La leche, pasteurizada, pueda servirse en botellas y conservarse después a 4 o 5 grados
QUE las estaciones de servicio han diversificado su negocio es una evidencia que ya no sorprende. Junto al carburante para el vehículo se ofrecen todo tipo de productos de "última hora" y hasta pienso para las mascotas que invitan a "aprovechar el viaje". Tampoco sorprenden las estrategias comerciales y de diversificación de las pequeñas y medianas empresas para hacer frente a las crisis de cada sector o a la general.
En Villava se han juntado estas dos premisas. En la gasolinera Ezcaba que dirige Iñaki Zozaia se ha instalado la segunda máquina expendedora de leche de España. La primera se colocó el verano pasado en la plaza de Elizondo. La idea la exportaron los Jaureguia, una explotación ganadera familiar procedente de Aniz (valle de Baztan).
Una gran vaca sobre la máquina despeja casi todas las dudas. Junto a los surtidores de combustible, la leña, el queroseno o el pienso, en la gasolinera Ezcaba se ha sumado una nueva máquina que surte leche pasteurizada. Junto al líquido elemento, del que se informa el día de llegada y la fecha de caducidad, se ofrecen botellas de plástico y de cristal para llevarla.
La instalación de la máquina forma parte de la estrategia puesta en marcha por Iñaki Zozaia, gerente de la gasolinera abierta en 1987 y que cuenta con 17 empleados. "Ante la crisis y la perspectiva de tener que despedir a dos empleados optamos por dejar de ser una tienda tradicional de gasolinera con precios elevados y pasar a algo más parecido a un supermercado, tanto en variedad como por precios, y seguimos abiertos las 24 horas del día los siete días de la semana", explica.
Idea de Italia
Su idea se conjugó con el proyecto importado de Italia por la familia Jauregia de Aniz, que cuenta con 35 vacas en su explotación baztanesa. Estos ganaderos que en 2004 "ante la mala situación del sector optaron por aprovechar los excedentes con la realización y comercialización de yogures, batidos de yogur y quesos", instalaron en Elizondo las máquinas expendedoras de leche fresca pasteurizada, que también funcionan en Suiza o Bélgica. La de Villava incluye dos tanques con 280 litros de capacidad, que se renuevan cada dos días. Ayer ya la probaron Lilia Quispe y Raúl Zeballos, vecinos de Arre y con buenas referencias de un producto que se vende a un euro el litro tras meter la moneda en la máquina.
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