Hallado a 2.200 metros en Sabocos (Aragón) el cuerpo del montañero Felipe Zurbano Osés

Noventa minutos después de que diera comienzo el dispositivo de búsqueda de ayer, los equipos de rescate hallaban, a 2.200 metros de altura, el cuerpo del montañero Felipe Zurbano Osés, natural de Los Arcos. El joven, de 34 años, había quedado sepultado por un alud el sábado al mediodía en las inmediaciones del pico Sabocos (Huesca), de 2.757 metros.

En el momento del accidente, Zurbano descendía de la cima por el corredor noroeste junto a un amigo riojano, Fernando Antoñanzas Torres, de 23 años, que evitó el alud y resultó ileso. De hecho, el propio Antoñanzas fue quien, en torno a las 13 horas, dio el aviso a los equipos de emergencia y trató, por su cuenta, de localizar durante una hora a Zurbano, sin éxito.

Desde la tarde del sábado, un nutrido grupo de efectivos (46 personas entre agentes de la Guardia Civil y personal de la estación de esquí de Panticosa, la más próxima) rastrearon la zona, pero el fuerte viento, las temperaturas gélidas y la caída de la noche obligaron a suspender la búsqueda. Los trabajos se reanudaron a las 8 horas de ayer, sin esperanza de hallarle con vida, y las labores dieron su fruto a las 9.30. Una vez localizado el cuerpo, un helicóptero se encargó de trasladarlo de Zurbano a Pueyo de Jaca y, desde allí, un coche fúnebre llevó el cuerpo al Hospital Comarcal de Jaca, donde se le practicó la autopsia.

La madre de Felipe, Isabel Lazcano Osés, y su hermano José Luis, permanecieron en la estación de Panticosa mientras se llevó a cabo el rescate, arropados por una veintena de amigos y familiares. Desde allí se desplazaron a Jaca. Zurbano, casado con Rita Ascorbe Sánchez-Marín y padre de un niño de dos años, Carlos, trabajaba como aparejador en su Los Arcos natal. Era un experimentado montañero, que había viajado equipado con el material adecuado para la salida planeada, tal como indicó la Guardia Civil.