El presidente y su esposa, Barack y Michelle Obama, acompañaron al ya ex mandatario, George W. Bush, y a su esposa Laura, al exterior del Congreso, donde les esperaba un helicóptero que les trasladó a Texas
"Juro solemnemente defender la Constitución...": con estas palabras, Barack Obama entraba en la Historia como el primer presidente negro de EEUU y el Capitolio, y todo Washington, se convertía en un éxtasis. Más de un millón de personas se empezaron a concentrar desde la madrugada en torno al Capitolio, y a lo largo del Mall -el largo parque que comunica la sede del Congreso con el Monumento a Lincoln a través del centro de Washington- para asistir a la ceremonia de investidura más anticipada de las últimas décadas.
Estaban todos los que contaban. El Tribunal Supremo en pleno, los miembros de la Cámara del Congreso y los senadores, el Gobierno saliente y quienes lo compondrán a partir de ahora, los jefes del Estado Mayor.
Y una pléyade de famosos. La cantante Beyoncé, el rapero Kanye West, o el músico Jay-Z vestido con traje, que afirmaba a la prensa que "nunca pensé que me vería aquí. Es una sensación increíble, un día precioso para Estados Unidos".
También estaban muchos de los que, en condiciones normales, tampoco contarían. Ezra Mills, un ex soldado de 79 años de raza negra, recordaba con lágrimas en los ojos su infancia segregada en Alabama.
Todos ellos desafiaron las gélidas temperaturas reinantes hoy en la capital estadounidense, donde la sensación térmica era de nueve grados Celsius bajo cero, para asistir a una hecho histórico que muchos de ellos admitían que no creyeron que no llegarían a ver en vida.
La llegada del ex presidente Bill Clinton y su esposa, Hillary, fue acogida con una enorme ovación. Unos aplausos corteses recibieron a George Bush padre. El presidente saliente, George W. Bush, fue acogido en las gradas con un elocuente silencio y con fuertes abucheos entre las masas en el Mall.
El entusiasmo se desbordó con la llegada de Obama, al que habían precedido sus hijas Malia y Sasha y su esposa, Michelle.
Con el Capitolio cubierto de banderas y completamente engalanado, la senadora Dianne Feinstein, como presidenta del Comité de Investidura del Congreso, inauguró la ceremonia al dar la "bienvenida a la investidura del presidente número 44 de Estados Unidos".
El pastor Rick Warren, cuya selección vino rodeada de polémica debido a su oposición al matrimonio homosexual, pronunció una oración en la que aseguró que "hoy, Martin Luther King -el gran defensor de los derechos civiles- está gritando de alegría en el Cielo".
La estrella del "soul" Aretha Franklin interpretó la canción "My Country, This is of Thee" y los virtuosos Yo-Yo Ma, al violoncelo, la venezolana Gabriela Montero al piano y Yitzak Perlman al violín interpretaron una pieza del músico John Williams compuesta especialmente para la ocasión.
El vicepresidente, Joe Biden, juró ante el juez del Supremo John Paul Stevens, con voz firme y mientras su esposa, Jill, le sostenía la Biblia.
Era el turno de Obama. "¿Preparado, senador?", le preguntó el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, que le tomó juramento sobre la Biblia en la que el presidente que abolió la esclavitud, Abraham Lincoln, también juró respetar la Constitución.
El nuevo presidente pareció trastabillar al comenzar a pronunciar el juramento, lo que motivó su sonrisa y la del presidente del Supremo.
Una salva de cañón, y el delirio del público, siguió a la frase "Enhorabuena, señor presidente", con la que Roberts saludó al nuevo jefe de Estado.
"¡Obama! ¡Obama! ¡Obama"", aclamaron los cerca de dos millones de personas derramadas a lo largo del Mall.
El recién estrenado presidente, serio, recordó en su discurso de investidura los problemas que afronta el país en estos momentos: dos guerras abiertas y una grave crisis económica. Pero "superaremos esos desafíos", prometió.
"Ha llegado el fin de la era de las quejas mezquinas, de las falsas promesas" en la política de EEUU. Va a comenzar, continuó entre aplausos, "una nueva era de responsabilidad".
Un poema de la autora Elizabeth Andrews y una oración del reverendo Joseph Lowry, un veterano de la lucha por los derechos civiles, cerraron la ceremonia, convertida para entonces en un continuo aplauso.
La ovación mayor, sin embargo, no se la llevó Obama. La más ruidosa se produjo cuando despegó del Capitolio el helicóptero en el que se marchaba el ya ex presidente George W. Bush. "Hasta nunca", le gritó alguno.
Recorrido hasta el Capitolio, junto a Bush
El presidente electo hizo el corto recorrido entre la Casa Blanca y el Capitolio, de algo más de dos kilómetros, en el mismo vehículo que George W. Bush, seguidas de cerca por otro vehículo en el que iban con Laura Bush y Michelle Obama.
La ciudad está rodeada por impresionantes medidas de seguridad y, aunque el día es soleado, el frío es muy intenso. No se espera que el termómetro supere en ningún momento los 0 grados centígrados.
El centro de Washington es hoy prácticamente peatonal y sólo se accede mediante el metro, que experimenta una actividad febril y muchos retrasos.
El acto culminante e la jornada es la ceremonia de investidura, toda una institución en la tradición estadounidense que consiste básicamente en la jura del cargo por el presidente sobre un ejemplar de la biblia, en las escalinatas del Capitolio.
Obama hará su juramento ante el presidente del Tribunal Supremo John Roberts, en tanto que el vicepresidente Joe Biden lo hará ante el juez del Supremo John Paul Stevens.
La ceremonia se iniciará a las 11.30 hora local (16.30 GMT), y estará amenizada con actuaciones musicales, una de ellas a cargo de Aretha Franklin, la lectura de poemas e invocaciones religiosas, como la que realizara Rick Warren, quien tiene a su cargo una de las mayores congregaciones del país.
Tras la jura, Obama pronunciará su discurso de investidura, en el que normalmente el presidente sienta las bases de los valores y principios que regirán su mandato y que, en esta ocasión, girará en torno a la responsabilidad individual y colectiva, según sus asesores.
Minutos antes, el presidente electo y su vicepresidente, Joe Biden, acompañados por sus esposas, Michelle y Jill, llegaron a la Casa Blanca, donde se despidieron del presidente George W. Bush.
Los Obama fueron recibidos afectuosamente en la puerta de la mansión presidencial por George y Laura Bush. Michelle Obama, vestida con un conjunto de abrigo y vestido de color amarillo dorado le entregó a la señora Bush un regalo que llevaba en la mano.
Minutos antes habían llegado Biden y su esposa, quienes participaron también en el desayuno previo al comienzo de la ceremonia de investidura que se celebrará en el Capitolio a partir de las 11.30 de la mañana (16.30 GMT).
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Barack Obama y su esposa Michelle posan junto a George W. Bush y su mujer, Laura, antes del desayuno que mantuvieron en la Casa Blanca.
Momento en el que Barack Obama jura como 44 presidente de los Estados Unidos de América en presencia de su esposa, Michelle, y del presidente del Tribunal Supremo de EEUU, John Roberts.
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