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OPINIÓN

200 horas, 20 minutos y 4 segundos para... ¡la vuelta al cole!

Avatar del undefined Rocío Martín29/03/2019

¡¡¡Rinnggg!!! ¡¡¡Bien!!!
Que algarabía, por fin ha sonado el timbre que da por finalizadas las clases pero este que suena hoy, además, da paso a las tan ansiadas vacaciones después de un curso repleto de deberes, exámenes y obligaciones que, si las calificaciones lo permiten¡¡¡acaban de terminar!!! Unos 178 días lectivos, entre 862 y 872 horas en Primaria y entre 1.011 y 1.023 horas en Secundaria Son pocas? esta claro que se las merecen, no?
-“Mañana ya no hay colegio Qué voy a hacer? Aún no tengo claro dónde, con quién y qué van a comer”
-“Yo tengo 15 días de vacaciones pero como a mis peques les queda mes y medio sin cole los dejaré con mi madre y mi padre alguien tiene que cuidarles”
-“Pues yo sin familia aquí, la única alternativa que me queda es tirar de cartera, y de campamento en campamento”.
- “Yo estoy igual pero hemos hecho números y este verano no podemos permitírnoslo menos mal que creemos que nuestra hija mayor ya puede cuidar de los pequeños”
- “los míos lo mismo, ya son mayorcitos, están en Primaria se quedarán solos en casa. Sí, lamentablemente pasaran a formar parte de niños y de niñas con la llave colgada al cuello toda la mañana hasta que uno de los dos vayaaunque no me guste nada”
La misma cuestión de todos los años al cerrar sus puertas los colegios. Comentarios que se pueden escuchar en los patios sobre los apuros que se pasan en muchos hogares para atender a sus hijos y sus hijas durante las once semanas de vacaciones, más aún, en tiempos de estrecheces económicas.
El inicio de las vacaciones, un día marcado en rojo en los calendarios de miles de familias ya que toca hacer cábalas entre campamentos, escuelas de verano, familiares y, sobretodo, abuelos y abuelas para encajar el descuadre. Casi tres meses de vacaciones pueden suponer en muchos hogares un problema de logística importante.
Mi madre no trabajaba y recuerdo los calidos veranos en el pueblo. Era el mejor de los campamentos y duraba casi tres meses, sin madrugones, jugando y en la calle todo el día hasta muy tarde, incluso nos dejaban salir a jugar después de cenar (era un pueblo), con campo, animales, huertos, estanques, paseos, siestas, bicis ¡primas y familia!
Al ser madre he tenido mucha suerte de poder repetir algo parecido con mi hijo y mis hijas al no tener la necesidad de utilizar campamentos, ni tenerlos lejos, ni hacerlos madrugar como todo el año (salvo en un par de ocasiones y porque se empeñaron). Esto siempre me ha parecido un privilegio. He podido pasar con el y con ellas todos los veranos, gracias a que en mi trabajo es muy fácil la conciliación en cualquiera de sus periodos vacacionales. No obstante, también por desempeñarlo en el ámbito escolar conozco lo difícil que resulta para otras muchas familias.
Las vacaciones, esos días de descanso, de felicidad, de dar carpetazo a los madrugones, de viajar, desconectar de la rutina... y de estar en familia, se esperan y se dibujan como idílicas pero, a veces, asoman de nuevo las preocupaciones y las dificultades para conciliar trabajo y crianza, y las altas expectativas pueden quedar tiradas en una cuneta si no se organiza todo con atención. Bienvenida la ayuda y la información
Unas cuantas familias podrán recurrir a la buena voluntad de los abuelos y abuelas. Principal recurso y salvación en esta época del año, algo muy de agradecer. En muchos casos incluso esperan ansiosos cuidar de sus nietos y nietas durante el verano. En otros son muchos días y muchas horas cada día y hay que entender que cuando las personas se hacen mayores a veces no están en condiciones de hacerse cargo y brindar esta ayuda aunque lo deseen. Algunos todavía también trabajan. Y otros, también muy respetable su opinión y elección, consideran que ya criaron a sus hijos e hijas y no tienen la misma disposición.
