El envenenamiento se descubrió hace más de un año y desde entonces el Ayuntamiento intenta salvar los ejemplares
Desde hace más de un año el Ayuntamiento de Pamplona intenta salvar de una muerte casi segura un grupo de cuatro tilos situados en la avenida de la Baja Navarra, junto a la parroquia de San Francisco Javier. Al menos cuatro ejemplares presentan signos evidentes de ataques en forma de agujeros realizados con un taladro en el tronco.
En el área de Conservación Urbana los técnicos están casi convencidos de que la misma persona que realizó los agujeros introdujo por ellos algún líquido para envenenar los ejemplares.
Campaña de civismo
La pasada semana, con motivo de la presentación de la campaña de civismo, el director del área de Conservación Urbana citó, entre los actos vandálicos más curiosos, el envenenamiento de árboles e incluso los hachazos que han recibido algunos ejemplares en los últimos años en el barrio de la Rochapea. Oscar Esquíroz explica que este tipo de daños no son los más habituales y que afectan a una mínima parte del arbolado con que cuenta Pamplona. "Si comparamos el gasto anual de 40.000 euros en reposiciones de arbolado con los más de 200.000 ejemplares que hay repartidos por toda la ciudad, no supone un porcentaje elevado. Sin embargo, sí resulta chocante que se cometan este tipo de atentados contra el arbolado, precisamente porque es el elemento del mobiliario urbano más sensible", dice Esquíroz. El Ayuntamiento, desde que se descubrió el daño, hace un seguimiento de los tilos para comprobar si finalmente se pueden salvar.
Del asunto de los árboles taladrados también se hizo eco en el pleno del pasado viernes el concejal Javier Ayesa (NaBai), que en el turno de ruegos y preguntas denunció el ataque y añadió algún dato más. Dijo Ayesa que la copa de los cuatro árboles taladrados ocultaba hasta hace no mucho una escultura de piedra que, adosada a la fachada lateral de la parroquia de San Francisco Javier, representa a los doce apóstoles. "Si alguien ha taladrado los árboles es porque, posiblemente, no quiere que el friso quede oculto. Por eso pido que el Ayuntamiento se interese por averiguar quién lo ha hecho y se encargue un estudio para ver si los árboles son recuperables o habrá que reponerlos", reclamó Ayesa.
Miguel Oroz Pascal, vicario de la parroquia de San Francisco Javier, desconocía ayer los daños causados a los cuatro tilos de la avenida de Baja Navarra. "No teníamos idea y nadie ha venido a decirnos que los ejemplares estuviesen enfermos ", comentaba.
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