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OPINIÓN

Purés y papillas si o no? Aspectos emocionales de la elección.

Avatar del undefined Rocío Martín31/05/2016
Estamos acostumbrados a una vez llegado el momento de introducir alimentos distintos a la leche en la dieta del bebé, dárselos en forma de papilla o puré.
Costumbre que hoy día muchos expertos nos están diciendo que no es del todo acertada. Algunos como Gill Rapley, subdirectora de la Iniciativa para los Bebés de UNICEF en el Reino Unido y autora del libro " El niño ya come solo" que promociona el método del "baby led weaning", que afirma que incluso este tipo de alimentos podría causar problemas de salud más adelante, retrasar la capacidad de masticar y volverles quisquillosos a la hora de comer (dificultades que tal y como observamos en el comedor escolar se dan más cada vez). Afín a ella y quizá más conocido es el pediatra Carlos González que comparte su opinión prácticamente al cien por cien. Hay otros, que coinciden con estos especialistas en que hoy en día la industria de alimentos para bebés ha hecho que se acostumbre a los niños y las niñas a alimentarse con purés y papillas y que esto va a ser perjudicial a la larga, pero que piensan que la introducción de sólidos debe ser de forma más gradual, entre el sexto y duodécimo mes pues el bebé puede tener alguna dificultad para ingerirlos.
En mi opinión, que no soy tan experta como ellos y ellas, cada bebé tiene su ritmo y cada madre o padre aprende a conocer y a sumar a la buena información que busquen y reciban, esos pequeños detalles de su bebé que pueden indicar cual es el camino a seguir Lo importante es lograr que al año, sean capaces de compartir la comida con el resto de la familia.
En el artículo anterior ya vimos cuales eran las recomendaciones generales de la OMS, de algunos pediatras y expertos en nutrición. Hoy me gustaría ampliar esa información teniendo en cuenta otros aspectos, sobre todo los emocionales.
Enfrentarnos a la “cuchara” por primera vez en ocasiones puede suponer pasar por momentos que crean verdadera ansiedadalgo que se va a trasmitir sin querer y con facilidad al bebé.
Por esolo primero que debemos tener en cuenta es que el momento que elijamos para comer sea un tiempo de tranquilidad y relajo, dejando de lado prisas, preocupaciones y expectativas. En el que la paciencia sea nuestra mejor aliada y amiga.
Partiendo de aquí, me gustaría añadir mi propia experiencia, rescatando del baúl de mis recuerdos las recomendaciones que me hizo mi abuela materna al observar de cerca la situación que se estaba creando en mi hogar ante las dificultades de mi primer hijo para aceptar los purés.
Aitor de bebé, ya tenia muy claro lo que quería: “aprender incesantemente”, pasión que quien le conoce bien sabe que hoy día todavía mantiene. Disfrutaba sin descanso de investigar y descubrir el mundo, para ello, lo más apropiado a sus seis meses era que todo tuviese paso por su boca. Cualquier objeto que quedaba a su alcance adecuado o no (sonajero paquete de toallitas o pañuelos de papel, lápices, monedero, llaves, etc.) estaba en peligro de acabar lleno de babas o machacado por sus pequeñas mandíbulasSin embargo, a la hora de comer y cuando veía acercarse la cuchara arrancaba a llorar y ante nuestra preocupación e insistencia terminaba rechazándola con verdadera angustia. Y yo, desesperada cada día un poco más, no dejaba de preguntarme elporquéde aquel comportamiento.
No había aceptado muy bien el cambio del pecho al biberón, creo que ya os lo he contado en otro post, y aún estábamos en el proceso de adaptación. Y ahora, no quería papilla podéis imaginar mi tensión, agobio.y sufrimiento?
Probé a hacer de “todo” (los bebes aprenden a comer con papillas, no?) sin grandes resultados. Ni siquiera el pediatra ni la enfermera con sus indicaciones lograron orientarme. Pensar que estoy hablando de algo que sucedió hace 26 años
Al final, lo que vino a “salvarnos” fueron los sabios consejos de mi abuela y de mi propia madre, consiguieron mitigar el problema antes de que derivase en un conflicto peor. Paso a contároslo
Me aconsejaban machacar tan solo un poco sus alimentos y ofrecérselos de ese modo. Mi abuela recordaba que su madre lo había hecho con sus hijos e hijas incluso masticando un poco la comida con sus propios dientes antes de dársela. Algo que después he conocido siguen haciendo las tribus “sin civilizar” todavía existentes. Qué es como suponen los antropólogos hicieronnuestros ancestros. Desde luego, ni en ese momentoni en este, esto último me parecía ni muy higiénico ni necesario, pero permití que le diesen gachas y la comida aplastada con el tenedor y para mi grata sorpresa todo empezó a ser aceptado por él de buen grado.