Hablando de dieta
“El abuelo no me regaña por no comer” (Cuando se niega en rotundo a comer alimentos saludables) “la abuela si me lo da” (Cuando no le damos algo que consideramos no debe comer).
Aunque estar al cuidado y el comer por ello con los abuelos y las abuelas puede favorecer un comportamiento más caprichoso con la comida ya que tienden a mimar a sus nietos y nietas y a consentirles más que sus progenitores, diversos estudios también apuntan a que tienen una alimentación mejor ya que éstos tienen más tiempo para preparar una comida variada y saludable.
La mayoría de las personas mayores consume fruta diariamente y entre tres y cuatro veces a la semana preparan potajes de legumbre y verduras y consumen también esa misma cantidad de pescado. Se guían todavía por la dieta mediterránea y si los niños y niñas comen lo que preparan para sí mismos, puede favorecer una alimentación muy nutritiva y completa y ofrecer un buen modelo.
Si les consienten, si les malcrían a la hora de comer Qué podemos hacer? Desde el agradecimiento, que debemos tenerles porque al ayudarnos renuncian a muchas cosas, entre ellas a disponer de una rutina más tranquila, algo que cuando nos hacemos mayores se necesita, deberíamos explicarles nuestras normas para alimentarles (los horarios de las comidas, qué alimentos no pueden comer entre diario, cuál es la base de su dieta, etc.) pero no deberíamos preocuparnos demasiado ya que el perjuicio no será tanto. Debemos confiar en su amor y en que la experiencia es un grado aunque algún día se salten las reglas y les den un capricho. Algo que si no es rutinario y solo se hace de vez en cuando no es tan insano.
También hay otras opciones campamentos de verano públicos y privados, los municipales cada vez ofrecen más facilidades (por lo menos desde que yo hice uso de ellos) e incluso ahora hasta ofrecen servicio de comedor.
Aunque a veces no se ajustan a los horarios ni al bolsillo, y dependiendo de la edad la oferta y las posibilidades se reducen. Y a esto habría que añadir si tenemos la confianza suficiente para dejar a otros su cuidado.
Cuando no nos queda otra debemos superar nuestros temores y aunque consideremos que no hay campamento perfecto acudir a uno de ellos les ofrece muchos más beneficios que perjuicios, amplían conocimientos, fomentan la sociabilidad y las habilidades sociales, disfrutan y realizan actividades enriquecedoras que difícilmente harían en casa.
Otra opción que suele ser asequible es la que ofrecen los centros de enseñanza, aprovechando que las instalaciones deportivas, las aulas y comedor.
Hablando de la dieta
En caso de que vayan de campamento y coman fuera de casa, debemos, mas que suponer, informarnos y asegurarnos al elegir el campamento que la alimentación que recibirán será saludable y adecuada a su edad.
También podríamos contratar a alguien para que les cuide en casa y que cocine lo que le planifiquemos, esto posiblemente sea lo que más caro sale (aunque dejemos la comida elaborada la noche anterior) y muchas familias, sobre todo hoy en día, puede que no cuenten con recursos económicos.
Sin duda las circunstancias de cada familia hacen que haya unas posibilidades u otras.
Si es más mayor nuestras posibilidades pueden verse ampliadas, nuestra confianza aumenta, ya tiene cierta autonomía y podrá quizás quedarse sin supervisión en casa. Esto va a permitir que desarrollen dos conceptos muy importantes, la responsabilidad y la autonomía, aspectos que contribuyen notablemente en su maduración, resultando para el o ella un verano de aprendizaje inolvidable.
En cualquiera de los casos anteriores seguirán siendo personas adultas las responsables de “supervisar” lo que comen. Pero en casa cuál será su dieta diaria?
