lo que más le sorprendió?
Creo que ofrece muchas más posibilidades que cualquier otro instrumento. Por ejemplo, tiene varios teclados, incluyendo uno para los pies. También me llamó la atención la historia que hay detrás, ya que cada órgano es de una época diferente. Esa variedad -solo en Pamplona hay más de 20 órganos de tubos-, es mucho más grande que en cualquier otro instrumento. A medida que fui estudiando más, empecé a dar más conciertos en varios pueblos de Navarra, sobre todo de la Zona Media: Mendigorría, Larraga, Mañeru, Olite, Leyre...
De todos los órganos que ha conocido en Navarra, ¿hay alguno que le haya impactado especialmente?
Sobre todo, el de la parroquia de San Pedro de Puente la Reina. Es un órgano precioso del siglo XVII que además está muy bien restaurado. Es uno de los más antiguos de Navarra, y también tiene una fachada muy llamativa.
Esta tarde abrirá el ciclo Encrucijadas con la sesión Las matemáticas cantantes. ¿Qué le llevó a indagar en la relación entre el órgano y las matemáticas?
A mí siempre me han gustado las matemáticas y la física, así que siempre relacionaba lo que me explicaban en clase con el mundo del órgano, por ejemplo, el tema de las ondas sonoras o de las proporciones. Además, yo también iba investigando por mi cuenta. Por ejemplo, influyen mucho la altura, la anchura, la forma y el material de los tubos. Normalmente, los tubos se fabrican con una aleación de estaño y plomo, y el sonido es diferente según el porcentaje de plomo. Por ejemplo, en la época del Renacimiento se solía emplear más proporción de estaño, que tiene un sonido más brillante y nítido, mientras que en el Barroco y el Romanticismo empleaban más proporción de plomo en los tubos, creando un sonido más redondo y envolvente. La diferencia se percibe claramente.
Si cada órgano suena de manera diferente, ¿en qué medida le afecta al repertorio?
Si el repertorio es de la época renacentista, entonces sonará bien en un órgano de esa época. Nunca resultará bien mezclar: por ejemlo, tocar una obra romántica en un órgano barroco o renacentista, porque la obra no está pensada para ese tipo de sonoridades. Si te llaman para dar un concierto en un órgano romántico, tienes que tocar repertorio de esa época. Un pianista se puede hacer una gira por Europa tocando el mismo programa, pero un organista tiene que adaptar su repertorio al órgano en el que vaya a tocar.
¿Alguna obra o compositor que le guste especialmente?
Creo que aquí queda mucho por hacer respecto a la música navarra. En concreto, en el siglo XIX hubo una escuela de organistas muy importante de organistas y compositores. Hilarión Eslava estuvo a la cabeza de esa escuela. En los últimos años, su música me está gustando especialmente. Creo que en Navarra se debería de interpretar más su obra. Además, encaja perfectamente con los órganos que tenemos del siglo XIX. Es un potencial que se debería explotar mucho más.
Sin embargo, hay órganos prácticamente abandonados o en muy mal estado. ¿Hay cierta desidia hacia el mundo del órgano?
Yo creo que existe un desconocimiento. Los órganos están metidos en las iglesias y mucha gente tiene la idea de que es un instrumento para acompañar las misas. Si dejas de lado un órgano, se estropea y al final se pierde. Por ejemplo, si no se detecta a tiempo un ataque de carcoma, eso acaba con el instrumento. En Navarra hay varios órganos que están en esta situación y ya son irrecuperables. También hubo una época en la que, por puro desconocimiento, se vendieron tubos de órgano como chatarra.
Estas primeras jornadas de Encrucijadas se centran en la relación entre la ciencia y la música. ¿Qué más aspectos se pueden dar a conocer?
Precisamente este ciclo quiere poner de relieve todas las relaciones que se pueden tejer entre el órgano y otras disciplinas, como la filosofía, la poesía y la historia. Por ejemplo, ahora desde ANAO estamos trabajando en un ciclo sobre órgano y literatura. Sería interesante unir el recitado de poesía con la música de órgano, jugando con diferentes puntos de escucha dentro de las iglesias.
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