Elecciones en Francia
Francia confia este domingo la nueva era política a Macron o Le Pen
El aspirante centrista es el gran favorito aunque su rival obtendrá un récord de votos histórico para la ultraderecha

- Colpisa. París
Unos 47,5 millones de electores están citados a arbitrar este domingo en las urnas el duelo entre el centrista Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen para relevar en la presidencia de Francia al socialista François Hollande, que no ha optado a la reelección. Por primera vez en la segunda vuelta de las presidenciales no hay ningún representante de las grandes formaciones de derecha e izquierda que se han alternado en el poder. El hito abre una nueva era llena de incertidumbres y sienta las bases de una recomposición del mapa político con el país dividido en dos bloques: el europeísta progresista de Macron, favorito para conquistar el Elíseo, y el eurófobo reaccionario de Le Pen, que va a marcar un nuevo récord en el constante ascenso de la extrema derecha.
Desenlace de una maratoniana campaña llena de sorpresas, la gran final parece curada de espantos. El pronóstico unánime de la decena de empresas demoscópicas que sondean a la opinión pública apunta a una victoria por amplio margen de Macron. Las últimas encuestas, realizadas el viernes, le conceden el 63% de las intenciones de voto frente el 37% de su antagonista. Pero es un respaldo más de rechazo al extremismo y el abandono del euro que de adhesión a su reformismo liberal.
El presidenciable de ¡En Marcha!, que en la primera vuelta cosechó 8,7 millones de votos, dispone de una reserva potencial del orden de 9 millones procedentes de los postulante eliminados hace quince días. Por su parte, la candidata apoyada por el Frente Nacional, con un capital de partida de 7,7 millones de sufragios, está en condiciones de sumar otros 4,4 millones de papeletas para completar un registro histórico.
Macron ha salido reforzado del cara a cara mantenido el miércoles con una rival que decepcionó incluso a buena parte de sus seguidores por su agresividad y endeblez programática. Han subido siete puntos hasta el 55% las intenciones de voto a su favor entre los partidarios del izquierdista Jean-Luc Mélenchon a pesar de que no impartió consignas a unas bases mucho más reticentes. La militancia de Francia Insumisa es más receptiva al ni-ni de lemas como 'ni patria ni patrón' o 'ni extrema derecha ni extrema finanza' que expresan el distanciamiento radical hacia la disyuntiva sometida al veredicto de las urnas.
LE PEN PAGA EL MAL DEBATE
El exministro de Hollande también progresa seis puntos en el campo del conservador François Fillon (48%) y ocho puntos entre los votantes del soberanista de derechas Nicolas Dupont-Aignan (27%), pese a la alianza sellada con Le Pen entre las dos vueltas. En torno a las tres cuartas partes de los electores del socialista Benoît Hamon dicen que optarán por la personalidad emergente que ha contribuido a relegar a su partido a la marginalidad política.
En contraste, Le Pen paga el precio de su decepcionante actuación en el debate con una sustancial pérdida de promesas de votos en todo el espectro: cuatro puntos en el caladero de Mélenchon (10%), otros cuatro en el de Fillon (28%) y hasta once en el de Dupont-Aignan (39%), su futurible primer ministro si entra en el Elíseo. De todas formas, está prácticamente segura de duplicar con doce o trece millones de votos el resultado de su padre, Jean-Marie Le Pen, en la derrota de hace quince años ante el conservador Jacques Chirac.
Las encuestas vaticinan una participación alrededor del 75%, que sería cerca de tres puntos inferior a la registrada en la primera vuelta en contra de la tónica habitual en las presidenciales. La abstención alcanza su nivel más alto entre los simpatizantes de la izquierda radical, en especial los insumisos de Mélenchon (35%). También juega en contra de la movilización el hecho de que este fin de semana sea largo en Francia ya que el lunes es festivo por la conmemoración de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial.
Otro indicador significativo será el número de votos en blanco y nulos que podría dispararse hasta un récord histórico del 10% y totalizar unos tres millones de papeletas por la negativa de este electorado a elegir entre Macron y Le Pen. A título comparativo, 2,15 millones de franceses no se decantaron en 2012 entre Hollande y el conservador Nicolas Sarkozy y 1,77 millón no lo hizo en 2002 entre Chirac y Le Pen padre.