“Comerán aquello que yo he dejado preparadoo?”
Hablando de la dieta
Tanto en esta última situación como si la familia come toda junta quiero ofreceros mis consejos por si puedo facilitaros ese “organizaros”.
Las vacaciones serán largas y pueden resultar un buen momento para reforzar los hábitos de alimentación ya que las familias tienen más tiempo para dedicar a las comidas. Pero lo cierto es que durante esta época las familias modifican notablemente la rutina diaria, alterando todos los horarios, desde la hora de levantarse, hasta la hora para dormir, incluyendo la hora de alimentarse. Nos levantamos tarde, desayunamos tarde, si los progenitores trabajan comen sin supervisión de un adulto, comen lo que quieren
Son factores adicionales que pueden hacer que la dieta de los niños y las niñas empeore. Al relajarnos relajamos también la disciplina formativa.
Trabajemos o no este verano el estilo de vida saludable nunca debe salir de vacaciones, al contrario, como decía al principio se debe aprovechar el tiempo que hay sin las prisas de los días en que tienen colegio empezando por ofrecerles un buen desayuno. Es muy importante mantener unos horarios de comida, con excepciones claro esta, estamos de vacaciones pero con esta excusa no deberíamos salirnos de la rutina saludable todos los días.
Tendrán mucho tiempo libre irán y vendrán, y en idas y venidas harán numerosas visitas a la despensa y a la nevera por ello debemos evitar tener alimentos industrializados y poco saludables almacenados. Por el contrario una y otra deberán estar repletas de frutas, verduras y alimentos saludables de fácil preparación. Saca los refrescos del refrigerador y pon agua en su lugar para favorecer su consumo y mantenerles hidratados. No tienen el criterio de elegir formado y entre los dos siempre escogerán la bebida azucarada y esto no sirve para quitar la sed ni es saludable.
Al llegar las vacaciones de verano los niños dejan de lado sus apretadas agendas y cuentan con una gran cantidad de tiempo libre que muchos no saben cómo llenar. Dado por haber tenido la mayor parte de su tiempo durante el curso completamente planificado. Ahora podemos ayudarles planeando un poco sus nuevos horarios para que aprendan de nuevo a estar “sin hacer nada” (a cuanto adulto le cuesta esto mismo) y con ello se despierte su creatividad y vuelvan a encontrar a qué jugar o encuentren cosas que les interesen y estimulen de verdad. El tiempo libre es oro y los niños deben aprender a valorarlo.
Además muchos padres y madres siguen trabajando y la consecuencia es que niños y niñas aburridos y sin supervisión pueden terminar comiendo cuando no saben que hacer.
No esta de más ser cautos con la flexibilidad que se ofrece a los y las adolescentes. Con el tiempo libre se les deja llegar más tarde a casa, se les da más dinero para que lo gestionen, se les permite bajar sin una persona adulta a la piscina... Son cambios habituales en estas fechas y aumentan su autonomía y responsabilidad. Pero la elección de su comida debe de seguir siendo saludable, de lo contrario, la vuelta atrás sería muy complicada.
En resumen, hay que procurar ciertas acciones para no afectar la alimentación de nuestros hijos e hijas.
Los niños necesitan descansar, desconectar del estrés. Si se reclaman más días o más horas lectivas por no saber o tenerlo difícil a la hora de trabajar nos olvidamos de niños y niñas. Pero es cierto que necesitan algún plan para continuar con su misión principal: jugar y aprender y algo de esto puede hacer por nosotros la alimentación ¡Todos a la cocina! Como ocio y no como tarea
Romper un poco con la rutina puede venir bien no sólo a los niños y niñas sino a toda la familia, ya que al fin y al cabo se trata de poder adaptarse a circunstancias diferentes y dejar un poco de lado la presión que suele haber durante los meses del curso. Es un buen momento para que las criaturas más pequeñas aprendan que en la vida también existe flexibilidad y excepciones a lo establecido. Y no hay que preocuparse pensando en que supondrá mucho esfuerzo recuperar las rutinas de cara a la vuelta al colegio en septiembre si mantenemos las más importantes como puede ser la de alimentarse.