-“Y no podría atragantarse?...prefiero seguir dándole purés- Superado mi miedo a un atragantamiento ya que la textura de las papillas y purés me parecían más adecuadas para evitarlo, descubrí que no era la única opción. Un plátano maduro, una pera o una zanahoria cocida ofrecían a mi bebé la posibilidad de saborear una textura menos uniforme. Me dije a mi misma: “No puede comer papillas toda su vida”
Permití también que sentado en mí regazo y en el momento de la comida familiar, comiese por sus propios medios (sus manos) los alimentos que yo misma estaba comiendo (paella, macarrones, pescado desmenuzado, fruta y hortalizas en trozos adecuados para su agarre Era tan evidente que tenía predilección por esta forma de comer, le hacia feliz y. buff, a mi ¡también!
Le hacia disfrutar, descubrir los alimentes nuevos de un modo más placentero que aquel que era simplemente abrir la boca para que le diesen una cucharada tras otra ¡tras otra! hasta que él cerrase la boca con determinación y aún así tener que acabar enrabietado y llorando al ver quecontinuábamos: “una cucharada más por papa” “otra por mama...”“abre la boca mi amor, mira que viene.¡ un avión!”.
Por fortuna para mi hijo y para mi, las abuelas no habían olvidado de donde procedían y como se hacían antes ciertas cosas, el cómo se alimentaba a los bebés de antaño. Siendo la leche materna la base de su alimentación durante seguramente varios años y por ello proporcionándoles los nutrientes esenciales (la leche, por sí sola, cubre las necesidades nutricionales del bebé hasta, aproximadamente, el año de vida y sólo sería necesario un aporte extra de hierro, que se extrae con la ingesta de carne), tomaban frutas maduras aplastadas, carne premasticada y gachas de cereales menos procesados que los actuales como primeros alimentos.
Gracias a que yo también recuerdo muchas cosas de mi infancia, estoy segura que las decisiones y acciones de la persona adulta repercuten en los sentimientos de los niños y las niñas y esto en su forma de “ser” futura decidí no resignarme, obligarle o condicionarle. Una criatura no se niega con rotundidad ni llora ante los cambios con intención de fastidiar o ponernos a prueba, son recursos naturales y de supervivencia que aún poseen. Ser hija y recordarlo me ha resultado muy útil a la hora de ser madre, así como que dos de las mujeres más importantes de mi vida recuerden también sus experiencias y la sabiduría que estas encierran.
“Cuando el objetivo te parezca difícil, no cambies de objetivo; busca un nuevo camino para llegar a él”. Confucio
Posteriormente, dos y cinco años después, llegaron sus dos hermanas y no dude en cual debía de ser la forma de alimentarlas. A la edad recomendada puse a su disposición el placer de alimentarse, que pudiesen saborear los alimentos y disfrutar de sus diferentes texturas y hacerlo por si mismas, que pudiesen decidir de una forma mucho mas activa que alimentos tomarían y cuanta cantidad comerían de lo ofrecido ese día, posibilitó que pudiesen compartir enseguida el menú del resto de la familia. Evitando también de paso conflictos y mucho malestar Como suele decirse, el primero abrirá camino para el que venga luego
Por qué elegir alimentación Autorregulada?
Al permitir que tomen los alimentos con sus manos, pudiendo explorarlos, llevárselos a la boca, dejarlos de nuevo en la mesa... estamos permitiendo al bebé “gestionar”, adoptar un papel activo en su propia alimentación.
De esta manera, al dejarle decidir qué alimento quiere tomar (entre los alimentos saludables que se le ofrecen), a qué ritmo lo quiere ingerir, qué cantidad quiere meterse en la boca cada vez y cuándo quiere dejar de comer, estamos utilizando una actividad vital, imprescindible, que es la alimentación, como motor de desarrollo. Algo también muy importante para su desarrollo emocional.
