Cuando se van los imprescindibles
- Alejandro Salinas García
He visto en la prensa sentidos homenajes (como no podía ser menos) al doctor Manuel Martínez Grande, de parte de colegas y compañeros. Quisiera unirme a esos homenajes pero como afortunado paciente suyo. Era el año 1970 cuando me enviaron desde Pamplona a la Clínica Puerta de Hierro de Madrid con una escoliosis galopante y allí tuve la suerte de conocerlo. Yo era un chaval pero lo recuerdo nítidanente, su sonrisa perenne y empatía, allí me operó haciéndome una artrodesis en la columna, técnica pionera en aquel entonces, que me parece ya no se hace.
Y cuál fue mi sorpresa cuando nos encontramos a los muchos años en Ubarmin ( que, por cierto, puede estar tranquilo, ha dejado Ubarmin en buenas manos: Dra. Busto, Dr. Gorostiaga y todos sus equipos y personal) y nos reconocimos ambos. Fue muy bonito la verdad, seguía con su sonrisa y empatía. Luego lo vi por Iruña, en el Roch que le encantaba -por cierto, cuando fui a pagar, estaba pagado, me había invitado (¡a un paciente!). Generosidad en persona, y la última en la villavesa iba con un colega y le explicó aquella operación pionera y lo bien que estaba. Efectivamente estoy muy bien, de la columna, he tenido otras cosas pero tengo 67 años y llevo más de 50 años con ese hierro en la espalda y el enorme agradecimiento a Manolo. Pena que se van los imprescindibles... Un abrazo dónde quiera que esté.