Espionaje
Un caza de EE UU derriba con un misil el globo-espía chino sobre el Atlántico
Biden ordenó destruir el aerostato cerca de la costa de Carolina del Sur ante el temor a que hubiera registrado datos sobre instalaciones "sensibles"

Publicado el 05/02/2023 a las 11:07
El globo-espía chino terminó este sábado su vuelo. Un caza estadounidense lo derribó con un misil mientras se alejaba de las costas de Carolina del Sur hacia el interior del océano Atlántico. Los restos se hundieron en el agua sin que causaran daños, el motivo por el que la Casa Blanca decidió no abatirlo desde que entró el pasado miércoles por Canadá y fue visto sobre el Estado de Montana. La operación militar tuvo lugar sobre las dos y media de la tarde (20:30 horas en España). Un misil disparado desde un avión de combate impactó contra el aerostato, que explotó en medio de una nube de humo visible a distancia. Numerosos testigos grabaron la escena con sus teléfonos móviles. Queda por saber ahora cuál será la respuesta de China a esas imágenes.
Antes de derribo, la autoridad aérea ordenó cerrar el espacio aéreo sobre Carolina del Norte y Carolina del Sur, lo que obligó a dejar inoperativos los aeropuertos de Charleston, Wilmington y Myrtle Beach durante algunas horas. Antes de asomarse al Atlántico, el dirigible había cruzado Kentucky y Tennessee y, según fuentes de la Administración, habría sobrevolado varias instalaciones "sensibles". Su paso por Montana se relacionó con la existencia en este territorio de una de las tres bases donde el Ministerio de Defensa guarda sus misiles Minuteman III.
El Pentágono tratará ahora de recuperar los restos. Este hecho le permitiría averiguar qué tipo de dispositivos incorporaba e incluso qué información almacenaba, siempre que la explosión y la caída de los fragmentos haya dejado el suficiente material en un estado aceptable. También sería la oportunidad de comprobar si, como asegura Pekín, la aeronave se trata en realidad de una sonda meteorológica.
La siguiente consecuencia será diplomática. Internacional. De cómo el presidente Xi Jinping, su gabinete y la cúpula del Partido Comunista Chino encajarán la destrucción de una propiedad de su Gobierno en una acción aparentemente militar. Por la mañana, Biden, de visita en Syracuse (Nueva York), fue interpelado por los periodistas sobre el vuelo del globo-espía y respondió: "Hoy nos ocuparemos de eso". Es decir, el Pentágono ya tenía prevista su destrucción, lo que alimenta la hipótesis de que también el presidente Xi Jinping estuviera informado del próximo derribo del aerostato.
ABORDAR EL CONFLICTO
Se da la circunstancia de que el secretario de Estado Antony Blinken se puso en contacto con el consejero de Estado de la República Popular, Wang Yi, en la noche del viernes para abordar el conflicto. Wang Yi reiteró el argumento inicial de su Ejecutivo de que el artilugio es, en realidad, una sonda científica que sufrió un "accidente por causas forzosas" al desviarse de su trayectoria original debido a las corrientes de aire. También se comprometió con el jefe de la diplomacia estadounidense a poner todo de su parte para resolver el incidente. Los dos apostaron por mantener "abiertos" los canales de comunicación mutuos. Otra incógnita por resolver es hasta qué nivel de tensión entre Washington y Pekín disparará la destrucción del aerostáto y, sobre todo, hasta cuándo se prolongará. Blinken recriminó ayer a las autoridades chinas su "acto irresponsable" por enviar un globo-espía a sobrevolar Estados Unidos. Blinken, que hoy habría iniciado una visita calificada de histórica al gigante asiático para entrevistarse con el presidente Xi Jinping, señaló que el incidente representaba una "clara violación de la soberanía" de EE UU, así como del Derecho Internacional. Añadió que la decisión de aplazar su viaje fue tomada por el presidente Joe Biden debido a que el conflicto desatado por el descubrimiento del aerostato sobre Montana resulta "perjudicial" para la agenda y el tono en que debiera haber transcurrido la cumbre bilateral.
Por su parte, Pekín mostró su enfado por lo que considera una "reacción exagerada" de Washington y aseguró que "algunos políticos y medios en Estados Unidos usan el incidente como pretexto para atacar y difamar a China", según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.
"No es necesario que haya una nueva Guerra Fría". Joe Biden pronunció está frase tras su entrevista con Xi Jinping el pasado noviembre en Bali. Los dos presidentes salían satisfechos de una reunión que aventuraba una distensión en las ásperas relaciones entre sus gobiernos. Hoy resulta difícil creer que la animosidad, la complicidad y la confianza continúan a aquel nivel. O si siquiera continúan. Si alguien lo había entendido así, el globo ya no es una anécdota jocosa.
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