Esta actitud activa le ayudará a desarrollarestrategias creativas, en el sentido de buscar alternativas y diferentes opciones ante una misma situación (suena a incentivo dicho así, no?). Pues si, lo cierto es que se le plantean retos continuamente a la vez que se enfrenta a una actividad estimulante y de una gran riqueza sensorial
“cómo tengo que agarrarlo? Cómo me lo voy a llevar a la boca? ¡Vaya, se me ha caído! Voy a intentarlo de nuevo”
Una riqueza que va a perderse cuando alimentamos al bebé exclusivamente con triturados o purés.
Al sentirse capaz de intervenir en su entorno de manera activa, se siente también competente y eficaz, lo cual es muy positivo para el desarrollo de una buena autoestima.
Si puede decidir qué alimentos va a comer y en qué orden va a hacerlo, la frecuencia en que se los llevará a la boca y la cantidad de ellos que desea comersentirá que puede elegir y esto ayudará al aprendizaje de toma de decisión, tan importante para el futuro.
Pero no solo son ventajas para niños y niñas, padres y madres también pueden beneficiarse emocionalmente de alimentar a sus hijos e hijas de esta manera.
El hecho de confiar en la capacidad natural del bebé para autorregular su alimentación, hará que las preocupaciones y los conflictos en torno de esta desaparezcan casi por completo. Y esta confianza en las capacidades innatas de nuestros hijos y nuestras hijas se incrementará y se trasladará a muchos otros aspectos de la crianza.
Es evidente que la inmadurez del bebé hace imprescindible su cuidado para garantizar la supervivencia. Sin embargo, al contrario de lo que creemos, esto no significa que los bebés nazcan completamente desprovistos de capacidades. No en todos los aspectos relacionados con su desarrollo necesitan la guía y determinación del adulto ya que poseen estrategias naturales orientadas a su supervivencia, a reclamar la protección que necesitan.
Tanto es así, que nada más nacer, es capaz de identificar cuando tiene hambre, sabe orientarse hacia el pezón de la madre,reclamar el pecho, el alimento, siempre que lo necesita y regular la cantidad de leche de cada toma para satisfacer su hambre. Si confiamos en que biológicamente esto es un hecho por qué preocuparnos de si come o no lo suficiente?
Hay que reconocer que las recomendaciones sociales sobre horarios, cantidad y variedad de comida pueden ejercer una presión muy fuerte sobre madres y padres. Haciendo, en numerosos casos, que sientan inseguridad y pierdan esa confianza en la capacidad innata y demostrada al nacer de su bebé. Es entonces cuando dan comienzo las preocupacionespero podríamos evitarlas ya que al repensarlo seria fácilmente deducible que si era capaz de autorregularse durante la lactancia podría seguir haciéndolo cuando introducimos la alimentación complementaria en su dieta, no?
Por qué se empeña la sociedad en dictar pautas o normas que van a chocar con lo que nos dicta nuestra propia genética?
Permitir la “autorregulación” es una forma de respetar algo que es innato y natural en el ser humano, es parte de su instinto y le permite estar en contacto con sus propias necesidades y esto de alguna forma le ayudará a ser capaz de ver las de los demás conforme vaya creciendo. Este respeto desde sus seres más queridos formará parte de los valores más importantes que se pueden trasmitir, aquel menor que es respetado en sus necesidades más básicas no necesitará que nadie más le enseñe a respetar.
El niño y la niña deben ser comprendidos y acompañados, no frustrados para adaptarse a unas normas tan poco “lógicas”, en muchas ocasiones. Debemos informarnos para conocer que es capaz de comprender y que puede pretender a tan corta edad, ya que cuando se den situaciones que en su aprendizaje de la vida nos presenten una confrontación o dificultad, podremos abordarla y solucionarla con los recursos adecuados. Sumado al instinto que está ahí, en nuestro interior ya que como mamíferos lo tenemos y lo expresamos en muchos momentos de nuestra vida, pero por alguna razón nos cuesta más exteriorizarlo precisamente cuando más lo necesitamos: ¡cuando estamos criando!
En el momento que comprendemos esto cambia nuestra forma de educar y la vida de toda nuestra familia cambiará también con ella. Se terminarán las temidas luchas de poder (o gano yo o gana él o ella), un sin sentido que no crea más que malestar.
Los niños y las niñas necesitan ocuparse de si mismos muy temprano. Les da seguridad, confianza y empoderamiento. Debemos guiarles desde el entendimiento hacia la autonomía y la independencia paso a paso, respetando el ritmo de aprendizaje e interés que particularmente tengan. Sus ritmos no tienen nada que ver con el que siguen las personas adultas y pretender que lo hagan puede suponer incluso un retraso de los mismos.