Es importante para empezar organizar horarios y menús con ellos y ellas, desde el consenso y el acuerdo.
Se puede aprovechar, según la edad de los pequeños, para que colaboren en la compra, en la elección de los menús y en la elaboración de las comidas. Aprendiendo así determinados hábitos de responsabilidad y colaboración.
Las necesidades nutricionales de la familia en verano van a ser las mismas o parecidas a las que tiene en invierno, siempre que no haya un cambio de la actividad física. En verano se suele ser más sedentario, aunque nos parezca todo lo contrario, sobre todo si nuestros hijos y nuestras hijas participan en actividades deportivas durante el curso escolar.
Necesitamos, como todo el año, variedad en la alimentación y que esta incluya todos los grupos de alimentos debe ser la tónica para que toda la familia coma de forma saludable también en verano.
Por supuesto que el verano también es época de helados y caprichos y hay que dejar que los disfruten y disfrutarlos, pero no debemos olvidar que estos alimentos están en la cúspide de la pirámide alimentaria, por lo que se recomienda un consumo ocasional.
Qué vamos a comer con este calor?
¡De todo! Basta con variar las elaboraciones y presentaciones de los alimentos, también para las criaturas más pequeñas.
Añadiendo a las frescas ensaladas: frutas (aguacate, melón, sandia, manzana, piña, etc.), hortalizas (tomate, judía verde, calabacín, pepino, etc.) pasta y legumbres (en conserva y congeladas si hace falta, ya que solemos olvidarnos de ellas asociándolas al frío y a los platos de cuchara pero son un alimento básico en la dieta de cualquiera y no podemos erradicarlas del menú veraniego) o preparar gazpachos y cremas frías como lavichyssoise, todo esto como platos principales o primeros platos. Un gran surtido de alimentos ricos en vitaminas, minerales y fibra y con pocas calorías.
La carne, el pollo, o el pescado a la plancha son muy sanos rápidos, satisfacen ampliamente y se preparan en un momento. Utilicemos el horno si no hace demasiado calor, basta con meter un trozo de carne, pollo o pescado en una bandeja, añadir algunas verduras y poco aceite, y dejar que se cocine solo.
Algo ideal es preparar un plato único que sea sencillo, completo y altamente nutritivo (macarrones a la boloñesa, paellas de carne, de pescado y marisco, calderetes, etc). Que inclusive hasta pudiera congelarse una parte, inmediatamente después de elaborarse, entonces podemos preparar el doble de cantidad y congelar la mitad , y a los 5 días, tendremos el almuerzo o la cena solucionados. Añadimos una ensalada fresca o un postre a base de yogurt y fruta y ¡listo!
Postres, almuerzos y meriendas brochetas con frutas variadas (ideales por su contenido en agua, hidratantes y refrescantes), ricas macedonias, helados o batidos caseros (con moderación si les añadimos grasas y/o azucares).
Como veis no hace falta pasarse horas en la cocina, preparando platos exquisitos y sofisticados para que nuestros hijos e hijas coman. La verdad, es que existen cantidad de recetas rápidas y sencillas que aseguran una nutrición correcta, sana y equilibrada.
Y si salimos fuera de viaje? Qué mejor oportunidad para conocer y disfrutar de la gastronomía de la zona y los alimentos de temporada y de cercanía a los que podamos tener acceso.
Como familia habitualmente hemos disfrutado de las vacaciones cerca del mar, (casi siempre el cantábrico) y por ello hemos aprovechado para comer mucho pescado, probando y descubriendo juntos y al principio algunos nuevos.
