Desde que en junio de 1960 la organización terrorista ETA asesinara a la niña Begoña Urroz, en la estación donostiarra de Amara, hasta ayer, la banda tiene tras de sí cincuenta años de actividad asesina que se ha cobrado la vida de un total de 858 personas.
Su última víctima se la cobró el 16 de marzo en Francia, cuando asesinó al policía francés Jean-Serge Nerin durante un tiroteo entre agentes y miembros de ETA.
La organización terrorista ha asesinado a militares, guardias civiles y policías, a políticos, jueces y centenares de personas de a pie.
Desde 1981 hasta ayer, son once las veces en las que los terroristas han anunciado su intención de dejar la violencia, pero entre medias ha habido casi 900 muertos.
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