Podríamos decir que permitir la autorregulación es hablar del aprendizaje por medio del placer, de la importancia del trato a la infancia, de no frustrar ni reprimir las emociones infantiles, etc. Hablamos de cambiar el mundo de la única manera posible, desde la infancia y el trato que recibe.
Algo habitual en mis charlas, en mi trabajo con familias es la frase “si lo hubiese sabido antes” Veo reflejado en sus palabras y en su mirada el sentimiento de culpa que yo misma tenia, cuando comencé a nutrirme de otro conocimiento, ante cosas que creí haber hecho mal con mi primer hijo por falta de información. Me hice consciente de que no podía plagar su infancia de un error tras otro suponiendo que al final todos sobrevivimos y llegamos al periodo adulto sin ninguna consecuencia.
Las familias deben tener libertad para decidir, pero también información veraz y contrastada entre este maremágnum de opiniones e información sin contrastar, a veces muy dañina.
Hoy día vivimos de manera muy diferente a la de nuestros ancestros, en un principio nuestra especie parecía estar diseñada para vivir en tribu. Se veían y compartían las sabidurías sobre partos, lactancias, crianzasHoy seria algo inaudito con lo cual no sabemos muy bien lo que hay que hacer. Necesitamos información, y un tanto perdidos buscamos manuales de instrucciones y soluciones mágicas, pero estas no existen.
Por eso, desde estos post, he querido ofrecer mi experiencia, mis conocimientos y los de otros expertos junto a mis propias reflexiones, por si os permiten clarificar un poco más las bases para dar con vuestra propia solución, ya que no existen las soluciones generales (cada niño es un mundo, cada familia es un mundo, cada situación es un mundo), pero sí el conocimiento para que lo más adecuado para cada niño, familia y situación particular, salga de manera más fluida.
Quiero terminar haciendo hincapié en que cuando cada familia valore y tome su propias decisiones lo haga teniendo algo muy importante en cuenta: que el objetivo de la alimentación complementaria no es nutricional sino educacional. Es importante conocer y comprender que la aproximación a los alimentos complementarios está más dirigida a la exploración, al conocimiento y a la habituación a las nuevas texturas y sabores que a la nutrición.
Entonces Para qué tanta prisa?Tienen que aprender a comer “normal”, y cuanto antes lo hagan será mejor pero en este sentido tenemos tiempo para hacerlo despacito. Necesitan aprender a hacerlo entre los 6 y los 12 meses, cuando sea posible, y lo es en cada niño y niña en diferente momento, para evitar que con dos y tres años su dieta sea muy poco variada, que casi todo lo quieran comer en puré, triturado al extremo ya que un trocito o grumo en él pude hacerles pasar un mal rato, dándoles arcadas para incluso terminar vomitándolo. Se convertirán en malas experiencias que les apartarán de vivir como algo agradable el momento de comer, imprescindible para facilitar su aprendizaje, su desarrollo fisiológico y su bienestar emocional.
Espero haberte ayudado si estas en esta etapa o tienes a alguien cercano en ella, facilitándote una información apropiada o que te ayude , si es necesario, a deshacerte de toda esa información inadecuada para crear una nueva que te convenga más y os haga más felices. Decirte que no importa como hayas sido como mamá o papá ni como eres ahora mismo, si no lo que puedes llegar a ser. Y puedes llegar a ser la madre o padre que desees, el abuelo o abuela que necesitan tus nietos y nietas
Observando a cualquier bebé y analizando lo que nos hace sentir el simple hecho de hacerlo podemos ser conscientes con facilidad que son pequeños, indefensos, dulces y huelen tan bien precisamente para provocarnos esa comprensión y ternura que necesitan de nuestra parte para que les atendamos, alimentemos, etc. Lo llevamos en la sangre, en los genes y gracias a eso la humanidad no llegará a extinguirse. No dejemos de mirarles en ningún momento como se merecen.
Un saludo y como siempre gracias por tu interés.
Rocío Martín (www.comedorsaludable.org)
Aquí os dejo un par de vídeos sobre el tema, en ambos Carlos González , pediatra que conoce de primera mano las dudas y los temores más habituales en madres y padres y que ha escrito varios libros en los que intenta ayudar a despejar esas dudas, explica cómo se ha de iniciar la alimentación complementaria. (El de menor duración es con sonido en catalán y subtítulos en castellano)
https://www.youtube.com/watch?v=othXNSNySg0
https://youtu.be/vKioOmhIfGU
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