Sardinas asadas, boquerones en vinagre, chicharro, verdel y bonito al horno o a la plancha en nuestra mesa casi todos los días de la semana. Curioso como se habituaron mi hijo y mis hijas desde muy chiquis a disfrutar del pescado y a controlar sus espinas algo que para niños y niñas parece ser tan complicado. Daba gusto ver como disfrutaban de los diferentes tipos de pescado azul (rico en omega-3, beneficioso para el sistema nervioso y para el descanso) y no tengo muy claro si serian sus propiedades dietéticas o solo el cansancio, al no parar ni un momento en todo el día entre juegos en la casa y en la playa, pero todo ello les terminaba ayudando a dormir de un tirón. Caían rendidos en la cama ¡como yo!
Y hablando de playa, para excursiones y acampadas en ella, en el campo o en la montaña, os aconsejo la saludable opción de llenar la mochila con socorridos bocadillos. Pueden ser muy completos y saludables. Eso si de embutido (pechuga de pavo, jamón cocido o serrano, etc.) o de atún al natural con tomate y lechuga (lo habéis probado con mostaza?), carnes magrascomo por ejemplo la pechuga de pollo y la ternera fileteada a la plancha, podemos complementar con lácteoscomo un queso fresco, queso de cabra o queso para untar y formar con éste un aderezo, rellenos de vegetales, frutas y semillas hasta donde vuestros hábitos hayan avanzado y os hayan llevado
Es preferible evitar llevar alimentos en untupperque contengan mayonesas y tortillas, así como ciertos dulces ya que debemos extremar el cuidado de las salsas y algunos alimentos que llevan huevo, nata o azúcares que pueden contaminarse con gérmenes como lasalmonella, si están a temperatura ambiente. Es por esto que se recomienda su consumo inmediatamente tras su preparación, para que arriesgarnos. Y si lo hacemos, ¡ojo! Mucho cuidado
Y siempre ¡agua para beber! reservando el vino o la caña para disfrutar del atardecer o de las estrellas en una terraza.
Debemos intentar hacer las cuatro comidas recomendadas al día no saltarnos el desayuno aunque nos hayamos levantado más tarde de lo normal. La comida podrá retrasarse y hacerse más liviana.
Y con tanto tiempo de relax y ocio hay picoteo sano para las tardes de verano?
Podemos echar mano de fruta refrescante, entera o recién exprimida, un yogur previamente helado, pipas de girasol(son antioxidantes, ricas en vitamina E), unas palomitas caseras (para controlar el azúcar, las grasas y la sal). Y, por supuesto, si un día se tercia podemos permitirnos y permitirles otro tipo de snack menos saludable como una bolsa de patatas fritas y un helado industrial.
La alimentación es un tema importante durante todas las estaciones del año y en verano aún más.
Cualquier periodo vacacional es un momento sin igual para compartir unos‘momentos’ en familiainolvidables y, casi todos, la mar de agradables.
Después de haber osado pasar la tarde disfrutando en la playa llevando además de la bolsa de dimensiones estratosféricas, de plástico, de supermercado y entonces no reutilizable, llena de: cuatro cubos, cuatro palas, cuatro rastrillos, (sí, digo cuatro y no tres, el número de criaturas que tengo, porque siempre me tocaba ayudar a hacer las mazmorras y el foso del castillo, ja ja), camión y pala excavadora, miles de moldes de estrella, tortuga, pez y ballena que la mitad de ellos se perderían bajo la arena pero era primordial que no faltase de nada como decia además de todo esto siempre me animaba a llevar un libro. Jamás llegue a sentarme a leer ni siquiera me sentaba mientras les observabay si se iban a bañar al mar mientras no miraba y se ahogaban en menos de un segundo? y si se comía la arena la más pequeña en lugar del bocadillo y se ponía malita a morir? Y si se perdían? así que tocaba para variar el no quitarles el ojo de encima. A jugar a piratas, a sirenas y a rebozarse con ellos en la playa. Y vuelta a casa sudando agotada y con arena en sitios que ni podías imaginar. Además de fortalezas y castillos, la de tartas y pasteles que habremos diseñadoAsí que después de una agradecida ducha, a intentarlo en la cocina de verdad.
