La céntrica plaza General Los Arcos de Sangüesa acoge su vivienda. También, en planta baja, su negocio. La clínica dental con la que se gana la vida desde 1990. Una consulta y un hogar en los que ha estado presente de forma habitual Diario de Navarra. “Ahora ya lo recibo solo para uso personal, la pandemia de covid obligó a retirar muchos elementos de uso comunitario, como la prensa y revistas”, indica Jesús Ángel Arboniés Leránoz, sangüesino de 64 años y médico estomatólogo (dentista). Casado y padre de tres hijos, está suscrito al periódico desde el año 2001. “Pero yo lo conozco en casa desde que nací. Mis padres han sido suscriptores desde siempre, y antes lo era mi abuelo. Mi madre Rosario, a sus 91 años, aún lo sigue recibiendo en casa. Ha sido una gran lectora y se lo lee de cabo a rabo, además de hacerse todos los pasatiempos, algo estupendo para la gimnasia mental. Eso sí, ella pasa más tiempo escrutando las esquelas, y yo la sección de deportes”, compara.
Antes incluso de decantarse por estudiar una especialidad médica, Jesús Ángel Arboniés mostraba ya un interés especial por la práctica del deporte. “Llegué a jugar en el Sangüesa Club de Fútbol, no era aún ni Cantolagua, y debuté con 17 años en el campo del Oberena, en 3ª División. Luego, por estudios, me marché a Huesca y allí también jugué algo”, repasa.
Es por esa afición futbolística por lo que en cada lectura diaria del periódico dedica más tiempo a repasar la actualidad de Osasuna, pero también del Cantolagua y otros equipos del entorno como el Casedano, el Aibarés o el Ilumberri. “De Osasuna soy socio desde hace 25 años y me gusta ver los enfoques post partido en el Diario, leer las opiniones de entrenadores y jugadores, y confrontar con lo que yo he vivido en el Sadar”, comenta.
Valora asimismo la “buena etapa” que vive el club. “En las crónicas leíamos hace no tanto que el club estaba financieramente destrozado y el equipo en la cuerda floja, pero desde que entró como presidente Luis Sabalza, con su equipo, las decisiones han sido acertadas y hoy da gusto leer que tenemos un club saneado, una plantilla valiosa, un estadio remodelado... Seguro que pronto llega la noticia de la recuperación del patrimonio”, desea.
Arboniés también practica ciclismo, tanto con bici de montaña como de carretera, “desde hace años”. “De ahí que también me lea todas las noticias de esta especialidad deportiva, aunque ahora da pena que el ciclismo español esté en un nivel tan bajo. Me enfoco mucho en el Movistar, el equipo de raíces navarras, pero también me llaman las crónicas de los mundiales de ciclocross, o qué decir de las del Tour, el Giro o la Vuelta”, indica.
LOS POLÍTICOS Y LA CREDIBILIDAD
El Diario llega cada mañana a las 8.30 horas a su clínica dental. “Le echo un vistazo rápido antes de comer, pasando por supuesto por la tira de Oroz, y después de comer lo leo más reposadamente. Para la noche me dejo ya algún artículo de fondo, los editoriales...”, dice. “No soy muy de política, pero sí que me gusta conocer lo que comentan, cómo actúan y si mantienen lo que dicen. Si un político cambia mucho de opinión, para mí pierde la credibilidad”, afirma.
Además de valorar especialmente la información local, concretamente la de Sangüesa y su comarca, destaca como “muy completa” toda la cobertura de eventos culturales en el Diario. “Críticas de cine, reseñas de espectáculos, de obras de teatro, de conciertos...”, indica quien se considera un amante de la música jazz.
“También está entre lo que más me interesa, quizá por deformación profesional, las noticias centradas en novedades o avances médicos, no necesariamente de mi ámbito específico. Experimentos del CIMA, campañas de prevención, resultados de investigaciones...”, asegura.
“Diario de Navarra, en definitiva, me aporta disponer de una información puntual de ámbitos muy diversos, y ahondar en mis aficiones, principalmente el deporte”, sentencia.
En corto
Jesús Ángel Arboniés Leránoz es vecino de Sangüesa (municipio cabecera de su merindad de 4.882 habitantes) y tiene 64 años. Ejerce como dentista (médico estomatólogo) desde 1987 en su localidad natal, y desde 1990 en la clínica donde aún hoy atiende a sus pacientes. Está casado y tiene tres hijos. Desde 2001 es suscriptor de la edición diaria en papel de Diario de Navarra.