Irujo mandó en la primera parte, Olaizola II reaccionó y después de ir todo el partido a remolque se adelantó con un 20-19
Si la pelota es un deporte grande es por partidos y momentos como los que se vieron ayer en el Atano III. Que un Campeonato de Parejas después de 38 partidos, y 1.459 tantos y 23.112 pelotazos se acabe jugando en un 21-21 es algo grande, enorme. Que el pelotazo 23.
128 del torneo fuera una escapada de Fernando Goñi, quizá no sea la forma más brillante de conquistar una txapela, pero para el zaguero de Zubiri ese golpeo defectuoso supuso tocar la gloria, ganar 22-21, llevarse el Parejas 2009 y la cuarta txapela de su trayectoria como pelotari. Sin duda, el premio a un manista que ha hecho de la entrega y la profesionalidad su bandera.
Por regla general quien se lleva la gloria en los campeonatos de Parejas suele ser el delantero. Es quien da espectáculo, normalmente decide los partidos y es la estrella. Para él suelen ir todos los parabienes. A los zagueros siempre les corresponde el trabajo menos lustroso, la labor más oscura. A Fernando Goñi nadie le ha regalado nunca nada, todo se lo ha tenido que trabajar. Ayer en plena madurez, con la carrera deportiva ya hecha, recogió el premio en forma de escapada. En todo el Parejas 2009 Goñi III había hecho cuatro tantos, el quinto resultó una escapada providencial.
Pero antes de que eso sucediera pasaron muchas cosas.
Sucedió que Irujo saltó al Atano con ganas de reconquistar una txapela, se dejó los nervios y la precipitación colgados en el perchero del vestuario. El de Ibero, respaldado con un sólido Goñi atrás, fue el encargado de marcar el tempo del partido. Arrancó con una volea dos paredes simplemente espectacular. Luego empezó a soltar estopa. Puentearon siempre que pudieron a Olaizola II, y castigaron sin piedad a Oier Mendizabal en la zaga. Madurar al rival y apuntillar adelante, sin nervios, sin aspavientos cuando la ocasión se presentaba.
Oier Mendizabal nunca le perdió la cara a la final, trabajó a destajo pero le faltó la brillantez de otras eliminatorias. En esa primera parte (hasta el 14-18) Aimar Olaizola estuvo más pendiente de ayudar en lo posible a su zaguero. Un dato, el de ayer fue el partido en el que más restos de aire hizo Aimar (8) de todo el Parejas. Y a pesar de todo, siempre fueron a remolque del dueto de Aspe.
El paso adelante de Aimar
Pero en todo partido en el que esté Aimar Olaizola de por medio, no se puede dar por decidido nada hasta el último momento. Porque es pelotari, y negocia esas situaciones límite como nadie. Con el 14-18 el goizuetarra se echó la pareja y la final a sus espaldas, dio un paso adelante y pasó al ataque. Su derecha tuvo un punto de brillantez y la zurda volvió a firmar diabluras en el rato en el que Irujo-Goñi III pasaron más apuros. Remontaron hasta un 20-19, la voltereta era posible.
La final se convirtió entonces en una ruleta rusa, cualquier cosa podía pasar. Igualó Irujo de un zurdazo atrás tremendo, de adelantó de un cortadón que casi rompe el frontis en una pelota franca que dejó Aimar, fue el propio Irujo el que puso la igualada a 21 con un fallo.
21-21, el cara o cruz, el todo o la nada, el resultado más cruel. Y cuando nadie lo esperaba apareció el pelotazo 23.128, la escapada de Goñi, su momento de gloria. Bravo.
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Irujo y Goñi III, durante el partido de ayer. J.A. GOÑI
Irujo le suelta a la pelota en presencia de Olaizola, Goñi y Mendizabal. J.A. GOÑI
Un grupo de amigos alza a Fernando Goñi a hombros después de conquistar la txapela del Campeonato de Parejas 2009 en el Atano III. JOSÉ ANTONIO GOÑI
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