Las vacaciones de verano son una época ideal para que los niños comiencen a dar sus primeros pasos dándose un chapuzón en la cocina o para sumergirse en el arte culinario. Como si de un divertido juego se tratara. Un juego que, además, al estar en contacto directo con los distintos productos alimentarios que aprenderán a utilizar, le animará a conocerlos tanto como a probarlos y, al fin, a consumirlos.
Por experiencia personal y laboral os digo que enseñar a cocinar es la forma ideal de estimular e inculcar buenos hábitos alimentarios a los niños y a las niñas. Explicarles y dar a los alimentos el valor que realmente tienen es la base de una buena alimentación y de su propia calidad de vida, además de demostrarles que cocinar no es sólo preparar comida, sino que también es disfrute, tradición y cultura.
No sé si os pasará a vosotros pero cuando se avecinan lasvacaciones de veranosiento un cosquilleo en el estómago, mezcla de nerviosismo yde emoción. Planificarlas y organizarlas tiene su parte de encanto y desquicio pero pensar en hacer una escapada en familia hace que las cosquillas sean mayores. De momento sonrío pensando en los días que disfrutaré con mi familia este verano. Cierto que mis hijos ya no son tan peques y no tengo que bregar con tantos inconvenientes
Acabo de ultimar los flecos que me quedaban para pasar, o al menos intentarlo, una semana estupenda. A toda mi familia le gusta el norte, lo llevan viviendo toda su infancia, pero seguramente a mi mucho más, pues con la edad he aprendido y estoy dispuesta a sacrificar días interminables de playa y calor por jornadas de lluvia, menos temperatura, algo de montaña y mucho verde. Sólo hablar de ello me trae su olor, el sonido de los cencerros a lo lejos, el mar rompiendo en el acantilado, incluso puedo saborear el olor a sal, eso sin hablar de lo que suma su deliciosa gastronomía a marisco y a pescado azul, ¡riquísimas sardinas! que consiguieron hacer adictos al pescado hasta a mis grandes amores.
También pensaba, en que hoy que debía despedirme hasta el inicio del nuevo curso, que mejor que hablar de las vacaciones, de la dieta a seguir durante ellas y todo lo que conlleva según las circunstancias de cada familia
Pensaba en mis lectores Habéis organizado ya las vacaciones de verano?
Quería dejaros un enlace por si acaso. Hay muchísimas personas queviajan en familiay que comparten consejos y recomendaciones a través de susblogs.
Aquí tenéis una lista con25 blogs de viajes con niños que no debes perderte. Está ordenadaalfabéticamente, recién actualizada (agosto de 2015).
Y un último consejo, ahora que tendremos algo más de tiempo regalémosles una parte importante de el, nuestro interés y el deseo de disfrutar los desafíos que nos proponen. Lo que nuestros niños y niñas ven en nosotros, cálida e incondicionalmente, no lo ven en nadie más. Como héroes y heroínas que admiran puede ser bastante más sencillo de lo que parece lograr que nuestros niños y nuestras niñas crezcan de manera equilibrada, fisiológica y emocionalmente, pero para ello no basta con que escojamos su dieta guiados por las recomendaciones de los expertos sino que debemos alimentarlos con mucho amor para que sus miedos y sus problemas emocionales se mueran de hambre.
Sí, las vacaciones son para pasarlas con la familia pero también es necesario que te tomes tu espacio, te des un respiro y estés en contacto contigo. Para que este parar nos ayude a que comprendamos nuestras emociones y nos ayude también a girar con el mundo en el que vivimos.
Gracias por tu interés y ¡felices vacaciones!
Rocío Martín (www.comedorsaludable.org)
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