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POLITICA

Un ejemplo de superación

La navarra Merce Irigoien, tetrapléjica y con un 10 por ciento de movilidad, ha protagonizado un descenso en esquí adaptado en el Valle Blanco, en Chamonix. Ahora piensa ya en el Kilimanjaro

Actualizada Jueves, 7 de mayo de 2009 - 02:53 h.
  • J.J. IMBULUZQUETA . PAMPLONA

DÍFICIL, complicado, esforzado, trabajoso, ... pero no imposible. Este último término parece no tener cabida en el diccionario de la navarra Merce Irigoien Jiménez. Esta pamplonesa, de 37 años, sufrió a los 21 un accidente que le produjo una tetraplejia y redujo un 90% su movilidad, postrándola en una silla de ruedas. Pero lejos de hundirse, y en lo que es un ejemplo de vitalidad, positivismo, esfuerzo y superación, Irigoien parece dispuesta a romper moldes.

Lo hizo doctorándose en Veterinaria tras el accidente y, la pasada semana, lo volvió a demostrar convirtiéndose en la segunda persona del mundo -la primera mujer-, en completar, gracias a un tándem especial para el esquí adaptado, el descenso más famoso y concurrido en Europa. Junto a ella, también bajó la paralímpica oscense Pilar Rivares, de 33 años y que tiene amputada una pierna.

"Ha sido un regalazo"

Miles de esquiadores recorren sobre sus tablas cada año los 20 kilómetros de descenso (casi 2.000 metros de desnivel) que surcan el Valle Blanco en Chamonix. Un terreno glaciar y de alta montaña que parece vetado a las personas con movilidad reducida pero que, gracias a la iniciativa de los montañeros navarros Patricia Vizcarret, Alberto Urtasun y Jabi Álvarez (vecino de Nueno) y del francés Jean Louis Guedelain, ha quedado claro que no tiene por qué ser así.

"Para mí poder hacer este descenso ha sido un auténtico regalazo. Se me han roto muchas barreras y me he dado cuenta de que el límite está más alto de lo que pensaba", reconocía Irigoyen, quien hace un balance "positivo al cien por cien" de su experiencia (grabada para hacer un documental). "Algo que pensé durante el descenso y que me resultó divertido es que, aunque antes del accidente me gustaba el monte y el esquí de fondo, si no llego a estar en una silla de ruedas posiblemente ni me hubiera planteado hacer algo así. Plantearse retos, a cualquier nivel, es importante. Cuando te quedas en una silla, tu vida se convierte ya en un reto casi cotidiano", decía.

Pero aunque pueda resultar algo sencillo, lo cierto es que los preparativos de este proyecto han durado desde el pasado otoño. "Hay muchísimos detalles que cuidar, ya no sólo del descenso en sí, sino también de los materiales o los cuidados que acarrean unas discapacidades físicas tan altas como la de Merce y Pilar", apuntaba Urtasun. De hecho, los mayores problemas no llegaron en la actividad deportiva. "El verdadero hándicap fue lograr normalizar todo a la situación de ellas: accesos, entrenamientos, material.... Antes de esquíar hay que coger un teleférico a la Aiguille de Midi (3.842m.) y el tándem no entraba en él. Hubo que desmontarlo, subir y volver a montarlo en la cima", explicaba.

Luego, el grupo destrepó 200 metros por una arista antes de iniciar el descenso. En él, y mientras Rivares esquiaba de forma autónoma, Jabi Álvarez pilotaba los 200 kilos del tándem, con Irigoien equilibrando y ayudando con su peso la maniobrabilidad. "En los primeros giros y viendo el desnivel, tuve un poco de "canguelillo" -reconocía la navarra- Pero luego disfruté mucho, fue como tocar el cielo. Es una situación en la que tienes que confiar plenamente en tus acompañantes. No hay otra".

"La gente alucinaba cuando nos veía bajar. Una esquiadora con una sola pierna, otros en una tándem... era una situación muy rara para los que nos veían", aseguraba Urtasun, antes de destacar "el trabajo en equipo" que supuso.

Pero los problemas no acabaron con el descenso. "Para coger el tren de vuelta, había que subir escaleras. Exactamente 351. Y tuvimos que subirlas con Merce a la espalda, primero, y haciendo varios viajes después para subir el tándem desmontado", recordaba Urtasun. "Hay lugares en los que las personas con discapacidad física no podrán ir nunca, pero hay otros que se podrían adecuar. Hay mucho campo para investigar: materiales, formación de profesionales, .. Si se avanza en ello, si se da vueltas a la cabeza en cómo innovar, habría actividades que podrían realizar y lugares que podrían visitar. El objetivo debe ser tratar de hacer accesible el mayor número de lugares a la mayor parte de personas con discapacidad" .

Por ahora, Irigoien ya piensa en otro reto: subir a los 5.895 metros del Kilimanjaro con la Fundación Handix. ¿Quién dijo imposible?

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Inicio del descenso del tándem -con Irigoien tumbada en él- desde la Aiguille de Midi.

Jabi Álvarez (piloto del tándem) y Merce Irigoien, ayer. J.C. CORDOVILLA


Comentarios
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  • Enhorabuena Merce. Y enhorabuena a todo el equipo y a Handix por lo que nos ofrece. Pero estoy completamente de acuerdo con Jartum. Yo hantes del accidente también hacía escalada y montañismo de vez en cuando. Ahora lo hago todos los días con mi silla de ruedas y todos los obstáculos que nos encontramos día a día. Más vale que somos optimistas...Paraplégico esquiador
  • Un titular totalmente tendencioso, en clave de heroicidad. Los discapacitados no somos -ni aspiramos a serlo- titanes. Queremos ser personas con los mismos derechos que los demas. Vivienda, trabajo, transporte dignos. La anomalia, lo extraordinario es que hagamos parapente. Lo habitual, lo cotidiano, lo que no es noticia es que seamos dependientes de otras personas y no podamos llevar una vida medianamente autonoma. Y por eso peleamos, no por montar un dispositivo extraordinario para un solo dia. Personas con derechos, no heroes.Jartum
  • Felicidades, y ahora a por el Kilimanjaro.Impresionante
  • Me alegro mucho por ti Merce. Sigue con esa actitud y ese positivismo. Espero ya con ganas leer tu próxima aventura. Un abrazo. Abogado
  • Superarción para ella, y sobre todo para los que van con ella, que son quienes tienen la responsabilidad y el esfuerzo.Mucho ánimo.

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