Quisieron agradecerle su obra, "que tanto les ha enriquecido y tanto bien ha hecho"
GRACIAS por emocionarnos, por hacernos reír, llorar... sobre todo, por hacernos sentir". Con este epitafio, dos hermanos de Burlada de mediana edad, que prefirieron permanecer en el anonimato, anunciaron en una esquela publicada en este periódico una misa funeral por el actor estadounidense Patrick Swayze, que falleció de cáncer el 14 de septiembre.
La cita era ayer, a las 19.30 horas, en la parroquia San Blas de Burlada. A ella acudieron alrededor de 60 personas, aunque, para no faltar a la verdad, habría que decir que apenas una decena lo hizo por Swayze. El resto acudió a la eucaristía como un día más, sin saber que este actor tocó con la chispa del baile a medio mundo como protagonista en la película Dirty Dancing y enamoró al otro medio como fantasma protector en Ghost.
Incluso el párroco, José Luis Irigoyen, tuvo que recurrir a las revistas antes del funeral para conocer a quien unos minutos después estaría en sus oraciones. "Hoy (por ayer) traemos el recuerdo y la memoria de alguien a quien sólo hemos conocido a través de la pantalla, en la televisión y en el cine; un importante actor y un importante bailarín", aclaró. Irigoyen recordó en la eucaristía que los dos solicitantes del funeral le explicaron que Swayze "había hecho tanto bien con sus películas y su trabajo, les ha enriquecido tanto que se sentían en la obligación de hacer algo para dar gracias por su vida". Y aceptó, sin dudas. "Eso no es malo, todo lo contrario. Sorprende porque no estamos acostumbrados a traer a la eucaristía lo que es nuestra vida, aquello que nos ilusiona, anima y enriquece", resaltó.
Mientras unos calificaron el acto de "surrealista", otros aplaudieron la iniciativa. "Yo soy un poco mayor y no sabía quién era, pero me parece muy bien que se le haga un funeral; sea quien sea, rezamos por todos", afirmó una vecina. Pilar Campos Goñi vio la esquela y acudió, como suele hacer habitualmente, a cantar en el coro. "Nos ha extrañado; la verdad es que estábamos todos sorprendidos, aunque ha sido una sorpresa grata", confesaba.
Quienes sí sabían bien quién era Patrick Swayze fueron Mari Mar Asiáin Laguardia y su hija Saray González Asiáin. Se enteraron por casualidad al ir a recoger a su nieta Janet Martínez, pero no dudaron en entrar a la iglesia. "Era mi actor favorito; si por mí fuera vería Ghost todos los días. Me dio mucha pena cuando le detectaron el cáncer. Le veíamos deteriorándose día a día en las revistas y, cuando murió... ¡Cuánto lloramos!", recordaba Mª Mar Asiáin aferrada a una copia de la esquela: "Qué guapo sale... la pondré en mi habitación", añadió al tiempo que tarareaba la banda sonora de Ghost: Oh my love, my darling...
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De izda a dcha: Saray González Asiáin, Janet Martínez González y Mª Mar Asiáin Laguardia sostienen una reproducción de la esquela a la entrada del funeral, en la parroquia San Blas de Burlada.
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